Por Pedro Taracena
No solamente el aborto es sagrado para la
mayoría de los españoles, sancionado en una ley, sino que hay muchos más derechos
sagrados que el Gobierno en el discurso de los dichos así los considera,
pero no en el discurso de los hechos. Si el aborto es sagrado, desde luego lo
es también y primordial, la Salud Pública, la Educación Pública, la ayuda a
la Dependencia y no digamos del carácter sagrado de las Pensiones,
honradamente trabajadas y generosamente cotizadas.
Solamente el Gobierno y sus secuaces, es
decir, la Iglesia, el Capital, la Gran Patronal y los Medios de Comunicación, luchan
denodadamente para falsificar la evidencia y la realidad, engañando al pueblo
con verborrea y falacias insostenibles. El Gobierno, la política y la economía están al servicio de
los mercados. El pueblo español está viviendo una situación de emergencia
nacional, porque hay que rendir culto al Gran Becerro de Oro que son: el Fondo
Monetario Internacional, el Banco Central Europeo, la Unión Europea y la
recalcitrante derecha del Viejo Continente. Hay que rendirles tributo aunque la
población esté en la extenuación. Siguen engañando para que sus
arcas no se resientan. Son los responsables de la situación de crisis y los
culpables de la epidemia de muerte, hambre, pobreza y corrupción. Son los crímenes en tiempos de paz.
Los beatos de sacristía se escandalizan porque unas mujeres semidesnudas
griten que el aborto es sagrado, porque sagrado es el derecho a decidir sobre
su cuerpo, pero éstos mismos hipócritas no se escandalizan de la hambruna infantil, la
desatención médica grave, la
supresión de la dependencia, la exclusión de los inmigrantes de la sanidad y de la privación de la enseñanza por falta de medios de las familias. Ya no hay ninguna duda de que la política del Gobierno obedece a la implantación de su ideología. El nacionalcatolicismo, maridaje Iglesia-Estado y el franquismo,
versión española del fascismo mundial. El Partido Popular no ha cumplido su
programa electoral porque no lo necesita. La crisis ha sido la gran coartada aprovechada para implantar su verdadero
programa ideológico. Ha sido
capaz de transformar la democrática mayoría absoluta en poder absolutista. Ha abusado del Real
Decreto Ley, y ha desmantelado legalmente el Estado del Bienestar. Ha ejercido
como un Ejecutivo legítimo pero sus
leyes y decretos han sido legales pero injustos. El pueblo español es víctima de una gran injusticia, impuesta por la mentira y la corrupción. El Gobierno se ha instalado en el embuste, la
provocación,
y en no pocas veces en la prepotencia y la chulería chabacana y partidista. ¿Y
la oposición...? No sabe, no contesta…
Fotos: Pedro Taracena
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