¡Bravo por el obispo!
El prelado cree que la nueva norma "rebaja los derechos de los
trabajadores".
Antonio Algora, obispo de Ciudad Real y responsable del
sostenimiento económico de la Iglesia. EFE / ÁNGEL DÍAZ
El obispo de Ciudad Real, Antonio Algora, ha criticado la reforma laboral.
Entiende el prelado que la nueva norma aprobada por el PP rebaja "claramente"
los derechos de los trabajadores y busca establecer un mercado de trabajo en el
que los empleadores "hagan y deshagan a
su antojo".
Monseñor Algora hace estas reflexiones en una carta titulada A vueltas con la reforma laboral, publicada en la revista Con Vosotros, un semanario de la Iglesia en Ciudad Real.
Señala que la ley de reforma laboral no solo rebaja derechos de los
trabajadores, sino que además, y es "lo peor", siempre los perdedores en el concierto social son los mismos y siempre los más débiles.
Dice que nadie habla de provisionalidad en las medidas que se están
tomando, luego lo que se quiere hacer es establecer un mercado de trabajo donde
"los empleadores hagan y deshagan a su antojo olvidando que el empleado
posible es, ante todo y sobre todo, persona", que tiene necesidades
básicas familiares y sociales.
El empleado, continúa el obispo de Ciudad Real, "no es una mera fuerza
de trabajo que se admite o despide unilateralmente". Además, se pregunta si "de verdad" no hay otras soluciones para crear
puestos de trabajo, y añade: "Parece mentira que a día de hoy tengamos que echar mano de
usos del pasado que trajeron tanta injusticia y explotación a los
trabajadores".
El prelado indica que con estas medidas se van a conseguir los mismos
frutos de un pretendido bienestar, "hasta es posible".
"Da la impresión de que las sociedades desarrolladas van a ser las que
más poder concentren en menos manos"
Pero precisa: "No habremos avanzado nada en que el trabajador se
sienta realizado con su trabajo y le sirva para llevar una vida estable y sin
sobresaltos, que haga posible la familia, la educación de los hijos, el tejido
social compacto y fuerte que hace personas y países fuertes para soportar las
inclemencias de las coyunturas históricas".
Antonio Algora dice asimismo que, "si no queda más remedio que aplicar
hoy estas medidas, ¿no han de ser complementadas por otras en las que lo
central sea la vida de las personas? ¡Tantos avances tecnológicos para
esto!".
"Da la impresión de que las sociedades desarrolladas van a ser las que
más poder concentren en menos manos, y esto no se corresponde con las
aspiraciones de una sociedad democráticamente avanzada".
A su juicio, los jefes políticos europeos toman sus medidas por vía de
urgencia sin apenas contar con los parlamentos respectivos, y los poderes financieros se están concentrando en muy pocas manos.
"No sé si es muy descabellado pensar que, en el río revuelto de la
crisis, están pescando los más poderosos sin contar con la opinión de la
sociedad", lamenta el obispo.
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