Carta de Luis Gonzalo Segura al Rey de España
El día antes que se conmemore a las víctimas de los atentados en la Rambla y Cambrils, y el día antes que Felipe venga a Barcelona para estar presente, si hoy el rey ha leído el diario Público se habrá encontrado con una brutal carta dirigida a su persona. Lleva el explícito título de "Felipe VI: el arte de llorar a las víctimas y municionar a los asesinos" y la particularidad es que la firma un militar, el exteniente del Ejército de Tierra, Luis Gonzalo Segura, autor también del libro El libro negro del ejército español.
El artículo de
opinión es de los retratos más contundentes que se recuerda que le hayan hecho
al rey Felipe, y de rebote, a su padre Juan Carlos. Con un lenguaje irónico
dirigiéndose a él como si fuera un súbdito rindiéndole pleitesía, aprovecha
para poner negro sobre blanco todas las actitudes y vínculos vergonzantes de
Felipe, especialmente en su relación con los terroristas en el Oriente Medio,
autores de la masacre de unas víctimas a las que mañana el rey vendrá a
conmemorar. "Resulta harto notorio que vuestra venerada magnificencia
tiene una particular debilidad por la venta de armas y por los sanguinarios
opresores y sátrapas, a los que incluso place de recibir, reír y embellecer su
salpicada imagen". Primera declaración de intenciones de Gonzalo Segura
sólo empezar el texto. El exteniente le echa en cara que sólo empezar su
reinado, fuera a Arabia Saudí después de la muerte del rey Abdalá. O que
después de "trapichear con armas por cientos o miles", recibiera al
heredero a la corona, "retratándose ambos sonrientes y pajareros a
principios de 2018. A carcajada unísona, para ser exactos".
"Se entiende
que su excelentísima santidad sois versado de las atroces ejecuciones que
acontecen en Arabia Saudí por cientos al año y miles a la década. Ejecutados
cuyos delitos oscilan entre la homosexualidad, el adulterio, el ateísmo o la
tan terrible disidencia. Se cree, en todo caso, con la humildad y el no escaso
margen de equivocación de los siervos, que quizá a tan altísima excelencia no
le incomode en alguna forma tales ejecuciones", continúa el autor de la
carta, que aprovecha para repartir más arriba, hacia el rey emérito, "ese
conocido como Campechano que se postró a un sanguinario dictador mientras este
asesinaba, reprimía y estrangulaba a su pueblo. Todo ello por el único y
expreso deseo de conseguir una corona que le permitiera vivir al margen de la
legalidad, como así fue, y cometer delitos, uno tras otro, en una vida que ya
hubiera querido para sí el mismísimo Al Capone".
El militar sigue haciendo recuento de las numerosas víctimas, "niños, ancianos" en el Oriente Medio, "gracias a la formación que sus pilotos recibieron en nuestra Gloriosa España disponen sus hermanos de un gran tino en aquello de arrojar bombas, devastando, amputando y segando a aquellos que lloran a sus muertos", y le recuerda al jefe de las Fuerzas Armadas la relación directa de sus acuerdos con los atentados: "Le quisiera recordar a su ilustradísima majestad, legitimada por los designios de uno de los mayores asesinos del siglo pasado y la cópula de uno de los mayores adúlteros de las últimas décadas, que son precisamente sus hermanos sentimentales los que han financiado económicamente la expansión de las ideas más radicales, lo que no pocos atentados ha originado. Incluidos los que se dispone a convertir en acto laboral, cual plañidera".
El militar sigue haciendo recuento de las numerosas víctimas, "niños, ancianos" en el Oriente Medio, "gracias a la formación que sus pilotos recibieron en nuestra Gloriosa España disponen sus hermanos de un gran tino en aquello de arrojar bombas, devastando, amputando y segando a aquellos que lloran a sus muertos", y le recuerda al jefe de las Fuerzas Armadas la relación directa de sus acuerdos con los atentados: "Le quisiera recordar a su ilustradísima majestad, legitimada por los designios de uno de los mayores asesinos del siglo pasado y la cópula de uno de los mayores adúlteros de las últimas décadas, que son precisamente sus hermanos sentimentales los que han financiado económicamente la expansión de las ideas más radicales, lo que no pocos atentados ha originado. Incluidos los que se dispone a convertir en acto laboral, cual plañidera".
El ataque a Felipe
es todavía más despiadado cuando insinúa cierto grado de satisfacción con según
qué atentados: "Puede, porque ya casi nada parece imposible y algunos
somos perversos por naturaleza, que brillase en su interior una cierta
satisfacción cuando el pueblo catalán fue lacerado el pasado 17 de agosto por
los mismos a los que financia por aquello de que las tragedias unen a las
familias más encontradas". Continúa. 1 de octubre: "No conseguido
este anhelo tan patriótico, muchos sospechan, no descabelladamente, que pudiera
haber sentido una cierta satisfacción con el apaleo de ciudadanos acaecido el 1
de octubre, tal y como lo haría el padre que espera que el cinturón resuelva lo
que su ejemplaridad (o falta de ella) no fue capaz de inspirar, dado que ni una
palabra amable tuvo para los apaleados. Los cuales tienen menos consideración
en su persona que los asesinos, los corruptos y los criminales".
Gonzalo Segura da
repaso de los últimos bombardeos del 9 de agosto, donde "aniquilar tres
autobuses en los que viajaban niños que acudían a un campamento de verano,
igual que nuestros hijos, con resultado de 29 niños asesinados", volviendo
a recordarle a Felipe "la tan piadosa relación que mantiene con la
industria armamentística, obras que, si algún día fueran juzgadas, constituirían
crímenes tan repugnantes que despacharían sus regias posaderas a una prisión
internacional".
La misiva acaba
diciendo que "si su atareada agenda de venta de armas no le permitieron
percatarse, ha convertido España en un antro de corrupción y un Parque Nacional
y refugio meridional de franquistas, fascistas y ultraconservadores de
diferentes familias, géneros y especies", con una petición final a
"mi admirado y querido Señor: quisiera solicitarle muy humildemente que
cese la venta de armas a criminales; elimine la inviolabilidad jurídica y
permita que tanto su padre como usted puedan ser juzgados, abdique, sancione,
repudie y permita juzgar el franquismo y ponga a disposición judicial la
documentación e información con la que cuente sobre cualquier actividad
delictiva en la que tanto usted como sus familiares pudieran haber conocido o
participado".
CARTA AL REY
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