Cuando
se firmó en
Madrid el tratado de adhesión a la entonces Comunidad Económica
Europea; presidiendo la ceremonia nada más y nada
menos que la escultura del emperador Carlos V, era impensable en aquel momento
histórico que
aquella incipiente Unión Europea se convirtiera en una máquina de
destruir estados, en lugar de unirlos en una comunidad solidaria de todos los
pueblos europeos en paz.
La
democracia ha sido de tal manera prostituida que los gobiernos no representan
la voluntad popular y mucho menos la defienden. Formalmente sí es una democracia pero una democracia fosilizada; desarrollando
una legislación al margen de la justicia, la solidaridad y lo
que es gravísimo, truncando la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 y en nuestro
caso la Constitución Española de 1978.
Es como
si la cuna de la civilización se hubiera vuelto loca y tan solo adorara al
nuevo Becerro de Oro. Es decir, la usura de los banqueros, el latrocinio de los corruptos,
la esclavitud de los trabajadores, los oligopolios que tiranizan los mercados y
el silencio cómplice de los intelectuales, quienes debieran
gritar al frente de los miserables e indignados: ¡Basta! ¡Basta ya de tanto
crimen!
¿Dónde está el
pensamiento de los clásicos y la civilización de Alejandro Magno? ¿Qué hemos hecho del comercio del
Mediterráneo y de la pujanza económica de
las repúblicas centenarias algunas milenarias de la antigua
Italia? ¿Dónde el Renacimiento que supo conjugar el
humanismo, el clasicismo y la naturaleza de los estoicos? En fin ¿Dónde están los
buenos propósitos de colocar al ser humano en el centro
del universo para erradicar que volviera la violencia y la guerra?
Los
actuales gobernantes de las instituciones europeas y los Gobiernos de cada uno
de los países miembros, son responsables ante la
Historia de este genocidio legal al cual están
sometiendo a los propios ciudadanos de Europa, a los inmigrantes afincados en
territorio europeo sin olvidar el éxodo
continuo venido de guerras y persecuciones intolerables en el siglo XXI. Sí, los políticos
europeos son los obradores de políticas
que producen crímenes legales en tiempo
de paz relativa. No es preciso esperar que pasada la hecatombe los servidores públicos
tengan su Núremberg, para considerarles como
auténticos hacedores de crímenes. No estaríamos
ante el primer genocidio con cobertura legal.
Estamos
haciendo únicos responsables a los alemanes, donde la
figura de Merkel y su taimado ministro de economía se
llevan todas las iras de los indignados.
Así como la temida y odiada Troica. Pero no
podemos ser tan ingenuos como para quedarnos con esta simple visión. La
socialdemocracia europea está vendida
a los mercados, cuanto más rico es el país menos se preocupa de los menos favorecidos. Los
populares son la derecha pura y dura de siempre. Su objetivo es la destrucción del Estado, cuando hay progreso los más desfavorecidos lo notan porque las limosnas son más generosas y las migajas más
suculentas. Mientras los ricos son más ricos
y los pobres más miserables…
España es el espejo donde nos miramos como europeos:
- Zapatero niega la crisis y recibe una carta amenazante de Europa y en vez de comunicárselo a su pueblo la oculta y reforma la constitución con el PP. Cobardía y falta de patriotismo. La
izquierda y la derecha han traicionado a los españoles.
- Rajoy, recibe una mayoría absoluta que él ejerce como poder absolutista;
poniéndose al servicio incondicional de los mercados y sobre todo de
Merkel. Además la crisis
le permite ejecutar la política nacional
al dictado de la Patronal, la Iglesia y los Caciques. La corrupción del PP llega a las cotas más altas.
- La corrupción invade todo el territorio nacional y todas las instituciones del Estado. La Casta que consensuó la Transición no es capaz de encajar en la España del siglo XXI. La Constitución está fosilizada.
Ante
esta situación, hay una campaña orquestada desde el Gobierno para que los indignados
del 15-M no ocupen más parcelas de poder. Es
descarado y patente cómo los medios de
comunicación ponen a sus mejores tertulianos e
impostores del periodismo español al
frete de programas, que dejan como líderes en
democracia al mismo NODO y toda la propaganda franquista.
Las
potencias occidentales colonizaron con malas artes y esquilmaron sus riquezas de
todos los países ahora en conflicto, sin olvidar Irak, Palestina
y Afganistán; provocando una hecatombe ya incontrolable.
El cuadro dantesco de las fronteras de la Unión Europea
por tierra y por mar, es un éxodo que es difícil
saber si nos acercamos o tratamos de eludir la III Guerra Mundial.
La OTAN
nos defiende del eterno enemigo exterior. ¡Hipócritas!
El enemigo está dentro de la Unión Europea: La inmigración que llega
huyendo de las guerras y persecuciones religiosas y políticas, de tiranos que eran nuestros aliados. El enemigo
está en la injusticia provocando desigualdad entre los
europeos. El enemigo peor está en la
traición que los gobiernos han ejercido contra su pueblo;
aplicando políticas económicas y
sociales legales, pero de consecuencias criminales. Crímenes legales en tiempos de paz. Si los gobernantes no estuvieran
blindados, tendrían que estar todos procesados por crímenes contra la sus propios ciudadanos.
El hecho
de que las autoridades oficiales de la UE, estén masacrando a Grecia; destruyendo al propietario de la nación helena que es el Estado, no están en posesión de la
verdad y mucho menos de la democracia y la justicia. Han aplicado la ley del más fuerte y han cometido un crimen contra la civilización que fundamentó el
pensamiento en todos los órdenes de la vida
europea. Todas las autoridades europeas carecen del más elemental humanismo, pero además, su intelecto está dotado de
crasa ignorancia y de supina incultura.
Para
muestra tenemos a modo de ejemplo al equipo del parco, terco y torpe, Mariano Rajoy.
Ni uno solo de sus miembros han perdió un ápice de prestigio porque jamás lo tuvieron…
Precioso comentario como todos amigo Pedro
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