Pedro Taracena Gil
Periodista
Es
verdad que el colegio San Martín se pudo fundar en el año 1958, porque en
septiembre de 1959 mi familia se instaló en el Polígono H. El actual colegio no
pudo instalarse en esa fecha en el lugar actual porque el Polígono E se formaba
en torno a la Parroquia del padre Mariano Gamo Nuestra Señora de la Montaña. Los
bloques eran de cuatro plantas diseminados principalmente en los polígonos A,
G, E y H. En esa época proliferaron los colegios privados instalados en las
plantas bajas y en locales comerciales. En los años cincuenta y sesenta se
cubrieron las carencias de educación del nuevo barrio por parte de estas
iniciativas privadas.
Volviendo
al eslogan publicitario del centro concertado en cuestión, contiene todo un
eufemismo o un sarcasmo: Desde 1958 construyendo su futuro. Es decir,
que a los 64 años este catálogo da fe de haber conseguido los logros que se proponían
los primitivos emprendedores de la Educación Infantil en Moratalaz.
Como
yo he vivido estos 64 años en el barrio, a excepción de seis años en Catalunya,
he sido testigo de la evolución del distrito 28030 en materia educativa.
En
principio convivieron los nuevos colegios e institutos con los colegios privados,
éstos últimos desarrollando muy precaliente su función.
Una
segunda etapa, junto a la acción pública crecieron colegios privados como el Colegio
Santo Ángel, Colegio del Espino, el Senara del OPUS DEI y el SIGLO XXI, una cooperativa
de padres. Quizás debamos de considerar a TAJAMAR como afectado a Moratalaz en
parte.
Una
tercera etapa el Estado estableció la Enseñanza Concertada, para completar las
necesidades de los barrios, ciudades y pueblos. En estas dos etapas también
puedo hablar de ello porque uno de mis hijos cursó la EGB en el Colegio Siglo XXI.
Instalados en barracones de la parroquia de la Visitación de Nuestra Señora. De
allí pasamos al nuevo colegio costeado por los cooperativistas. Fui miembro de
la Junta Rectora en los días que el Colegio Siglo XXI tomó parte de la Enseñanza
Privada Concertada. Este colegio sí ha construido su futuro de aquellos
barracones de los años setenta. Ahora una de las ministras es antigua alumna
del siglo XXI.
No
seré yo quien haga una crítica de las mentiras que contiene este tríptico panfleto
publicitario. Suficiente con ver sus instalaciones carentes de todos los
espacios necesarios para desarrollar las funciones que anuncian. Tampoco voy a
dudar del certificado ISO y de excelencia de la Universidad de Cambridge. Por
supuesto tampoco voy a valorar la libertad de los padres para elegir la mejor
educación para sus hijos.
Es
evidente que estos centros concertados que pagamos los contribuyentes, no todos
ofrecen la mínima calidad. Pero cuando quienes deciden sobre estas cuestiones de
la Educación Pública, una saga de presidentes y presidentas amantes del
liberalismo garante de negocios sin control, el resultado es este espectáculo
que se contempla del San Martín, rodeado de colegios e institutos que imparten todos
los grados preconizados por la Educación Pública en España.
Lo
más grave es que como carecen de instalaciones al aire libre, utilizan como
zona deportiva y de recreo los jardines que se extiende desde el propio San
Martín hasta la cancha situada en el cruce de la calle Arroyo Belincoso y la
avenida del Doctor García Tapia. El uniforme de las alumnas y alumnos delatan
que no son vecinos del barrio, sino alumnos del San Martín. No siempre acompañados
de profesores o profesoras.
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