Prestigiosos historiadores como Ángel Viñas, Paul
Preston o Julián Casanova lanzarán en abril 'En el combate por la Historia', un
'contradiccionario' para responder a la visión revisionista del 'Diccionario
Biográfico Español' de la RAH
JESÚS MIGUEL MARCOS Madrid 23/02/2012
No se trata de una cuestión de orgullo, sino de rigor profesional. Un
historiador debe contar la historia para iluminarla, pero también estar al
acecho de quienes quieren oscurecerla con visiones interesadas o directamente
erróneas. El santo revisionismo. Y el Diccionario Biográfico Español de la Real
Academia de la Historia (RAH) era una mancha demasiado grande y gruesa para
aquellos historiadores que, por encima de todo, aman su profesión. "Hemos tragado mucho polvo, pateado muchos archivos y gastado mucho
dinero para permanecer impasibles ante el Diccionario Biográfico, que es una
provocación a la Historia, a los historiadores y a la sociedad española",
declaró ayer a Público Ángel Viñas, coordinador de En el combate por la
Historia, un "contradiccionario" elaborado por 33 expertos en el
periodo 1931-1975 que viene a arreglar el
desaguisado histórico provocado por la RAH el
año pasado.
Viñas recibió este mismo lunes el último texto de la obra, que publicará a
mediados del mes de abril la editorial Pasado & Presente. En poco más de
medio año, han armado un libro de mil páginas llamado a convertirse en la obra
de referencia del periodo que cubre la II República, la Guerra Civil y el
franquismo. "Los historiadores tenían ganas, supongo que por el cabreo con
la Academia", relató el editor, Gonzalo Pontón. "Es difícil poner a
trabajar a los grandes de la Historia en este país y que reaccionen con tanta
rapidez y cumplan con los plazos como lo han hecho", añadió.
Los mayores expertos
No son precisamente gente con mucho tiempo libre, pero el reto de devolver
las aguas del siglo XX español a su cauce motivó especialmente a firmas como
Julián Casanova, Enrique Moradiellos, Josep Fontana, Antonio Elorza, Julio
Aróstegui, José Carlos Mainer o Carlos Barciela. "Los que escriben aquí
son los mayores expertos en su tema, o como mínimo gente muy avanzada y al
tanto de las últimas investigaciones", dice Ángel Viñas.
Y para bajar a Franco del altar al que le subió Luis Suárez (un
medievalista que fue amigo personal del dictador y en la actualidad preside la
Hermandad del Valle de los Caídos), Ángel Viñas eligió al que se considera el
mayor experto en su figura, Paul Preston. Por si a alguien le asaltaban las
dudas a estas alturas de la partida: el dictador vuelve a ser un dictador.
La vida de En el combate por la Historia comienza el día que Público reveló
que el Diccionario Biográfico de la RAH, subvencionado con 5,8 millones de
euros, decía que Negrín era un dictador y que Franco era un valeroso militar
que "montó un régimen autoritario, no
totalitario". Aquello hizo daño a la vista del editor Gonzalo
Pontón: "Toda la mierda del Diccionario me cabreó muchísimo y decidí que
había que hacer algo sólido, científicamente irreprochable. Esa misma noche me
senté a la mesa y pensé 50 voces para un nuevo diccionario. Franco, Azaña,
Negrín, Golpe de Estado, Guerra Civil... y a la derecha iba escribiendo los
grandes especialistas en cada tema".
Pontón encargó la coordinación del contradiccionario a Ángel Viñas, que en
julio dirigió un curso de verano en El Escorial en el que se analizó a fondo la
falta de rigor histórico de la obra de la RAH. "Muchas entradas eran infectas.
Examinamos aleatoriamente un centenar de ellas, que estaban llenas de errores de principiante.
Esto es algo que Gonzalo Anes [el presidente de la Real Academia de la
Historia] nunca ha reconocido.
Siempre recuerdo el mismo ejemplo, aunque hay cientos. Una señora que no conoce
nadie, y cuyo nombre no recuerdo, escribe en el Diccionario que Santiago
Casares Quiroga fue el último presidente de la República española",
denuncia Viñas.
Y recuerda: "Los ocho historiadores que participaron en el curso
estaban indignados con la obra porque había errores a punta pala. Trabajé todo
el verano en la selección de los temas y los autores siguiendo dos principios:
que fueran los mayores expertos en cada periodo y que fueran de diferente
procedencia geográfica, ideológica y generacional".
Al historiador no le convenció la idea de hacer un diccionario de
biografías y prefirió hacer una división por temáticas: desde la reforma
agraria republicana a la política represiva del franquismo, pasando por el
exilio, los nacionalismos, la violencia, el Ejército popular... "Ahora
bien, para dar en el morro a los señores de la Academia elegí 14 personajes
imprescindibles de ese periodo, entre ellos Franco. Porque Luis Suárez miente.
Esto no es un ataque personal, es algo constatable, está demostrado. Por mucho
que se diga que todo es discutible, no es verdad: técnicamente, legalmente y
jurídicamente, el régimen de Franco fue una dictadura de principio a fin", exclama Viñas.
El historiador Julián Casanova se encarga de las entradas referidas al
anarquismo. "La idea de fondo era contrarrestar el debate que se había
originado por la publicación del Diccionario Biográfico, pero también una
excusa para poner al día una serie de conocimientos y nuevos documentos. Se
trataba de expresar cómo han avanzado estos temas frente al revisionismo",
explicaba ayer a este periódico Casanova.
Ángel Viñas se encontraba ayer terminando un texto de presentación para el
libro, en el que relatará las motivaciones que lo han alumbrado.
"Explicaré a los lectores la génesis de la obra. Creemos que el
Diccionario de la Academia presenta una visión deformada del pasado que hay que
rectificar. Si ellos no rectifican, allá ellos, pero los contemporaneístas no
podemos dejarlo pasar", revela antes de destacar que en la Real Academia
tan solo hay tres especialistas en Historia Contemporánea.
Residuos y desviaciones
En el epílogo también afina la puntería para alcanzar en el centro de la
diana. Viñas ha elaborado junto a Alberto Reig un escrito sobre la pervivencia
de los mitos franquistas con un apéndice titulado Residuos y desviaciones franquistas. "Habrá ejemplos concretos, por lo
que algunos autores se van a coger un berrinche importante: Suárez, Ricardo de
la Cierva, César Vidal...", avanza el historiador.
La obra estará dividida en tres grandes bloques: ocho artículos sobre la
Segunda República, 20 sobre la Guerra Civil y 13 sobre el franquismo. No habrá
notas a pie de página y el perfil de su lector natural no será el de un
especialista. Entre otros temas, Josep Fontana escribirá sobre el Frente
Popular, José Carlos Mainer hará un recorrido por la evolución de los
intelectuales a lo largo de los tres periodos, Ricardo Robledo abordará la
reforma agraria, Enrique Moradiellos se encargará de las políticas de no
intervención, José Luis Ledesma y Francisco Espinosa profundizarán en el tema
de la violencia y Antonio Elorza hablará de la década de los sesenta.
El título del libro, En el combate por la Historia, se decidió este mismo
martes. "Hay que combatir por la Historia científica, basada en
documentación y en el estudio riguroso, no como hacen divulgadores de medio
pelo como César Vidal", señala Gonzalo Pontón. Tanto Pontón como Viñas
creen que el libro se convertirá en una obra referencial en el estudio del
siglo XX español. "No hay nada similar en el mercado, ni en España ni
fuera. Con esta perspectiva que mezcla diccionario biográfico y eligiendo temas
concretos, yo no conozco nada", señala Viñas.
Mientras tanto, una comisión sigue revisando el Diccionario Biográfico
Español en la RAH. Nueve meses después de su presentación por los reyes de
España, la obra sigue en el almacén. Sin embargo, ya se puede reservar desde la
web de la Academia, pese a que el Congreso exigió en julio que no se difundiera
hasta que se corrija. El Partido Popular, que votó en contra, no se ha
pronunciado.
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