Por
Pedro Taracena
El Partido Popular esté en el poder así como en la
oposición, siempre permanecerá unido a la Iglesia. Más aún, allí donde se instale
jamás condenará la dictadura franquista. ¿Por qué? Porque el Partido Popular y de igual
forma Alianza Popular, dos nombres para una misma formación política, sin la Iglesia, el Ejército y la dictadura de
Franco, se convertirían en la nada más absoluta.
Renunciar a sus orígenes, a sus ancestros y a sus fundadores, equivaldría a su
desaparición. Su ideología es consustancial con el franquismo: Falange España, Ejército, Guardia Civil e Iglesia Católica. Lo más grave es que la
Monarquía está ligada al pasado franquista de igual forma que la derecha española a la
dictadura. La Constitución Española se antoja papel
mojado para los franquistas y para el mismo Rey de España. Sobre todo en
lo relativo a la alianza trono-altar y el maridaje de hecho Iglesia-Estado. En
resumen a la aconfesionalidad del Estado.
Es
un sarcasmo que alguien obligue a un cura a que condene el franquismo cuando
fue la Santa Sede quien alentó la Santa Cruzada de
Liberación
Nacional, eufemismo con el que el franquismo conoce a la Guerra Civil y el
Alzamiento Nacional, eufemismo con el que se conoce al golpe de estado perpetrado
por el general Franco contra la República.
De igual forma que como premio a la victoria después de tres años de enfrenamiento
fratricida, el Estado español se convirtió
en un estado confesional y el dictador en Caudillo de España
in eternum por la Gracia de Dios
ECO REPUBLICANO
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