Que dijera Rubalcaba
Transparencias (II) CARLOS MIGUEL MARTÍNEZ
Fundador del grupo La Colmena
Cómo
servirse de la mentira
Por Pedro Taracena Gil
España tiene su particular
forma histórica de participar en estos
eventos. No en balde nuestro pasado es diferente al resto de Europa. Para
mejor comprender el presente es
imprescindible conocer la verdad de nuestro pasado. Václav Havel en su libro El poder de los sin poder, hace una
reflexión que es difícil eludir si se tiene vocación de buscar la verdad: Ante
la manipulación de la realidad está la frontera más allá de la cual “la vida en
la verdad” deja de ser “sólo” negación de la “vida en la mentira” y comienza a
brotar algo que se podría llamar “vida independiente espiritual, social y
política de la sociedad”. Como expresión articulada de la “vida en la verdad”,
por tanto la aspiración de servir a la verdad como coherencia y decisión. Según
Václav Havel, la “vida en la verdad” es el punto de partida de cualquier
esfuerzo del hombre para resistir a la presión alienante del sistema, y la
aptitud adecuada del “disidente”. El pueblo debe de estar en alerta permanente,
porque para algunos, la política es el arte de engañar.
En España están abiertos los
dos frentes de lucha históricos, aunque adaptados y con otros nombres: La clase
trabajadora está homologada en la sociedad mesocrática. Los empresarios han
reemplazados a los caciques explotadores del obrero. Las fuerzas políticas
conservadores en el poder desprestigian los sindicatos. Los socialistas cuando
llegaron al Gobierno, repelen salir en la foto con los sindicatos. Ahora el
pueblo está en la calle: Los estudiantes, los jubilados, los trabajadores de la
educación y sanidad públicas. Los sindicatos. Las víctimas del franquismo. Y el
movimiento 15-M. Los medios de comunicación sin excepción, están a favor del
conservadurismo más rancio. Los treinta y cinco, más o menos, tertulianos,
analistas, observadores, etc. como se les quiera llamar, que se disputan todas
las sillas de los debates de radio y televisión, son lobos de la misma camada.
Los diferentes escaparates mediáticos ceden a sus colaboradores para que hagan
publicidad ideológica del medio que representan. Tan pronto como el tertuliano
de turno toma la palabra, aparece un subtítulo que anuncia de qué medio viene,
entonces, es fácil adivinar la opinión que tiene sobre el tema tratado. Todos
constituyen opiniones que son variaciones del mismo tema. Son un reflejo de la
actividad parlamentaria, aunque sin aportan ningún plus. Con la desaparición
del diario Público, toda la prensa está homologada con el Partico Popular. Los
políticos de izquierda y los periodistas que en su día abrazaron con ardor
democrático la Transición, quedaron inmunizados para hacer cualquier crítica a
la misma y participan en la amnesia que otorga inmunidad al franquismo, como si
el tema de la Memoria Histórica hubiera entrado en el pacto constitucional. En
esta trancha de políticos y tertulianos entran muchos socialistas, El País, El
Mundo y la SER.
Volviendo al tema de los dos
frentes, el pueblo está en la calle y para la policía es el “enemigo”. En
paralelo se ha presentado la lucha de los
pancarteros. Para los populares, no exentos de hipocresía, los socialistas
lejos de asistir a las manifestaciones, deben de adherirse a su política de
exterminio de los derechos de los trabajadores. Y los socialistas, después del
divorcio con su sindicato, decidieron tímidamente protestar en la calle contra
la reforma laboral. Cuando los socialistas
han estado en el Gobierno tampoco han llevado a cabo políticas que no fueran
políticamente correctas, para no molestar mucho a la derecha y a la Iglesia.
Volviendo a la prensa escrita, una vez que Público ha sido barrido del espectro
mediático, sólo queda la prensa que a sus promotores interesa financiar para su
presión y publicidad ideológica. A pesar de que su venta disminuya en los
kioscos, el caudal financiero cubrirá los objetivos de proselitismo y
adoctrinamiento político totalmente sesgado. ABC, El Mundo, La Razón,
Incluyendo los medios que ingresan suculentos beneficios en connivencia con los
proxenetas de la prostitución. Donde brilla con luz propia el Grupo Prisa.
Después de haber mantenido un maridaje perverso entre Cebrián y González, ha
pasado a caer en manos de un especulador yanqui, aunque no fueron transparentes
al presentar al nuevo propietario.
El Gobierno, el poder
absoluto del Parlamento, las mayorías absolutas de la Comunidades Autónomas,
los Tribunales de Justicia, constituyen este poder tiránico contra el pueblo.
Aunque este poder que ostentan provenga del pueblo, al cual ahora quieren
salvar, la situación viciada nos lleva a la gran paradoja. Un partido de origen
franquista represor de la clase obrera, ahora se presente como el partido de los trabajadores, con ínfula de
salvador de los parados. Me recuerda
cuando de niños nos decían que nos castigaban por nuestro bien, aunque no lo
entendiéramos. ¿Cabe mayor embuste?
El final de esta carrera
hacia la extenuación del pueblo físicamente por el hambre y políticamente
extirpandos sus derechos laborales, no es difícil de adivinar: Concluiremos el
año 2012, cerca de 6 millones de parados. Esta cifra se acelera
vertiginosamente a través del arma más eficaz que jamás se haya apuesto en manos de un empresario. El despido
libre que tanto reclamaban. El consumo disminuye porque hay menos gente con
dinero disponible. Los emprendedores a quienes se les atribuía la salvación de
la pequeña y mediana empresa, no son tales por dos motivos: No tiene
preparación como para innovar el tejido de este sector y tampoco credibilidad
de los bancos como para darles crédito. Las grandes empresas invertirán en las
filiales fuera de España. Y los grandes capitales seguirán en los paraísos
fiscales. La economía sumergida, la lucha por el fraude fiscal y la lucha
contra la corrupción, constituyen un buen colchón para salvar la cara del
Gobierno. No puede tirar cantos a su propio tejado. A los empresarios todo el
poder. A los trabajadores ni el pan ni la
sal. Aunque El PP sea el partido de
los trabajadores y Rajoy el caudillo
salvador de los parados. La gente continuaremos en la calle. El pueblo seguirá
entregando el poder absoluto a los secuaces de Rajoy, que también los son de
Aznar, Fraga y del mismo Franco. Todos, e incluyendo a los anestesiados por la
Transición, están anclados en “la vida en la mentira”. Es el pueblo el que sufre las consecuencias
de sus embustes, porque el pueblo está abrazado a “la vida en la verdad”. Y
nuestra respuesta debe ser colectiva pero
descubriendo dónde estamos a nivel individual.
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