Por Pedro Taracena Gil
Pedro Taracena Gil
Anoche soñé que:
Era un emprendedor moderno,
de los concebidos en la mente de Rajoy y en las leyes de la derecha. Un
creativo que ilusionando con sus proyectos a los bancos le habría de conceder
la ayuda necesaria para cumplir sus sueños. Ilusiones que otros muchos vieron
cumplidas antaño y que la crisis se llevó por delante. Ilusiones que quieren
abordar después de la carrera y el máster correspondiente. Un día abandoné mis lunes al sol y me encaminé a la oficina
de emprendedores. Allí iba a conocer de primera mano los cómos para abordar mi futuro con ahínco, tal y como me había
prometido Rajoy. Pero antes de emprender mi particular aventura, me hice
invisible y me coloqué al otro lado del mostrador, ventana única, para crear
empresas. Me habían dicho que era cosa de 24 horas o 48 a lo sumo. Allí
camuflado pude escuchar sin ser visto al primero de los candidatos:
Vengo de cerrar un bar donde
llegamos a trabajar toda la familia y dos empleados más. Dábamos de comer a los
de la construcción y con esto de la crisis hemos tenido que cerrar. Y con la
indemnización que hemos tenido que librar a los dos asalariados, nos hemos
quedado en la ruina. Cotizamos muy poco como autónomos y ahora cobramos lo
mínimo. Pero soy un profesional de la hostelería y es mi deseo volver a poner
un negocio. Eso sí sin empleados. El funcionario de la oficina de
emprendedores, le entregó un formulario para que cuantificara en euros su
proyecto. Después sería el banco quien le constataría si era digno de crédito y
si todos sus riesgos estaban cubiertos.
La siguiente fue una chica
joven que deseaba poner una academia de Economía Contable para formar a
profesionales de la gestión. Era licenciada en Ciencias Económicas y Derecho.
El máster lo había hecho en Oxford y tenía la titulación para impartir clases
en ingles, sobre todo en materias relacionadas con la economía el derecho y la
bolsa del comercio. El funcionario animó mucho a esta joven porque su
currículum iba en línea con la excelencia; pregonada en su comunidad autónoma.
El proyecto estaba cuantificado y sólo necesitaría el aval para que el banco correspondiente hiciera realidad sus
sueños. Aunque es probable que necesitara un aval de alguien solvente,
Un joven situado en la cola
en tercer lugar expuso su plan. Venía de haber creado una pequeña empresa al
servicio de la construcción de casas; había desertado de sus estudios
secundarios. Ahora deseaba emprender otro camino también de autónomo. Pero no
tenía formación y demandaba al funcionario cursos para trabajar en el sector de
las energías renovables. Las ayudas a la formación profesional fuera de los
programas reglados por Educación, no se contemplaban en esta oficina, y el
funcionario le remitió a matricularse en un centro público de formación
profesional. Apenas cotizó como autónomo y ahora no cobraba ayuda alguna. Con
el formulario cumplimentado no sabía qué hacer. Necesita comer ahora.
Como nadie me veía, yo sí
podía escuchar cerca de ellos sus lamentos y decepciones. Seguidamente situados
en la fila de los futuros emprendedores, estaban dos hombres de mediana edad.
Exponían al responsable de la ventanilla ministerial que venían de cerrar su
empresa porque la administración no le pagaba las facturas producida por
trabajos realizados y servicios prestados. Ahora les habían prometido que le
liquidarían la mayor parte de la deuda y estaban dispuestos a crear otra
empresa. No obstante, el funcionario se adelantó a informarles que debían
esperar a tener el dinero y entonces, si eran solventes y presentaban un
proyecto atractivo, el banco les ayudaría a emprender una iniciativa pero sin
riesgos.
Harto de escuchar a los
emprendedores de Rajoy, me decidí hacerme visible y tomar el número para
solicitar una ayuda en la oficina de emprendedores… Me apresuré a tomar el 501, cuando el turno
marcaba que estaban atendiendo al número 100. No me pudieron atender porque en
ese preciso momento me había despertado.
Pedro Taracena Gil
Anoche soñé que:
Esperanza Aguirre era una gran
señora llena de virtudes, mater et magistra
de todos los matritenses. Esta noble
y buena dama, había convertido la Puerta del Sol en un ágora, donde todas las
tardes celebrara el tea party con los
sindicalistas, miembros del movimiento 15-M y dependientes de la región. Allí
derrochaba amor y simpatía con todos. Su abolengo y prosopopeya dejaba atónitos
a propios y extraños. Era una mujer de verbo fluido, dulce, llano, educado y culto. Trataba con delicadeza y
respeto a todos aquellos que podían concurrir en discrepancia con sus
centradas, sabias y justas ideas. Era aclamada como lideresa indiscutible por
todos los que nos acercábamos cada tarde a los aledaños de palacio. Ella se
sentía segura ante las amenazas de que interrumpieran el sosiego de su encuentro
con el pueblo, un aquelarre de carcamales
resentidos, y fueran a ocupar su mansión, cual Palacio de Invierno. Se
presentaba como la mujer más liberal del mundo. Encarnación de la Mariana
Pineda del siglo XXI. Todo un hombre de estado en femenino. Asidua a los cortes
de cinta, hábil a la hora de colocar ladrillos, a modo de primeras piedras. La
genta le aclamaba por sus logros conseguidos: Procuraba una educación siempre
en busca de la excelencia. Integración de ambos sexos reflejo de la sociedad
real y democrática. La infancia era los príncipes de su virreinato, conciliando
a las familias. Los mejores hospitales, el mejor transporte y la inigualable
asistencia a la dependencia del que no puede valerse por sí mismo. Y todos ello
era conseguido a través de la iniciativa pública, pulcramente gestionada a
través de su inquebrantable vocación hacia el sector que es de todos, el sector
público. En mi sueño, la excelsa señora y aristocrática presidenta, estaba
defendiendo como es habitual en ella, una causa justa. Alguien había osado amenazar
a los sindicatos con filmar los atropellos cometidos por los piquetes
informativos y colgarlos en la Red, para después obrar en consecuencia. Pero lo
que más le irritaba a la exquisita y augusta condesa, era que alguien augurara
que los sindicatos también caerían como
el muro de Berlín.
De repente, una carga policial
irrumpió en la Puerta del Sol y despertándome, me hizo saber que ya había
amanecido.
Anoche soñé que:
Era periodista y
entrevistaba al Rey de España en el palacio de Oriente. Fue una conversación
distendida recorriendo las estancias abocadas a la calle Bailén. Así le propuse
la primera cuestión:
Periodista.- Señor, qué
valoración otorga S. M. a los reinados de la Casa de Borbón en España, sobre
todo durante los siglos XIX y XX.
Rey.- Hombre, si tenemos en
cuenta los avatares de las cortes del resto de Europa, puedo decir que mis
predecesores han sido monarcas, digamos que al uso.
Periodista.- ¿Podéis acercaos
más a una apreciación más cercana y personal?
Rey.- Vamos, que me moje me
estás diciendo.
Periodista.- Sí, por favor.
Rey.- Pues desempeñaron su
reinado con más o menos absolutismo, dando paso a gobiernos más o menos liberales. No puedo
negar a la Historia el hecho de que fuera el rey Fernando VII, quien se cargara
a La Pepa. Aunque ahora sea yo quien tenga que rendirle homenaje.
Periodista.- Con la venia yo
apostillo que Fernando VII no supo digerir la doctrina de La Pepa, pero que la
reina Isabel II, sí se inclinó por gobiernos liberales; constatando que la democracia de la
época se encontraba agredida por los caciques y la Iglesia. Que siempre servían
al poder en contra del pueblo.
Periodista.- Majestad, una
vez situados históricamente en el reinado de Alfonso XIII, no le pido que
juzgue pero sí que analice la Dictadura del General Primo de Ribera.
Rey.- Mi abuelo, el rey
Alfonso XIII, hizo lo que creyó más oportuno, no fue una solución democrática,
pero la monarquía estaba ya muy deteriorada… Comprendo lo que hizo porque yo
pasé momentos difíciles la noche del 23 de febrero de 1981.
Periodista.- ¿Usted cree que
fue junto con las elecciones municipales del 31, los prolegómenos de la II República?
Rey.- Sin duda…
Don Juan de Borbón
Escultor: Víctor Ochoa
Fotografía: Jacinta Lluch Valero
Periodista.- La Casa de
Bourbon o de Borbón regresa a Francia destronada. Más tarde sería vuestro
padre, Don Juan de Borbón, el cabeza visible de la dinastía monárquica española.
Rey.- Así fue…
Periodista.- En España se proclama
el advenimiento del régimen republicano con una constitución sancionada el 9 de
diciembre de 1931. En 1936 el general Franco en connivencia con el ejército, la
burguesía, el capital, los caciques y la Iglesia dan un golpe de mano y derriban
la joven República. Se provoca la Guerra Civil y se justifica con una
dictadura.
Rey.- Tiempos dificilísimos
para mi padre, el Conde de Barcelona…
Periodista.- Efectivamente,
a Don Juan no le gustaron los planes del dictador. Franco planifica instaurar, que no restaurar, la institución
monárquica, no en su heredero legítimo, sino que planifica que sean las sienes
de V.M. quienes se ciñan la Corona de España.
Rey.- Dicho sin tanta pompa
y boato, sí, fue así. Yo me encontraba entre la espada y la pared, pero creo
haber tenido las ideas claras para escorarme hacia España, terreno ajeno a la
familia real y al general.
Periodista.- En 1977 Don
Juan abdica de sus derechos dinásticos a favor del V.M. Y al año siguiente se
convierte en el Rey de España, no por la designación de Franco, sino por la Constitución
Española de 1978.
Rey.- Las Cortes del régimen
anterior me otorgaron el nombramiento de Rey de España, pero fue la monarquía
parlamentaria quien legitimó el proceso.
Periodista.- No son pocos
los temas tabú que quedaron en el camino. Me refiero a que, efectivamente, el
primer interesado en que Las Cortes legitimaran con premura su nombramiento,
debía ser V.M. Porque de haber tardado, el régimen que estaba pendiente de
rescatar del golpe militar de Franco, era la República…
Rey.- Sinceramente, los
intereses creados por los que mantuvieron la dictadura, no lo hubieran
permitido.
Periodista.- Pero ahora, año
2012, qué inconveniente existe para el Rey de Rey España, no condene la dictadura franquista y
el franquismo. Aún más, no reconozca el valor legítimo de la II República;
poniéndola en el calendario de la Historia.
Rey.- Como ciudadano español
es justo y necesario. Pero…
Periodista.- Sí, Majestad…
Rey.- Como Rey debo ser el
árbitro equidistante de todas las sensibilidades.
Periodista.- ¿Podría avanzar
algún detalle de esa equidistancia?
Rey.- Pues… mientras
aquellos que tuvieron arte y parte en la dictadura e hicieron la transición
aunque consensuada con los demócratas, no condenen el régimen anterior, el Rey
no puede significarse…
Periodista.- Como ciudadano
lo puedo comprender pero no lo comparto. Con todos mis respetos, esa
equidistancia, homologa al Rey de España con una de las partes, es decir, con
el Partido Popular. Furibundo partidario del franquismo, anclando sus raíces
más si cabe, en los orígenes de su fundador. Manuel Fraga.
Rey.- Es posible que el rey
Felipe VI pueda hacerlo…
Periodista.- Una última cuestión.
Qué supone más coherencia política para el rey Juan Carlos I: 1º Reconocer la legitimidad
de la II Repúblico. 2º Condenar la dictadura del general Franco, y 3º Denunciar
la existencia del post-franquismo. Teniendo en cuanta que ninguno de los tres
aspectos merman un ápice su legitimidad como Rey de España
Rey.- La historia juzgará la
equidistaría y la coherencia…
Periodista.- Señor. Muchas
gracias. A todo esto, a quién pertenece la estatua ecuestre del centro de la plaza
de Oriente…
Rey.- A Felipe IV.
El despertar a un domingo
primaveral me hizo abandonar la impostura de periodista real…
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