EL GOBIERNO DEL PP ANIQUILA EL LAICISMO EN ESPAÑA
Los miembros del Partido Popular, herederos legítimos del genocidio franquista, del nacional-catolicismo y del nacional-sindicalismo de Falange Española, han logrado implantar burlando la Constitución, lo más rancio del catolicismo. Lejos de condenar la dictadura administran España como si de un botón de guerra se tratara. Con revancha, odio y venganza.
Aunque aún no están colgados en las paredes oficiales los retratos de los padres fundadores del régimen del 78, estos personajes siniestros sí presiden sus actos: Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera. Manuel Fraga y José María Aznar, y junto al crucifijo una estampa de Josemaría Escrivá de Balaguer.
Albergo la esperanza de que las generación de jóvenes políticos borren de la faz de la tierra todo vestigio y atisbo del nacional-catolicismo.
Que nadie se rasgue las vestiduras de la
hipocresía porque el imperante nacionalcatolicismo en España tiene su origen en el consenso de la Santa Transición y en el espíritu y letra de la Constitución Española. Es evidente público y notorio que el texto constitucional se hizo bajo la amenaza y
tutela de las fuerzas que dieron el golpe de estado que acabó con la República, que justificó la Guerra Civil
e implantó la dictadura. En
1975 cuando muere el Caudillo de España que lo fue por la Gracia de Dios, el Ejército, la Iglesia y los
franquistas, imponen a la oposición demócrata el llamado
pacto constitucional, bajo el terror a una involución. Esta constitución en pleno siglo XXI tiene goteras de toda índole y sólo da respuesta a los vencedores del enfrentamiento fratricida y sus cómplices. Es decir, mantiene la impunidad del
genocidio franquista, permanece intocable el concepto de unidad de la única nación y como garante de ello a los militares. Y los franquistas que ahora
gobierna bajo el eufemismo de Partido Popular, gobiernan al dictado de los
obispos. Sin disimulo alguna y con todo descaro. Toda la estructura corrupta
del franquismo, la tradición caciquil y la
pobreza del trabajador, ha encontrado cobijo y justificación bajo las alas de la señora Markel, cual gallina clueca empollando la
perversión de la desigualdad y la explotación del hombre por el hombre. Para los franquistas
denunciar esto es demagogia y populismo. La generación que creó el estado de cosas que ahora padecemos, no está capacitada para aplicar soluciones porque ella es la
provocadora del problema y por tanto no puede ser la solución. El derecho a la educación en España tiene dos grandes hándicaps: El afán de privatizar un derecho universal y la influencia
de la religión. Es el
resultado de la interpretación perversa de la
Constitución, aboliendo
cualquier atisbo de laicidad. En la actualidad la desigualdad creada en España priva de este derecho a quien no se lo puede pagar.
Y esto es un crimen legal como otros crímenes emanados de los recortes también legales pero injustos del
Gobierno.
TRES ENCICLOPEDIAS PARA TRES ESPAÑAS
TRES ENCICLOPEDIAS PARA TRES ESPAÑAS
No hay comentarios:
Publicar un comentario