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domingo, 4 de diciembre de 2016

DÍA DE LA CONSTITUCIÓN 2016



RELATO DE UNA TRAICIÓN

 Por Pedro Taracena Gil

Sí, una traición perpetrada por el bipartidismo PSOE-PP, que ejercieron su aplastante mayoría en el Congreso de los Diputados. Traición que modificó el artículo 135 de la Constitución, dando prioridad a la deuda contraída con los mercados, sobre la satisfacción de las necesidades más primarias de los españoles.



 Además el resto de los partidos del arco parlamentario en 2011, no permitía forzar un referéndum porque no se alcanzaba el 10% del total de los 350 diputados. Una modificación exprés, de espaldas a los ciudadanos con nocturnidad alevosía y en periodo de vacaciones. Una farsa en toda regla porque trataron de engañar al pueblo, con la falacia de que no había otra camino.
 ¡Mentira! Porque es evidente que lo había. Pedro Sánchez más tarde reconocería el error cometido por su partido. Algún día llegará a España una prensa independiente que delate ante el mundo, que José Luis Rodríguez Zapatero fue un cobarde y un antipatriota. Un traidor al pueblo español. 
Cuando Zapatero recibe la carta de Trichet, en lugar de ocultarla y urdir la fechoría con Rajoy, debía de haber comparecido ante el Congreso de los Diputados, solicitando una cuestión de confianza, para que la Cámara se hubiera pronunciado, pero con el compromiso de que la propuesta de modificación del artículo 135, sería sometida a referéndum. Si esta proposición hubiere sido rechazada, debía presentar su dimisión,  disolver el Parlamento y convocar elecciones anticipadas. Las exigencias de Jean Claude Trichet debían esperar. La Unión Europea es un club para ayudar a sus miembros no un gremio de mercaderes exclusivamente. Estas exigencias no eran de obligado cumplimento, puesto que otros países no han llegado a este extremo para dar confianza y garantía a los mercaderes del señor Trichet. Bélgica estuvo más de 500 días sin Gobierno y hubo quien declaró que al margen de la UE, el Estado seguía funcionando.


LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA 1978-2016


¡Que la bandera ondee a media asta y con un crespón negro!

  
Por Pedro Taracena Gil

El día de la Constitución Española, los políticos de La Casta, rinden homenaje a una Carta Magna fosilizada. Las políticas represivas y de recortes han convertido los derechos constitucionales en crímenes legales. Ante la pasividad cómplice del Tribunal Constitucional, también corrompido como miembro fehaciente de la conducta inmoral imperante. Donde lo legal no tiene por qué ser lo justo y mucho menos lo legítimo.
Es preciso reivindicar que durante estos 38 años de recorrido democrático, los derechos reconocidos por la Constitución Española hayan sido desarrollados a través de las legislaturas de UCD (Unión del Centro Democrático) y PSOE (Partido Socialista Obrero Español), con la colaboración de otras formaciones minoritarias, nacionalistas o no nacionalistas. La Alianza Popular asociación netamente franquista con sus legítimas raíces en la dictadura y el Partido Popular que agrupó con otras siglas a los mismos franquistas, lejos de apoyar los preceptos de nuestra Carta Magna, la han fosilizado. Es triste pero objetivamente cierto, aunque me gustaría que alguien me sacara de mi error en el caso de estar equivocado.
La Unión Europea cual ave carroñera, a través del más inmoral y cruel capitalismo, ha eliminado de su hoja de ruta la Europa de los Ciudadanos y ha consagrado la Europa de los Mercaderes. En España la derecha franquista ha aprovechado las perversas directrices de la UE para implantar su política sin piedad. A pesar de que las criminales directrices del Partido Popular hayan sido tomadas bajo la escusa hipócrita de imposición de Europa, la responsabilidad recae en quien las aplica. 




¿Quiénes forman el gobierno de coalición que aplica los sangrientos recortes, causante de estos crímenes? Pues la respuesta es simple: Los banqueros, los grandes empresarios, los caciques, los medios de comunicación, los franquistas del PP y los obispos. Sin olvidar la gran traición que Zapatero cometió cuando recibió presiones de Europa, inadmisible atentando a la soberanía nacional. Ante esta agresión, en lugar de informar al pueblo y presentar su dimisión, creyó ¡craso error! que salvaría a España reformando la Constitución a favor de los mercados y en detrimento de sus conciudadanos. Esto es lo que ahora se le viene llamando La Casta, que cuanto más se niega la pertenencia a ella, más se delatan ellos mismos. En estos días Pedro Sánchez está tratando de rectificar el error cometido. Una reforma constitucional hecha con nocturnidad y alevosía manifiesto atentado al pueblo español. Esto le honra al exlíder de la oposición pero el mal ya está hecho. Y la amenaza de que vuelvan los pactos con el Partido Popular sigue en vigor.





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