ESPERPENTO NACIONAL
Discurso
completo del Rey sobre Catalunya
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Estamos viviendo momentos muy graves para nuestra vida democrática. Y en estas
circunstancias, quiero dirigirme directamente a todos los españoles. Todos
hemos sido testigos de los hechos que se han ido produciendo en Cataluña, con
la pretensión final de la Generalitat de que sea proclamada −ilegalmente−la
independencia de Cataluña.
Desde hace ya tiempo, determinadas autoridades de Cataluña, de una manera
reiterada, consciente y deliberada, han venido incumpliendo la Constitución y
su Estatuto de Autonomía, que es la Ley que reconoce, protege y ampara sus
instituciones históricas y su autogobierno.
Con sus decisiones han vulnerado de manera sistemática las normas aprobadas
legal y legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes
del Estado. Un Estado al que, precisamente, esas autoridades representan en
Cataluña.
Han quebrantado los principios democráticos de todo Estado de Derecho y han
socavado la armonía y la convivencia en la propia sociedad catalana, llegando
─desgraciadamente─ a dividirla. Hoy la sociedad catalana está fracturada y
enfrentada.
Esas autoridades han menospreciado los afectos y los sentimientos de
solidaridad que han unido y unirán al conjunto de los españoles; y con su
conducta irresponsable incluso pueden poner en riesgo la estabilidad económica
y social de Cataluña y de toda España.
En definitiva, todo ello ha supuesto la culminación de un inaceptable intento
de apropiación de las instituciones históricas de Cataluña. Esas autoridades,
de una manera clara y rotunda, se han situado totalmente al margen del derecho
y de la democracia. Han pretendido quebrar la unidad de España y la soberanía
nacional, que es el derecho de todos los españoles a decidir democráticamente
su vida en común.
Por todo ello y ante esta situación de extrema gravedad, que requiere el firme
compromiso de todos con los intereses generales, es responsabilidad de los
legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional y el normal
funcionamiento de las instituciones, la vigencia del Estado de Derecho y el
autogobierno de Cataluña, basado en la Constitución y en su Estatuto de
Autonomía.
Hoy quiero, además, transmitir varios mensajes a todos los españoles,
particularmente a los catalanes.
A los ciudadanos de Cataluña –a todos− quiero reiterarles que desde hace
décadas vivimos en un Estado democrático que ofrece las vías constitucionales
para que cualquier persona pueda defender sus ideas dentro del respeto a la
ley. Porque, como todos sabemos, sin ese respeto no hay convivencia democrática
posible en paz y libertad, ni en Cataluña, ni en el resto de España, ni en
ningún lugar del mundo. En la España constitucional y democrática, saben bien
que tienen un espacio de concordia y de encuentro con todos sus conciudadanos.
Sé muy bien que en Cataluña también hay mucha preocupación y gran inquietud con
la conducta de las autoridades autonómicas. A quienes así lo sienten, les digo
que no están solos, ni lo estarán; que tienen todo el apoyo y la solidaridad
del resto de los españoles, y la garantía absoluta de nuestro Estado de Derecho
en la defensa de su libertad y de sus derechos.
Y al conjunto de los españoles, que viven con desasosiego y tristeza estos
acontecimientos, les transmito un mensaje de tranquilidad, de confianza y,
también, de esperanza.
Son momentos difíciles, pero los superaremos. Son momentos muy complejos, pero
saldremos adelante. Porque creemos en nuestro país y nos sentimos orgullosos de
lo que somos. Porque nuestros principios democráticos son fuertes, son sólidos.
Y lo son porque están basados en el deseo de millones y millones de españoles
de convivir en paz y en libertad. Así hemos ido construyendo la España de las
últimas décadas. Y así debemos seguir ese camino, con serenidad y con
determinación. En ese camino, en esa España mejor que todos deseamos, estará
también Cataluña.
Termino ya estas palabras, dirigidas a todo el pueblo español, para subrayar
una vez más el firme compromiso de la Corona con la Constitución y con la
democracia, mi entrega al entendimiento y la concordia entre españoles, y mi
compromiso como Rey con la unidad y la permanencia de España.
Como ciudadano español, después de volver a leer el discurso del Rey contra los Catalanes del Procés y ahora conocer la Ley de la Amnistía en el BOE, paso vergüenza al contemplar cómo el ADN del Franquismo ha volado sobre los Tres Poderes del Estado. La Ley de la Amnistía es la piedra angular para romper para siempre el testamento de Franco:
¡ESPAÑA UNA GRANDE Y LIBRE!
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