Isidoro Gracia
Exdiputado
El Tribunal Supremo acaba de emitir una
sentencia que ratifica que una de las primeras y grandes decisiones de la Xunta
del Sr. Feijoo es manifiestamente ilegal.
En 2009 al producirse el anuncio de la
suspensión del Concurso Eólico escribí un artículo titulado: La
suspensión del Concurso eólico una mala noticia.
Decía: Hace meses, durante el proceso del concurso eólico pilotado por el
BNG en la anterior Xunta, me mostré muy crítico con los muchos errores de forma y
concepto que la Consejería iba cometiendo, en especial el intentar diseñar un sector
energético gallego sin tener en cuenta los condicionantes de la situación y planificación energética del
conjunto de España (ver los problemas de conexión al sistema) y la
existencia previa de operadores, ya instalados en Galicia, que disfrutan de
conocimientos y sobre todo de derechos, en forma de inversiones consolidadas y
concesiones administrativas a medio y largo plazo, lo que permite afirmar que
sin su colaboración las iniciativas a tomar tienen poco futuro.
Pero con un punto de partida en el que solo un 30% de la energía primaria consumida
en Galicia procede de un origen autóctono, y que sin embargo existen
excedentes de producción en electricidad, además que en esta área los recursos
propios son capaces de cubrir “casi” el 100% del consumo interno con fuentes
primarias autóctonas, cualquier avance en la implantación de renovables es
bueno para Galicia y para el conjunto de España, por lo que la mala solución dada al concurso era
mucho mejor que la “no solución”, a la que nos llevan las decisiones
de la actual XUNTA y el auto judicial (provisional) que paraliza el avance en
la ejecución de las inversiones derivadas del concurso. Por si
ello fuera poco, la conflictividad generada, con las actuales acciones
administrativas y judiciales, garantiza que los futuros concursos van a seguir
un camino similar, se tomen las precauciones que se tomen al elaborar las bases
y decidir los concursos.
Como la única apuesta clara en materia de energía, para el bien de
Galicia y de España apunta al incremento máximo posible en producción de energía eléctrica con
recursos propios, esa es la dirección en la que la Xunta debería empujar y en la que
debe poner recursos y especial atención; la paralización, el simple retraso,
es una muy mala noticia para los sufridos ciudadanos, aún cuando para muchos
esto no sea evidente.
En 2011, a raíz de las decisiones del Gobierno del Sr. Rajoy sobre
las renovables insistía en el tema:
“… auguraba que la decisión traería numerosas dificultades, y de cierta
gravedad, para las iniciativas que se tomaran sobre el parque eólico futuro: me
quedé muy corto. La decisión del gobierno de la nación de paralizar indefinidamente
la instalación de nueva potencia en energías renovables, ha
devenido en un verdadero desastre, para el conjunto España, pero también y muy
especialmente para Galicia, a quien se le paralizan las inversiones en unos
2.000 megavatios eólicos, (potencia equivalente a la de dos grandes
centrales nucleares) y lo que es peor las inversiones complementarías en proyectos
industriales y de desarrollo comprometidas por los nuevos adjudicatarios. Al
tiempo que la misma existencia de la industria gallega de fabricación de componentes
de generadores se ve seriamente comprometida, en un momento en que la
crisis socaba las bases de todo el, no muy potente, sector industrial gallego.
Pero lo que resulta más sorprendente, negativo y catastrófico, es que el sujeto
obligado a defender los intereses más próximos de los ciudadanos gallegos, la
Xunta, no solo se inhiba en el problema, haciendo caso omiso del cumplimiento
sus obligaciones, sino que sea un factor de apoyo a una decisión que va en contra de
las propias tomadas en su Consello Oficial y publicadas en el DOGA ( Diario
Oficial de Galicia), traicionando, sin ningún tipo de duda, lo que juraron o
prometieron ante la Biblia y el Estatuto.
El T.S. ha ratificado que mi análisis era correcto.
Una pregunta me quema ¿Cómo es posible que con los expertos jurídicos, administrativos
y sobre energía que dispone la Xunta, el gobierno gallego no
previera lo que iba a ocurrir?
Otras que no quisiera hacer pero son obligadas: ¿Cuánto nos va a costar
este desastre? Y ¿Quién asume responsabilidades y dimite?
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