Por Mario Bueno Aguado
El siguiente ensayo es un experimento
que trata aspectos, aparentemente, tan divergentes como la Conjura de
Campanella, el juicio sumarísimo a Javier Krahe y referencias biográficas de
otros herejes.
El objetivo del experimento es estudiar
la tolerancia religiosa de la Iglesia como institución, y su hegemonía,
mientras se repasan estos hechos históricos.
Al tratarse de un ensayo sobre
disidencias, el experimento tiene un tinte disidente, huyendo del academicismo
más tradicional y aburrido.
INTRODUCCIÓN
Permítame este experimento que voy a desarrollar, quizás con un tono provocativo, para
plantear una serie de aspectos relacionados con la tolerancia y la gestión de los
planteamientos disidentes en torno a la ortodoxia católica. Se compararán aspectos
aparentemente tan divergentes como alguno de los procesos planteados en la Conjura de
Campanella, e incluso el proceso judicial desarrollado contra el cantautor Javier Krahe
por «cocinar un Cristo» (sic).
Al hacer un ensayo sobre un modelo disidente, no conviene utilizar los formalismos
literarios a los que se acostumbra en el ámbito académico. La disidencia plantea
precisamente eso: un modelo que choque con los moldes sociales preexistentes. Creo
que es oportuno que un ensayo sobre la disidencia plantee un esquema disidente. Es
decir: hay que plantear un modelo rompedor, e incluso —permítaseme la expresión—
cachondo, pero, eso sí, sin perder el rigor científico de búsqueda de documentación e
investigación que tiene que tener todo ensayo académico.
Ensayo completo en PDF:
Permítame este experimento que voy a desarrollar, quizás con un tono provocativo, para
plantear una serie de aspectos relacionados con la tolerancia y la gestión de los
planteamientos disidentes en torno a la ortodoxia católica. Se compararán aspectos
aparentemente tan divergentes como alguno de los procesos planteados en la Conjura de
Campanella, e incluso el proceso judicial desarrollado contra el cantautor Javier Krahe
por «cocinar un Cristo» (sic).
Al hacer un ensayo sobre un modelo disidente, no conviene utilizar los formalismos
literarios a los que se acostumbra en el ámbito académico. La disidencia plantea
precisamente eso: un modelo que choque con los moldes sociales preexistentes. Creo
que es oportuno que un ensayo sobre la disidencia plantee un esquema disidente. Es
decir: hay que plantear un modelo rompedor, e incluso —permítaseme la expresión—
cachondo, pero, eso sí, sin perder el rigor científico de búsqueda de documentación e
investigación que tiene que tener todo ensayo académico.
Ensayo completo en PDF:
No hay duda que estamos ante un ensayo con doble vertiente social: periodística y académica. En ambos aspectos entronca con el espíritu y la letra de este espacio. El nacionalcatolicismo que tiene vocación de perpetuarse en el Estado.
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