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jueves, 22 de noviembre de 2012

SAN SEBASTIÁN LA ERÓTICA DEL MARTIRIO




Los casi dos mil años que ha cumplido la Iglesia católica convierten a esta
organización humana en la más arcaica de la historia. Ninguna otra ha
mantenido durante siglos una parálisis mental tan rigurosa, pues los sermones
de Juan Pablo II conservan la lógica doctrinaria de los que sin duda
pronunciaban los primeros papas en el siglo I de la era cristiana. Por ello,
concedámosle a Roma, al menos, el mérito de la coherencia. Otra cosa es que
las pompas y las obras vaticanas no chirríen en el tercer milenio, toda vez que
sus signos y símbolos adquirieron hace tiempo el aroma rancio de las
antiguallas. Los ropajes cardenalicios han dejado de remitir a Dios para
convertirse en una ambigua imagen de travestismo kitsch que provoca la
sonrisa, pero lo que peor ha envejecido es el discurso narrativo que glorifica el
rito voluptuoso de la sangre como paso orgásmico al paraíso: la erótica del
martirio.
Acceder al trabajo completo a través del siguiente enlace:

SAN SEBASTIÁN LA ERÓTICA DEL MARTIRIO (Power Point)


SAN SEBASTIÁN, PATRÓN DE LOS GAYS

San Sebastián, 20 de enero.

Según cuenta la tradición, San Sebastián fue un soldado romano que fue condenado por Diocleciano por no querer abjurar del cristianismo. Su martirio se producirá por medio de una lluvia de flechas que se clavarán en su cuerpo, aunque no conseguirán matarlo, recogiéndole Santa Irene por la noche, curándole las heridas. Más tarde será decapitado.
Aunque no muera en ella, será la lluvia de flechas el momento elegido para su representación por su potencialidad dramática. Sin embargo, y como empieza ya a aparecer en Mantenga y es habitual ya en todo el siglo XVI. La representación comienza a tener unas características muy poco comunes. Frente al dolor que debería representar, el santo suele aparecer tranquilo o, aún más, con una cierta cara de placer, que (ortodoxamente) debería ser interpretada  como un éxtasis  o gozo supremo ante la visión ya cercana de Dios.
Sin embargo, este éxtasis (como luego el de Santa Teresa de Bernini, la imagen de San Sebastián es quizás el mayor orgasmo místico de la historia del arte) fue interpretado de otra manera y el santo (un hombre normalmente musculazo, semidesnudo en donde el placer y el dolor se unen) terminó por ser el patrón  popular de los gays a partir de finales del XV y XVI.
La Iglesia (sobre todo en Trento) intentó combatir esta costumbre, introduciendo decretos que impidieran la realización de obras excesivamente sensuales para la iglesia, poniendo veedores (expertos que calificaban las obras antes de su exposición pública) en todas las diócesis importantes, aunque al fin la medida no tuvo demasiado éxito y San Sebastián siguió siendo una de las imágenes más repetidas a lo largo del arte clásico.
No era un dios, pero era lo segundo mejor: un santo. San Sebastián, un baby-face de torso desnudo y piel blanquísima que, atado a una antigua columna, se retuerce como un alambre mientras las flechas se hunden en su carne. Desde el Renacimiento hasta el siglo XX (cuando se irguió como santo patrono de la comunidad gay), la imagen fue explorada por los artistas como excusa para una investigación sobre la anatomía humana (su iconografía construyó e inmortalizó una nueva belleza masculina) y, a la vez, como símbolo de la agonía y el éxtasis. Símbolo que podía ser cargado una y otra vez, como renovándose a cada paso y jamás agotarse. Tan es así que aún hoy sigue circulando.
Y en Gaucín (Málaga) hay una de esas esculturas que lo representan clavadito de flechas. San Sebastián es el nombre de la iglesia de este pueblo, bautizada en honor a tan apolíneo santo. Ya que adolecemos de muchas cosas, los gaucineños y gaucineñas destilamos toneladas de glamur en eso de estar bajo un gran patronazgo, el de San Sebastián.

Posted 20th January by El Ladrón de Toallas
Labels: PERSONAJES


GALERÍA DE FOTOGRAFÍAS, IMÁGENES Y PINTURAS DE SAN SABASTIÁN








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