Por Pedro Taracena
Se entiende por identidad el conjunto de
rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan
frente a los demás. Filiación supone la dependencia de una doctrina, afiliación a una corporación, sociedad,
partido político, etc. Estando así de claro expresado en román paladino, el Gobierno y los líderes de los partidos que han formando y aún constituyen el llamado bipartidismo, están pasando por una verdadera crisis de identidad. El
Partido Popular que su filiación arranca históricamente en las mismas raíces del franquismo, es decir, una dictadura militarista
de extrema derecha con tintes más que sobrados
del nacional-catolicismo, de siempre ha renegado de pertenecer a la derecha
conservadora y ha deseado escorarse hacia el centro político, como heredero de la extinta Unión del Centro Democrático. En nuestros
días los políticos y voceros de los franquistas del Partido Popular, se sitúan apasionadamente en LA CENTRALIDAD. Allí habían creído que su compañero de viaje era el Partido Socialista Obrero Español, que se identificaba como de izquierda no marxista
y desligada de la otra izquierda perteneciente al EUROCOMUNISMO de Santiago Carrillo.
Una izquierda en las políticas sociales homologable
con la SOCIALDEMOCRACIA del resto de Europa y en lo tocante a la economía coincidente con los postulados de la Europa de los
Mercados y el PP español y europeo. Este maridaje ha funcionado de forma
satisfactoriamente hasta nuestros días, donde los dos partidos han sido cómplices en Europa y España de no pocos crímenes legales
contra la Declaración Universal de los
Derechos Humanos.
Al surgir procedente del Movimiento 15-M
la formación política PODEMOS, claramente situada a la izquierda del
PSOE, éste no ha tardado de identificar a sus miembros como populistas y
demagogos y el PP de radicales y antisistema.
Ante la fragmentación de los parlamentos autónomos, los cabildos insulares y las juntas
municipales, el PP ha sido excluido de casi todo centro de poder local y autonómico, y el PSOE está condenado a practicar por primera vez en su cómoda historia la política sana y democrática de los
pactos. Podemos ya no es populista, al menos mientras se llevan a cabo las negociación y el PSOE por parte de Podemos no pertenece a La Casta,
al menos por conveniencia y por imperativo circunstancial. Otra fuerza política emergente, CIUDADANOS, perteneciente al mismo
espectro político que el Partido
popular, se abre camino apoyando su identitario
ideológico.
La crisis de identidad llega a su
paranoia cuando el Gobierno atacado de los nervios por la corrupción del PP y la pérdida de poder territorial, se siente abandonado por su histórico socio, el PSOE; echándole en cara que haya abandonado el centro y haya caído en brazos de la izquierda más extrema y radical. Aunque el Gobierno y el PSOE hayan
perdido el sentido de la orientación política e ideológica, el sentido común de los ciudadanos sí conocemos el ADN
y el DNI de cada cual: El Partido Popular procede de la extrema derecha
franquista, ha pasado por el tamiz democrático de Alianza Popular y se funde y confunde
en una formación llamada PP con
una extrema derecha, eternamente peregrina del centro derecha, cuya ansia de
conseguir el centro-centro tiene más de espejismo que de realidad. Y el PSOE es un centro izquierda en lo social y un
centro derecha en lo económico. A la izquierda
ideológica se encuentra PODEMOS. Otra de las fuerzas
emergentes es CIUDADANOS. Su identificación y filiación cada día se presenta más nítida: Este
partido político estrena su ámbito nacional financiado por la banca, completando
el espectro político español por el centro derecha, con tendencia a ocupar la
CENTRALIDAD que no ha conseguido el PP.
ÁLBUM DE ADN Y DNI
PP: Centro-derecha sin tocar el centro
CIUDADANOS: Centro derecha sin olvidar la derecha
PSOE: Centro izquierda sin abusar de la izquierda
PODEMOS: La izquierda
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