Por Pedro Taracena
Los franquistas del Partido Popular han
dejado de insultar, descalificar y despreciar a Ciudadanos, tan pronto como han
identificado su ADN que coincide con el suyo. La derecha cavernícola, secuaz y
lacaya de los mercaderes usureros y criminales, se han decantado por
Ciudadanos por dos razones: porque están más respaldados por
la banca que el PP y porque son de derechas pero no franquistas. La jugada del bisoño Albert Rivera está clara: en Catalunya ha jugado su partida de antinacionalista y en pro
del lema ESPAÑA UNA GRANDE Y
LIBRE y en el resto de España se ha presentado como caudillo libertador de los
oprimidos por la corrupción y por las
consecuencias de una ley electoral, hecha a medida del bipartidismo. Pasado el
primer examen en Ciudadanos han apostado por apoyar a los franquitas del PP,
agazapados en los pactos de la limpieza democrática al acecho de que suceda el debacle inminente. Estrategia que
permite que los votos de PP pasen a Ciudadanos; recomponiendo de esta manera
una derecha con el apoyo del capital pero desligada del franquismo. El
Naranjito espera con astucia catalana el momento de recoger la buena cosecha
que se le avecina. Bienvenida la nueva derecha civilizada pero igual de
criminal en la distribución de la riqueza.
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