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viernes, 3 de febrero de 2012

¿QUO VADIS HISPANIA?

Por Fedra Doncel

Yo también estuve anestesiada, no solamente durante la dictadura por la represión, sino en la democracia por la Transición. Pero ahora contemplando los acontecimientos terribles que acontecen, y sobre todo la respuesta que están dando globalmente a un problema que es de todos, hay que salir del letargo y entrar en la indignación más combativa y beligerante. El movimiento Democracia Real ¡Ya! es la única alternativa que el pueblo tiene ante tanto descrédito de la clase política. En España la Transición marcó la pauta a seguir en las últimas tres décadas. Pensaron que el consenso iba a borrar de la memoria de los españoles los cuarenta años anteriores, y que las concesiones de la izquierda democrática a la derecha franquista iban a propiciar la reconciliación entre los españoles. La Iglesia, el capital y la derecha, han recuperado y copado todos los centros de decisión. La izquierda cuando ha tenido la oportunidad de gobernar, lo ha hecho bajo la vigilancia de aquel pérfido consenso de la ya inmodélica Transición. Ahora nos encontramos con la dictadura del pensamiento único, no solamente en España sino en toda Europa. Mientras los dos grandes partidos PP y PSOE no marquen una distancia radical en el sector de la economía, sin contaminación posible de sus doctrinas, no existirá alternativa nítida ante los ciudadanos. El Gobierno socialista intentó y no lo consiguió, gestionar la crisis con decisiones que no perjudicaran a la Iglesia, al mundo financiero y empresarial; perjudicando a los ciudadanos con la congelación de las pensiones, el aumento del IVA y el recorte del sueldo de los funcionarios. Sin embargo, dejó para que lo hiciera el PP la reforma financiara, que al menos en el recorte de los sueldos de los ejecutivos de entidades intervenidas por el Estado, supone una decisión de izquierdas. Aunque no ha tenido voluntad de dar una salida a los desahucios, aspecto que debía de haber abordado el Gobierno socialista. La política del PP ha subido el IRPF de la clase trabajadores y en breve cumplirán la amenaza de la reforma laboral según dictado de los empresarios. La política de uno y de otro partido son marcadamente de derechas en sintonía con la imposición del eje Berlín-París. Salvo la pincelada aplicada a los sueldos de los ejecutivos de las cajas, que supone una marcada política progresista, no obstante, la Iglesia, el capital especulativo, las grandes fortunas y las políticas de inversión pública en la creación de empleo, son políticas que siendo claramente opciones de la izquierda están en tierra de nadie. No solamente la izquierda mayoritaria está anestesiada por la Transición, también lo están los medios de comunicación y una gran parte del tejido social. Si de aquellos polvos vienen estos fangos. ¿Quo vadis Hispania?

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