Por Pedro Taracena
Sí, anoche soñé que el rey
Felipe VI recibía en Palacio a
una representación de niños hambrientos. De familias desahuciadas de sus
viviendas habituales. Un grupo en representación de los enfermos con falta de atención médica adecuada. A familiares de personas fallecidas en las
urgencias de los hospitales por falta de medios. Una representación de la diáspora de científicos españoles. Un grupo bastante numeroso de estudiantes que
no pueden seguir estudiando porque les han despojado de becas y ayudas.
Representantes de los sindicatos protestando por el paro producido por la
crisis que ellos no han ocasionado, y se han visto despojados de todos sus
derechos laborales y sindicales. En la audiencia no faltaron los dependientes
de todo tipo y condición, perjudicados
gravemente por la supresión de raíz de la ayuda establecida por la ley.
Trabajadores públicos que ven mermados los medios para los servicios sociales para los cuales están magníficamente preparados. Profesores, médicos, enfermeros, bomberos, policías… Los trabajadores de todas las artes, cine, teatro, pintura, música… presentaban sus quejas por la nula sensibilidad por parte de los responsables del Estado hacia su trabajo creativo.. No pudieron faltar las víctimas del terrorismo sin apellido y del terrorismo de Estado. Las víctimas del genocidio franquista fueron quienes cerraron el cortejo popular. Su Majestad el Rey fue escuchando a todos y cada uno de los colectivos y el Ujier del Rey tomó nota de todas y cada una de las denuncias, exigencias, quejas y reivindicaciones.
El nuevo Auxilio Social
Trabajadores públicos que ven mermados los medios para los servicios sociales para los cuales están magníficamente preparados. Profesores, médicos, enfermeros, bomberos, policías… Los trabajadores de todas las artes, cine, teatro, pintura, música… presentaban sus quejas por la nula sensibilidad por parte de los responsables del Estado hacia su trabajo creativo.. No pudieron faltar las víctimas del terrorismo sin apellido y del terrorismo de Estado. Las víctimas del genocidio franquista fueron quienes cerraron el cortejo popular. Su Majestad el Rey fue escuchando a todos y cada uno de los colectivos y el Ujier del Rey tomó nota de todas y cada una de las denuncias, exigencias, quejas y reivindicaciones.
Pasados unos días, siempre en la misma secuencia de ensoñación, el Rey tuvo a
bien llamar a Palacio a los empresarios, los banqueros, los mercados y los
caciques. En un principio iban a crear una comisión con un vocero, pero no llegaron a un acuerdo porque aunque defendían, aparentemente, los mismos intereses no confiaban
en que sus reivindicaciones se dejaran oír de forma nítida ante Su
Majestad.
La privatización de la Sanidad Pública, es un crimen contra el pueblo
Al primer grupo lo podríamos cobijar bajo el apelativo de los responsables de
las explotaciones. Conjunto de elementos dedicados a la industria, el comercio,
granjería o agricultura. Forman el genérico de los explotadores. Sus
reivindicaciones fueron no muy numerosas
pero sí muy explícitas: “Trabajar más y cobrar menos”
¿Cómo se articula el contenido de esta frase? Pues,
bajar los impuestos a las empresas e incentivar con todo tipo de bonificaciones
para crear empleo. Bajar el sueldo a los trabajadores, suprimir el derecho de
huelga. Despido libre. Empequeñecer las
prestaciones del Estado y privatizar todos los servicios. Si el empresario crea
empleo, el trabajador con su sueldo, sin pagar impuestos, podrá elegir y pagar la educación, la sanidad y la dependencia…
Un gobierno que desprecia a los mayores es un inmoral
Otro colectivo representaba a todos los
Medios de Comunicación, públicos y privados. Éstos reivindicaban subvenciones para subsistir porque, sobre todo la
prensa escrita, no es rentable a través de
las ventas de periódicos en el
quiosco. Se quejan de que los políticos no responden a sus preguntas, huyen de sus micrófonos y les reprimen en las manifestaciones. Una
minoría se quejaba de que tenían que haber cerrado porque, al ser críticos con el poder político y el poder
económico, ha propiciado su asfixia financiera.
Y por último comparecía ante el máximo representante de la Corona, la Iglesia Católica Apostólica y Romana. Con el Primado y el Presidente de la Conferencia
Episcopal, encabezando el colegio cardenalicio español. Su presencia
en Palacio más que una reivindicación presentaba al monarca una añoranza. El Rey había excluido a Dios de la ceremonia de coronación y la alianza trono-altar de nuestros ancestros se diluía en el tiempo. Pero el episcopado no deseaba
desaprovechar esta audiencia real sin recordar a Su Majestad que la Iglesia fue
decisiva en la victoria de la guerra civil y en la dictadura confesional que
instauró la monarquía, en la persona de su padre Juan Carlos I. Le exigían al Gobierno de Su Majestad que por decreto ley
normalice la asignatura de religión como si fuera España un estado
confesional. Y además lejos de romper
los Acuerdos con la Santa Sede, se encuentran muy satisfechos con la gobernanza
de los neofranquistas en el poder; habiendo implantado de facto el
nacionalcatolicismo.
Para poder cerrar el ciclo de audiencias,
llamó a Palacio a los representantes políticos de todas
las instituciones del Estado. Una vez todos ante su presencia les dijo: Don
Felipe VI, Rey de España, a todos los
que la presente vieren y entendieren, sabed: Que no firmaré ningún Real Decreto o proyecto de ley que contenga
preceptos que mermen o anulen derechos constitucionales de los españoles. O contrarios a la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. Y me
desperté…
El Rey reina pero no gobierna, pero sí debe denunciar la injusticia y no hacerse cómplice de las leyes legales pero injustas.
"Toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son". Monólogo de Segismundo.
De la Vida es sueño de Calderón de la Barca
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