Pedro Taracena Gil
¿Por
qué iré a votar?
Rechazar la oportunidad de votar es
inhibirse de las propuestas de los políticos candidatos, que ineludiblemente nos afectan a todos. Votaré
porque es un hábito contraído por mí desde los albores de la democracia en España
Mi sentido común me dice que jamás he votado ni votaré al PP por dos razones:
- Sus raíces se han legitimado en el más genuino franquismo: Siguen sin
condenar los execrables crímenes del
Movimiento Nacional y la dinastía de Franco, Fraga, Aznar, Rajoy (Alianza Popular-Partido Popular) perpetúa el
franquismo fosilizando la Constitución de 1978.
- El Gobierno
y el Partido Popular es el culpable de haber cometidos crímenes legales contra los derechos constitucionales de los españoles: Desahucios, hambre, muerte prematura, desamparo
a los dependientes, exilio de los jóvenes y los científicos y mutilación del derecho de libertad de expresión.
Me reconozco perteneciente a La Casta y protagonista de la Transición Española, pero ya me he cansado de taparte la nariz para ejercer mi derecho
al voto, en aras de una fidelidad la cual he visto traicionada. No reniego de
haberlo hecho hasta 2011 pero al psoe hay que decirle ¡Basta!
El maridaje del PPSOE ha sido grotesco y
dos hechos han rebasado mi paciencia y mi compromiso político:
- La reforma
de la Constitución Española con nocturnidad y alevosía, llevada a cabo por el
bipartidismo perverso, antipatriota y cobarde. Zapatero debía de haber consultado al pueblo
antes de cometer este crimen legal.
- No perdono a
Zapatero que mutilara con la complicidad de Rajoy el principio de Justicia
Universal, para agradar a EEUU, China e Israel.
- El PSOE no
ha sido capaz de condenar cuando ha tenido mayoría absoluta la dictadura y el
genocidio franquista, así como de
haber hecho una ley de Memoria Histórica pusilánime con muchas, demasiadas, concesiones a los
franquistas.
- Por último el PSOE es cómplice del nacional-catolicismo que
ahora disfrutamos por no haber
denunciado los Acuerdos con la Santa Sede.
Es fácil para un español que nació y padeció la dictadura, encontrar motivos en Ciutadans o Ciudadanos para no
votarles.
- Es una
fuerza política
aparentemente centrada, moderada y equidistante de las izquierdas y las
derechas.
- Este
espejismo oculta su pasión por la
patria y nación única, evocador de UNA GRANDE Y
LIBRE.
- Tiene en común con la tradición franquista la negación de los derechos autonómicos emanados de la Constitución. Solamente respetados cuando han
pasado por su crisol interpretativo.
- En lo económico son liberales y asisten al
mismo templo y adoran al mismo Becerro de Oro que la banca, los
empresarios, lo caiques y la burguesía.
- Les voté en
las últimas elecciones
europeas, pero aunque comulgo con su programa electoral y mi líder preferido sin duda es Julia
Anguita, la estructura asamblearia les ha llevado a la desarticulación de cualquier alternativa práctica y eficaz.
- Han tenido
efímeros maridajes, Izquierda Unida con
el Partido Socialista Obrero Español, con aciertos y errores. A juicio mío con resultante positivo.
- Ha podido más el egocentrismo de ambos,
obsesionados de que son cada uno por separado representantes de la genuina
izquierda española, que poner
al servicio del pueblo un programa
común.
Tampoco votaré a esta fuerza política Unión Progreso y Democracia.
- Contemplando
el origen de su lideresa y su trayectoria política no ha cautivado mi atención y mucho menos mi voto:
- Su fundadora
viene del socialismo vasco, donde como todos los socialistas han sufrido
la amenaza y el zarpazo etarra. Esta premisa yo la compartía cuando también militaba en el
socialismo español.
- La Unión que encabezo su razón social no es gratuita, encierra
una vocación
centralista poniendo en cuestión no solamente el separatismo sino algunas cuestiones
autonómicas como
el Concierto Vasco y otras competencias.
- El Progreso
asumido en su denominación política es ambiguo pero escorado hacia
el empresariado y por último en lo
que sí he visto un
compromiso es la regeneración de la Democracia. Han denunciado el estado de
corrupción.
No votaré el Partido Nacionalista Vasco
por dos razones:
- Porque es de
derechas de toda la vida y mantiene un maridaje entre la político y lo religioso.
- Y porque
predican y mantienen un nacionalismo exclusivo y excluyente.
No votaré a Covergéncia i Unió por algunas cuestiones históricas y otras más cercanas:
- CiU se han arrogado el propiciar el derecho
a decidir de los catalanes constituidos en nación, pero se han olvidado de que la
nación catalana
no solamente la constituyen la tradicional burguesía catalana.
- Desde 1978,
CiU ha sido un partido de burgueses corruptos dentro y fuera del Guber.
- Los actuales
casos de corrupción demuestran
que, mientras los medios de comunicación y el Gobierno de España miraba para otro lado, el caudillo Jordi Pujol, el
capo de la mafia, había creado una
estructura de corrupción
sistematizada para expoliar a los catalanes.
Porque la política es algo ineludible, estamos inmersos en la política, las relaciones personales con la familia, los
vecinos, la sociedad y las otras naciones, es política. No desperdiciaré mi voto porque no todos los partidos son
iguales y discierno muy bien quienes defienden mis derechos y quienes los
mutilan.
Para reflejar mi indignación y para ejercer mi derecho de libertad de expresión, malograr un voto que va a la basura, considero la
peor de las opciones, la menos democrática y la menos eficaz.
Votaré a PODEMOS porque es el partido que
todos los medios de comunicación y los políticos integrados en La Casta han descalificado,
calumniado, desprestigiado e insultado, presos del pánico ante el lema de “Sí, podemos...” “Sí, se puede…”
Y porque tienen mi confianza presente y
el derecho futuro a que, también, cometan sus errores a lo largo de otros 37 años…
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