IMPOSTORES DEL PERIODISMO
Aunque
nací en Madrid los 14 primeros años de mi existencia fueron vividos en un
pueblo donde regía la Acción Católica, Falange Española, el Cura, la Guardia
Civil, el Maestro y el Alcalde, nombrado éste último por el Gobernador de la
Provincia. Conscientemente escribo estos nombres con mayúsculas porque fueron
las instituciones utilizadas por la tiranía para masacrar a un pueblo. El
franquismo y el nacionalcatolicismo en su plenitud.
Las
noticias llegaban al pueblo a través de los primeros receptores de radio
Clarion, Philips y Telefunken. Radio Nacional de España transmitía en exclusiva
las noticias en los diarios hablados de las dos y media de la tarde y las diez
de la noche. Estos noticiarios habían heredado el nombre de parte, de
los partes diarios de la Guerra Civil.
La
prensa escrita: Ya, Arriba, ABC, Pueblo, Informaciones y El Alcázar llegaba a
los pocos suscriptores del pueblo. Los lunes no había prensa y salía La Hoja
del Lunes, pero se quedaba en la capital y no llegaba a los pueblos.
Las
emisoras de radio comerciales les estaba prohibido informar. Nadie podía hacer
la competencia a RNE.
Ya
en Madrid la situación de la información seguía igual que en el último pueblo
de España. Los profesionales de la radio se llamaban locutores y nunca
periodistas. El periodismo escrito se ejercía previo carnet de prensa.
Cuando hizo su aparición Televisión Española con dos canales, los locutores de
radio se convirtieron en bustos parlantes; luchando contra la inercia de no
dejar espacios de silencio en TV, que son por naturaleza típicamente
radiofónicos. Y no pocos periodistas de la prensa escrita se asomaron a los
telediarios donde seguían teniendo la exclusividad de la información. Para
completar el panorama informativo es preciso mencionar el famoso NODO Noticias
y Documentales. Era un cortometraje de la actualidad de España y el extranjero,
visto con los ojos del franquismo. La proyección de este reportaje era de
obligado cumplimiento en todas las salas de cine de España, antes de la
proyección de la película anunciada; incluyendo las salas de estreno y de
sesión continua. Franco utilizó este documental para propagar las virtudes de Movimiento
Nacional en todas las cancillerías que se lo permitieron.
Hasta
aquí queda definido lo que no es información, pero sin embargo los ejemplos nos
definen lo que sí es propaganda. En este caso propaganda en el interior
y en el exterior.
La
muerte del dictador trajo la llamada libertad de prensa y ya había multitud de
emisoras de radio y canales de televisión. La Constitución Española nos marcaba
el camino en su artículo 20 para ejercer el derecho a la libre información
puntual y veraz. A los Medios de Conminación se les brindaba la oportunidad de
discernir lo que era propaganda de lo que era información.
Avanzando
en el tiempo siempre desde mi apreciación personal, los periodistas en general
se han convertido en impostores del periodismo. ¿Por qué? Pues la clave está en
¿quién financia a los medios? Una arquitectura financiera muy compleja, pero
bajo la apariencia de pluralidad todos los medios privados y de
titularidad pública, sirven a una misma pluralidad. Es decir, sirven a una
misma pluralidad que pertenece al mismo sistema que sostiene el RÉGIMEN DEL
78. Esta mayoría plural representa los intereses proporcionales a los 7
MAGNÍFICOS (Padres de la Constitución) que, de espaldas a sindicatos,
intelectuales, estudiantes, empresarios y artistas, escribieron una
constitución al servicio de los que habían dado el golpe del 36: Capital,
Ejercito, Iglesia y Falange Española y de la JONS.
Los
medios de Comunicación han ensalzado hasta el delirio la Santa Transición, sin
atisbo de crítica a la Monarquía. Pasados los efectos de las mieles de la
Transición, ahora nos encontramos que los Medios de Comunicación han contraído
los vicios y perversiones que les han convertido en impostores del periodismo
español de pleno derecho. Tres son estos vicios permanentes:
2. Corporativismo. ¿Quién critica a los
periodistas? O mejor dicho, los medios se defienden y se encubren los unos a
los otros. Nadie puede conocer los errores y defectos de los profesionales de
la prensa española.
3. La crítica y la
autocrítica
no habitan entre los periodistas españoles, ni tampoco hay esperanza de que
estas conductas cambien.
En
principio la pléyade o caterva de informadores que se llaman periodistas,
constituyen unas modalidades, llamémoslas de periodismo de bajura:
Tertulianos,
presentadores, entrevistadores y mesas de análisis, viene a ser los mismos
porque son capaces de hablar de todo y sin saber de casi nada, o se llaman
analistas porque les colocan en una mesa de análisis, sin saber lo que es un
análisis de cualquier materia o especialización. Los temas políticos les
entusiasman y sobre todo es donde se sienten alineados con el medio que les
paga. Hay tertulias que tiene la costumbre de rotular el nombre del
interviniente y el medio. Esta entrada ya informa al espectador de qué pie
cojea su intervención. Si el canal de TV quiera vender la idea de libertad y
neutralidad omite cualquier identificación, pero la imagen del individuo que
toma parte de la misma caterva o pléyade, ya se la ha visto en otras pantallas
porque su presencia es repetitiva y rotativa.
Otro
capítulo de la desidia donde ha caído este gremio es la mezcla que hace de la
información y la publicidad. Bustos parlantes que no periodistas de TV utilizan
su imagen y el prestigio que se les presume porque un antepasado fuera un gran
locutor o periodista del franquismo, lo aprovecha para anunciar todo producto
alejado del periodismo. Hasta los presentadores y presentadoras del Tiempo
interrumpen su información meteorológica para hacer publicidad. Es verdad que
estos profesionales no son periodistas son actores publicitarios, pero entonces
hay que llamar a las cosas por su nombre. Los espacios donde presuntamente ofrecen
información hay que mirarlos con lupa.
El
origen de la presunta información periodística se urde en las redacciones de
los periódicos que son los que escriben los guiones de una misma línea
editorial. Los platós de las distintas televisiones ponen en antena las
portadas de los principales periódicos impresos y digitales, a través de
presentadores, tertulianos, bustos parlantes de los telediarios y comentaristas
de todo y de nada… Los invitados a estas tertulias y mesas de análisis
son personajes del universo neofranquista, repitiendo los mismos debates de la
política soporte del REGÍMEN del 78. Pero nadie que cuestione la ilegitimidad
del Rey o la impunidad del Genocidio Franquista, tiene un atril donde denunciar
la rancia y caduca España. La pluralidad la tenemos que encontrar en Las
Redes Sociales. Sin duda a través de estos nuevos canales de comunicación y de
información, circula la mentira y la verdad igual que en los canales
tradicionales. Con algunas salvedades: Son libres, se financian
de forma privada, no hay corporativismo. Es más,
hay una gran variedad de opciones de materias y se ejerce la crítica. Es
obvio que no me he salido del respeto al artículo 20 de la Constitución. Las
Redes Sociales como vehículo y protagonistas de divulgar la verdad, están
obligados a respetar el derecho de los ciudadanos a la INFORMACIÓN.
Estos
mismos actores que no periodistas, se prestan a interpretar anuncios
publicitarios de todo tipo: pólizas de seguros, tecnología ligada a Internet,
sanidad privada o productos de toda índole. Estos impostores de los verdaderos
actores especialistas, siguen el guion que les marca la agencia de turno, con
el mismo ímpetu de verdad, que las noticias que leen en el guion del telediario
de turno. Con una diferencia que las noticias deben de ser verdaderas y la
publicidad de cualquier producto lejos de decir la verdad, disimula sus
defectos, o simplemente los ocultan. Otros impostores del periodismo son
políticos militantes que pasan por periodistas, que más tarde aparecen en una
lista de un partido en las elecciones al Congreso de los Diputados. Los Medios de Comunicación al servicio de la
INFORMACIÓN forman un CUARTO PODER, al servicio del espectro político que marca
la oficialidad del RÉGIMEN del 78. Dicho de otro modo, los adoradores del
Becerro de Oro que para ellos es la Carta Magna, la consideran un credo
dogmático más que un ágora de libertad, independencia y democracia. Este RÉGIMEN
está financiado por el mismo capital que dio el Golpe de Estado del 36,
financió la Guerra Civil, con la ayuda del Nazismo y el Fascismo, apoyó la
Dictadura y tuteló la Transición. Ahora la Patronal, la Banca y la Iglesia son
intocables. Las otras pluralidades como los sindicatos, los intelectuales, la
sanidad, la educación, los científicos, la juventud y los emprendedores, están
fuera de la Constitución. Menciono pluralidades sociales, no exclusivamente
políticas.
Es
más creíble pensar que Marlasca sea un, digamos infiltrado legal, que
obtiene información de primera mano en cualquier momento del hecho acaecido. Y
actualizando esta información a tiempo real para que solamente circule una verdad
no contrastada y no oficial. Cuando la Policía desea tener informada a
la sociedad, lo hace a través de una comunicación oficial, por escrito o
celebrando una comparecencia ante periodistas con o sin preguntas. Esta
situación anómala del investigador Marlasca presenta no pocos interrogantes:
¿Por
qué los demás medios no reclaman el mismo trato?
¿Esta
cesión de información exclusiva a LA XESTA, es gratis o hay alguna transacción
de cualquier índole?
¿Existe
un pacto tácito para que LA SEXTA y MARLASCA no ejerzan la más mínima crítica
sobre el comportamiento de los miembros de las Fuerzas de Seguridad?
¿LA
SEXTA se ha convertido en la gran defensora de la Ley Mordaza?
Es
evidente que el autor de este ensayo, mantiene su valoración, pero es mi
propósito agitar el espíritu perezoso del español. Como sostenía Unamuno.
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