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REPÚBLICA
POST-GUERRA
DICTADURA
Por Pedro Taracena Gil
La reconciliación de un pueblo
comienza, cuando el vencedor se olvida que lo ha sido y pide perdón, y el vencido
no guarda rencor. En España, la Constitución de 1978, ha reconciliado a nuestro
pueblo en lo puramente formal, pero no en lo personal. No son pocas las señales
que demuestran, que los vencedores y vencidos, no olvidan, los unos la victoria
y los otros, la pérdida de la guerra, su ilusión republicana y el sometimiento
a la dictadura. Si los republicanos hicieron mucho mal en el breve periodo de
la II República Española, los contrarios, les hicieron purgarse del espejismo
de la nueva España secular y atea. Los unos soportaron la República del 1931 al
1936 y los otros se enfrentaron a ella, durante los tres años más sangrientos
de nuestra reciente historia. Eso sí con la denominación de Santa Cruzada de
Liberación. Y además, por si había alguna duda de que habían perdido la guerra
y que eran los malos del episodio, se implantó un Caudillo por la Gracia de
Dios para perpetuar la salvación de la patria. A estos periodos cada cual les
denomina, como le parece, prueba inequívoca de que no hay reconciliación entre
los protagonistas del mismo conflicto histórico. En el periodo de 1975 hasta
nuestros días, sólo en lo legal, existe reconciliación. Un cierto sector de los
representantes políticos, prestaron cierta resistencia a homenajear a los
brigadistas que lucharon en el bando republicano. Los caídos por Dios y por
España, es decir los vencedores, se han homenajeado durante más de cuarenta
años. Recientemente, una buena parte del Congreso de los Diputados, se negó a
condenar y llamar por su nombre al golpe de estado propiciado para derrocar la
República, legalmente constituida. Un antiguo centinela de un campo de
concentración franquista, declaraba en TVE, en tono jocoso, cómo disparaba a
los presos que intentaban huir y “caían como conejos”.
Es importante tomar y leer las
dos enciclopedias editadas al límite de los dos periodos. La Enciclopedia
Republicana, año 1932 Texto I y la Enciclopedia Franquista, año 1940 Texto II.
Si tomamos los textos más comprometidos en cada periodo, encontraremos más
motivos para ver cada vez más lejos la reconciliación real. Los herederos de
cada legado, siguen defendiendo las mismas premisas.
Texto I. Capítulo Historia de
España. En la página 397, podemos leer: “La República. - A consecuencia de la
pérdida de las libertades cívicas durante tantos años, el pueblo exteriorizó su
protesta contra el Régimen en unas elecciones municipales celebradas el día 12
de abril de 1931. Y el día 14 fue proclamada en toda España la República
Española, en medio de un entusiasmo muy grande y sin que se produjera ningún
desmán”.
En el capítulo Educación Social,
Página 586, se puede leer: “El amor a Dios. - Dios es el autor de nuestra vida;
a nadie debemos, pues, con tanta justicia, amor, respeto y veneración. Dice
Fray Luis de Granada que el Amar a Dios da grandeza; el reverenciarle
humildad.”
En el capítulo de Moral Cívica,
páginas, 601 y 602, podemos leer lo siguiente. “Actos contra el trabajo. - No
debemos realizar actos contra el trabajo, o sea: no hay que destruir máquinas
ni herramientas del trabajo, ni realizar actos de violencia contra los
trabajadores, La paz social.- Hay que procurar que el trabajo sea estimado y
respetado por todos y que patronos y trabajadores sientan, satisfechos, su
condición de tales, y se completen y estimen como partes que son de una misma
actividad.”
Texto II. Capítulo de Historia de
España. Página 359. “Alzamiento Nacional. - El asesinato de Calvo Sotelo fue la
chispa que prendió el combustible acumulado por tantas indignidades. El 17 de
julio de 1936 se alzó el Ejército de Marruecos, y en los días 18 y 19 el
Ejército y los patriotas de todas las provincias. El general Franco, por un
prodigio de capacidad y de audacia, hizo pasar las tropas de Marruecos a la
Península y empezó la guerra de liberación y regeneración de España”. Página
362, se puede leer: “Los gobernantes y dirigentes han laborado sin descanso
para resolver ese arduo e interesante problema, atemperando sus resoluciones a
los dictados de la justicia, a las sabias normas dadas por la Iglesia y al
historial cristiano de nuestra legislación en pro del obrero”. Capítulo
Historia de la Iglesia. Página 43. Se puede leer: “Enemigos de la Iglesia. -
Hoy como siempre tiene la Iglesia que luchar contra irreconciliables enemigos:
judíos, masones, ateos, racionalistas, modernistas, etc., los cuales, con
discursos, libros, folletos y artículos en la Prensa, impugnan continuamente su
moral, doctrina y jerarquía. Pero, según la promesa de su divino Fundador: Las
puertas del infierno no prevalecerán contra ella”.
Los comentarios y las
conclusiones quedan para el lector.
La reconciliación hubiera
comenzado, si el Congreso de los Diputados, por unanimidad, hubiera condenado
el golpe de estado del 18 de Julio de 1936 y la guerra que produjo, durante los
tres años siguientes. De este modo, los hijos de los perdedores hubieran visto
un acto reflejo de perdón correspondido. Es verdad, no obstante, que aquellos
años fratricidas, donde muchos abeles fueron asesinados por otros tantos
caínes, sigan denominándose con epítetos como: Santa Cruzada, Guerra de
Liberación Nacional, Triunfo sobre el comunismo ateo, etc. Es demasiada carga
semántica como para renunciar a tanto triunfo y victoria. La España vencedora
está muy lejos de pedir perdón, y de hecho, otros españoles llenan de contenido
muy diferente, esos mismos eventos: Golpe de estado, guerra civil, represión de
la postguerra, genocidio, dictadura militar, o simplemente, dictadura. Mientras
el hijo de un vencedor y el hijo de un vencido, no denominen estos
acontecimientos, de una misma manera, nada habremos avanzado en el campo de la
reconciliación real. Por ejemplo, leemos en una enciclopedia francesa: “El 14
de abril de 1931 se proclama la II República y, en diciembre, se promulga una
nueva Constitución”. Y en otro lugar dice: “El 17 de julio de 1936, el ejército
de Marruecos y Canarias se subleva contra la República. Estalla una guerra
civil que durará 3 años. Al final, los rebeldes, mandados por el general
Franco, toman el poder”. La derecha seguirá retomando la antorcha victoriosa de
los años de la guerra fratricida y del régimen heredado de aquel enfrentamiento
caínico. Y la izquierda que gobernó España después de 46 años, asumió el papel
de perdedora, aunque reconciliada con la constitución. En la actualidad, en no
pocos municipios, son muchos los conflictos habidos por los símbolos que
conmemoran aquellos eventos triunfantes para unos y humillantes para otros. La
Iglesia, podría y debía ser un lugar de encuentro y de esperanza para la
reconciliación. Pero está demasiada anclada en el pasado y no quiere renunciar
al poder residual que le permite su maridaje eterno con los vencedores.
Discutiendo ahora quién debe pedir perdón primero, no aporta gran cosa a la
causa. Por otro lado, las canonizaciones de una pléyade de mártires de las hordas
ateas y comunistas, nada aportan a la reconciliación.
Reconciliación es reconocimiento
mutuo y asunción de todas las historias. En nuestro país, hasta que no haya una
aceptación de los activos y pasivos de todas las etapas anteriores por parte de
los actuales herederos, no habrá reconciliación auténtica. Se podría celebrar
el 18 de Julio de 1936, si recordamos, con anterioridad, los eventos del 14 de
abril de 1931. Mientras las dos Españas, no se fundan en una, con todas sus
circunstancias, olvidemos la reconciliación. El día que el Rey de España, se
reconozca tan legítimo heredero de la España del Movimiento Nacional, como de
la España Republicana, habremos dado un paso de gigante. Porque hay que superar
lo formal. Don Juan Carlos I, ha sabido reconciliarse con los herederos del
franquismo y con aquellos que sin renunciar a la República, han sabido aceptar
la Constitución, pero, por qué no avanzar más. Hasta ahora, los gobiernos de
izquierdas, han propiciado el recuerdo republicano oficiosamente, dentro del
respeto a la democracia coronada que el pueblo español se ha otorgado. Los
gobiernos de la derecha, sin embargo, encuentran más difícil liberarse de su
añorado pasado, aunque también, han aceptado la Constitución. En ambos casos,
no hay garantía de reconciliación personal, porque siempre debe ser “el otro”
el que ceda.
Es muy difícil llegar a una
conclusión, sobre todo para un futuro. Pero aquellos que soportaron la
República, sin aceptarla, se adhirieron, sin reserva a la salvación de España a
través del Alzamiento Nacional. Una vez ganada la guerra, la tolerancia que la
República tuvo con ellos, éstos no la tuvieron con los republicanos perdedores.
Durante los primeros y sucesivos años de la Dictadura o Movimiento Nacional,
persiguieron a matar a todo disidente, que no fueron pocos. Pero aquellos que
se adaptaron porque no tenían otro remedio, fueron tachados de chaqueteros. No
obstante, los que, estando en contra de la república, ganaron la guerra, en
todo momento han podido expresarse tal cual ha sido su deseo. Una paradoja se
nos presenta ante nuestros ojos. En nuestros días, a setenta años del final de
la Guerra Civil y más de ochenta de la proclamación de la República, todos
podemos expresar nuestra particular forma de ver la Historia. Sin embargo,
aquellos españoles que tuvieron que mentir por supervivencia, algunos hoy, no
les permiten el derecho a la libertad de reconocer que aquello que callaron,
entonces, era delito el haberlo declarado y ahora digan que lo que digan ellos,
la democracia se lo permite.
Por último, el autor de esta
reflexión, es hijo de un miliciano que durante la Guerra Civil, se alistó
voluntario, habiéndose librado del servicio militar obligatorio, en Madrid, en
el cuartel del paseo de la Reina Cristina, en Intendencia. Después del corte de
Cataluña, se pasó a Francia y allí estuvo nuevo meses, en un campo de
concentración, vigilado por soldados de las colonias francesas del África
negra. Senegal más concretamente. La República Francesa, no se distinguió por
prestar a los republicanos españoles un trato exquisito. Al final regresó con
un salvoconducto, firmado por personas solventes y respetables ante las nuevas
autoridades. El pasado inocuo de mi padre, fue el verdadero aval que le
permitió volver a Madrid. Los vencedores le recibieron, echándole en cara su
presencia en el bando republicano y su exilio en Francia. La ausencia de
reconciliación en sus rostros, sigue hoy. Cuando ahora se comenta que el
condenar el golpe de estado militar de Franco, es recordar la época de los fenicios
y se comenta que no se debe remover el pasado, siento un atropello a mi
sensibilidad. Soy hijo de una víctima de aquellos que no quieren condenar
ahora, aquel acto que ellos, han recordado durante más de sesenta años, día
tras día. ¿Cómo me reconcilio con quien no desea olvidar, perdonar, y mucho
menos pedir perdón? Mientras ellos sean los eternos verdugos, yo estaré siempre
con la memoria de mi padre.
Texto 1.- La ENCICLOPEDIA de
Grado Medio, se editó en 1935. Esta edición es de 1936. En su página 586, habla
de los Deberes para con Dios. El texto está a la altura de la Constitución de
la II República Española. Constitución y Educación es el binomio para entender
las pretensiones republicanas.
Texto 2.- La ENCICLOPEDIA ESCOLAR
Tercer Grado. Este ejemplar era su cuarta edición. Huesca, 29 de febrero de
1940. Contiene el diseño educativo de la Post-Guerra. También habla de Dios:
NIHIL OBSTAT. El censor Dr. Vicente Tena, canónigo. IMPRIMATUR. LINO, Obispo de
Huesca. A.A. de Barbastro. Por mandato de S. E. Rvdma., el Obispo, mi señor,
Dr. Benito Torrellas. Secretario. Editorial Luis Vives. Es un diseño educativo
basado en la Cruzada de Liberación.
PERFECCIONAMIENTO. LIBRO IV DE
LABOR ESCOLAR. Este ejemplar corresponde al año 1955. Es la ENCICLOPEDIA de la
Dictadura. Y también habla de Dios: “Los temas de Historia Sagrada y de
Religión podrá orientarlas el Maestro según las instrucciones emanadas de los
Ordinarios respectivos”. En esa época los Ordinarios eran los obispos o bien la
autoridad eclesiástica del lugar. La educación estaba basada en la consumación
del Nacionalcatolicismo.
Doctrina oficial emanada del
Padre Ripalda
La personalidad en la caligrafía
también era impuesta
Cuaderno de caligrafía al uso en
los años cincuenta
Agustín Serrano de Haro era
inspector de la enseñanza primaria
GLORIAS IMPERIALES era un manual
para ensalzar el espíritu patrio
Con el título genérico de LECCIONES DE COSAS se establecían normas de urbanidad, moral y buenas costumbres
PDF LECTURAS DE ORO. Años 1950
Las LECTURAS DE ORO servían para
leer en voz alta de forma continuada, formando a la sección formando un corro
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