El papa en el Vaticano, el 4 de febrero. AFP
Va para 600 años. Casi seis siglos desde que España y la Santa Sede tendieron relaciones diplomáticas y firmaron su primer concordato. Fue en 1418. Y a ese texto siguieron los convenios de 1753, 1851, 1953 y, finalmente, los acuerdos del 3 de enero de 1979. Desde entonces, ni una coma se ha movido. Han pisado la Moncloa gobiernos del PP y del PSOE y ninguno de ellos –ni tampoco la Iglesia– ha planteado la renegociación de un texto con carácter de tratado internacional[leer aquí] y que blinda el estatus de privilegio de la jerarquía católica, pese al carácter aconfesional del Estado.
Es sábado, 4 de febrero de 2012. El candidato Alfredo Pérez Rubalcaba dice esto: "Si retrocedemos [...], el PSOE se replanteará seriamente la revisión de los acuerdo con la Santa Sede, ¡seriamente, seriamente!". El plenario del 38º Congreso del PSOE jalea encendido. Y vuelve a aplaudir cuando la otra aspirante, Carme Chacón, pide una España laica, que son "30 años aguantando demasiado" a la Iglesia. Rubalcaba gana la Secretaría General, y su propuesta se añade a las resoluciones del cónclave. Una iniciativa que no había figurado en los programas socialistas de 2004, 2008 y 2011.
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