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lunes, 30 de diciembre de 2013

EL ABORTO EN ESPAÑA

(Fe y razón)



Por Pedro Taracena

Antes de abordar este tema y plasmarlo en un artículo, ha sido preciso conocer al menos el Preámbulo de la Ley Orgánica 2/2010 de 3 de marzo, de salud sexual y reproductora y de la interrupción voluntario del embarazo. El texto del Preámbulo es un canto a la libertad, la igualdad y de respeto a las mujeres; reconociendo todos sus  derechos emanados de acuerdos internacionales suscritos por el Reino de España en estos temas. España llega al concierto de las naciones libres demócratas y aconfesionales, con la entrada en vigor del espíritu y la letra de la Constitución de 1978. Hasta ese momento y desde la victoria del franquismo en la contienda fratricida en 1939, se había implantado una dictadura convirtiendo al Estado español, en un estado confesional. Donde la ley civil y la canónica se confundían en no pocas ocasiones. Las reminiscencias de esa perversa injerencia de lo religioso en lo civil, tubo su estrategia con la firma del Gobierno y la Santa Sede, a todas luces anticonstitucional, de los llamados Acuerdos que no concordato; tratando de perpetuar el maridaje Iglesia–Estado y la alianza trono-altar. La mencionada ley de marzo de 2010 es una ley civil que reconoce derechos civiles y protege a las mujeres y a la procreación mediante asistencia médica y científica. Sin injerencia de ninguna moral religiosa. Ninguna mujer está obligada a ser madre sin su consentimiento, es un derecho no una obligación impuesta por los hombres y menos por el Estado.




El Partido Popular anclado en el franquismo y en el estado confesional, con la complicidad de la Iglesia española, ha emprendido una “cruzada pro-vida” que  pretende meter a las mujeres españolas por ley, en la caverna de la época más negra de la España del nacionalcatolicismo. Para ello utilizando la fe, no la razón, un embrión consideran que es un ser humano desde su concepción, y si se hace desaparecer es un homicidio. Al margen del pensamiento de la comunidad científica. Este planteamiento es una especie de llamada divina que les hace atropellar todos los derechos de la mujer para que sean madres por obligación, aunque alberguen en sus embarazos fetos que nada tienen que ver con la vida humana normal. Esto es congruente con su teología porque es Dios quien lo quiere y prohíbe poner impedimentos para que el embrión consuma el disparate de materializar esas malformaciones diagnosticadas por la ciencia. Los católicos aceptan estas barbaridades porque Dios lo ordena y su clase sacerdotal se arroga la infalibilidad de estar en la verdad, aunque espante a la razón humana. Acuden a mi mente todas las fábulas con las cuales me adoctrinaron de niño y siguen adoctrinado, preñadas de situaciones contra natura e incomprensibles reacciones divinas que no soportan el más leve razonamiento. Pero este artículo obedece al uso de la razón y sirve para organizar la vida en sociedad como si Dios no existiera. Los servidores públicos: el Rey, los jueces y magistrados, los diputados y el Gobierno, que antepongan sus prejuicios religiosos a la legalidad internacional que está asistida por la razón, la democracia y el derecho, deben dimitir de sus cargos políticos. Los principios en los cuales se basa la ley actual son tan sólidos que cualquier magistrado que la pretendiera declarar inconstitucional, tendría que acudir a sus principios ajenos a las leyes civiles, es decir al Derecho aceptado por nuestro entorno europeo. Los españoles no merecen el trato vejatorio al cual le están sometiendo con toda evidencia, las políticas criminales sin apelativos del Gobierno, como para conceder los derechos a embriones que se niegan a los nacidos…




martes, 24 de diciembre de 2013

MENSAJE DE NAVIDAD DE S. M. EL REY CENSURADO POR EL GOBIERNO




Buenas noches:
Antes de reflexionar como otros años sobre lo que nos ha deparado el año 2013, es preciso porque así lo exigen los españoles, que reconozcamos la Corona y las Instituciones del Estado, el grado de deterioro democrático en el que nos encontramos. La ineficacia política y la corrupción generalizada nos han distanciado de las necesidades de nuestros conciudadanos. El Estado es el garante de que se respete la Constitución y de que la economía esté al servicio del desarrollo, no solamente del capital sino de los ciudadanos en general.
Mencionaré en primer lugar a la Corona, institución monárquica que represento. Por acción u omisión, conductas observables frente a la sociedad han dejado un rastro de desconfianza, opacidad y mal ejemplo. A los treinta y cinco años de la promulgación de la Constitución, ha llegado la hora de condenar el régimen dictatorial y que el juramento constitucional borre mi compromiso con los Principios de Movimiento Nacional, sostén del viejo régimen.
Los españoles perciben que la actuación del Ministerio Fiscal en asuntos de corrupción, es conforme a la legalidad, pero también perciben ausencia de independencia del Ejecutivo. El uso y abuso que el Gobierno hace a la hora de conceder los indultos, escandalizan al ciudadano porque no olvidemos que la justicia emana del pueblo y se aplica por los jueces en nombre del Rey. Es tal la cantidad de políticos y empresarios implicados en escándalos de corrupción, que los ciudadanos reclaman que sean los jueces los responsables de acabar con los desmanes económicos, como única opción posible de volver a la credibilidad política y democrática.
Las Comunidades Autónomas, se han desviado de la unidad de España sobre todo en la solidaridad e igualdad. El Gobierno ha legislado a favor de las políticas impuestas por la Troika; haciendo más rico a los ricos y más pobre a los podres; haciendo desaparecer la clase media. Es preciso dejar paso a las nuevas generaciones que nos están diciendo en las calles y plazas que otra forma de hacer política es posible.
Y ahora sí me dirijo a todos vosotros que sin ser responsables de vuestras desgracias y sinsabores, sí, las padecéis en vosotros mismos y en vuestras familias:
Mayores dependientes sin asistencia.
Niños que solo se alimentan si acuden al comedor escolar.
Jóvenes que  abandonan sus estudios por falta de ayuda económica, que en concluyendo sus estudios se les cierra el camino al trabajo y la investigación.
Parados de larga duración sin esperanza de volver a la vida laboral.
Trabajadores víctimas las nuevas leyes laborales, con trabajos precarios, jornadas abusivas; perdiendo los derechos más elementales.
Deterioro de la Sanidad Pública a favor del sector privado, con evidentes riesgos de muerte prematura.
La consideración de la Educación Pública como un negocio privado, no se considera como una inversión, sino como un gasto a recortar.
No obstante, a estos problemas que los españoles tenemos como reto irrenunciable que  superar, estoy convencido de que saldremos del bache, si actuamos con espíritu constitucional y premura.
Como españoles no podemos quedarnos en el andén de la historia dejando que nos abandone el estribo del progreso.

¡Felices Pascuas! Para todos.


domingo, 22 de diciembre de 2013

LA RAZÓN DE LA SINRAZÓN

Por Pedro Taracena



El presunto periódico LA RAZÓN, es desde su origen un despropósito como medio de comunicación, supone una impostura como periodismo, una máscara de democracia, independencia del poder y borracho de subjetividad. Desde su origen su objetivo nada oculto fue y sigue siendo un medio financiado por el capital, al servicio de la recalcitrante derecha española, situada en la tradición franquista y en el nacionalcatolicismo. La fuerte financiación recibida de los poderes fácticos ningunean los ingresos de publicidad y de los quioscos. Jamás irá a la quiebra, que no sea fraudulenta. LA RAZÓN se ha consagrado como un grupo de presión incrustado en el Partido Popular; tratando de ofrecer al lector que compra el diario, la convicción de que adquiere un medio libre e independiente. Aunque lo que adquiere el lector, empresario, trabajador, pensionista, funcionario, es una parcela de ideología que en no pocos casos perjudica sus intereses, aunque venga envuelto en falacias y demagogias. Pero ya es sabido que los españoles aún votan con la nostalgia de los herederos  de los vencedores y vencidos en la contienda fratricida. Ajenos a la problemática actual socio-económica.



El proto-diácono que mantiene el paradigma de LA RAZÓN, el ínclito FRANCISCO MARHUENDA GARCÍA, es el impostor del periodismo más significativo del medio, que por sus méritos es el director. Sí, impostor, porque se atribuye falsamente el ser periodista. Finge o engaña, eso nunca se sabrá, cuando se presenta como periodista. Esto se hace con la aquiescencia del medio que le contrata como tal, a sabiendas que suplanta sin disimulo al verdadero profesional del periodismo. La ausencia de autocrítica en prensa, radio y televisión prestan su connivencia, permitiendo a este señor representar y defender al Gobierno y sus políticas, sin atisbo de crítica. Marhuenda es Rajoy, es Aznar, es Fraga y el mismísimo Franco. Y la representación del nacionalcatolicismo, siendo látigo de los comunistas y la izquierda. Sería una ingenuidad pensar que los demás medios son independientes y autocríticos. Todos dependen del amo que les paga y su carta de presentación no alberga dudas, pero hacen la pantomima de criticar al Gobierno con más o menos ahínco. Público desapareció por que era molesto al poder. Los actuales medios audiovisuales están a buen recaudo. La crisis afectará a los profesionales pero el proselitismo ideológico está razonablemente garantizado. Pero LA RAZÓN está situada en la sinrazón.






viernes, 20 de diciembre de 2013

ESPAÑA SE HA CAÍDO DEL PARQUÉ MUNDIAL DE LAS COTIZACIONES HUMANÍSTICAS



EL PALACIO DE CRISTAL

Por Pedro Taracena

Estamos viviendo en España una especie de Renacimiento cívico, que con la colaboración decisiva de Internet y las Redes Sociales, estamos plantando cara a la tiranía de los políticos, los caciques y los medios de comunicación, todos ellos, viles lacayos del capital: banqueros, financieros, usureros, ladrones y corruptos.  Expertos profesionales de la delincuencia más variada. Los causantes de la crisis en Europa son los mercados financieros y los políticos. Y las víctimas somos los ciudadanos, que aunque hubiéramos tenido la mala voluntad de provocarla, jamás hubiéramos podido lograrlo.
En esta crisis que actúa con tintes claramente criminales, los paganos somos todos aquellos ciudadanos que dependemos del trabajo por cuenta ajena. Los verdugos conscientes de que lo eran, ha sido y lo sigue siendo, la nefasta y criminal Troica. En el caso de España, el Gobierno es el total responsable de no evitar que las plagas de la crisis arrasen, como está sucediendo, el Estado del Bienestar. Se ha modificado la Constitución de forma legal pero con apariencia de acción furtiva, de tapadillo, con nocturnidad y a sabiendas de que esta enmienda era rechazada por el pueblo. Desde entonces esta reforma constitucional obliga al Reino de España a mantener el déficit público impuesto por la Unión Europea. El déficit no será superior al 4% del PIB y la deuda pública no será superior al 60% del mencionado Producto Interior Bruto. La acción se eleva a la categoría de perversa, cuando se puede comprobar que esta medida debía tener fuerza legal en los países firmantes, pero apostilla, “preferiblemente” en las constituciones.




El Gobierno de turno, que ahora sabemos de la célebre carta que amedrentaba al país y amenazaba con la intervención con el tan temido rescate, actuó de forma perversa ocultando al pueblo una grave situación de emergencia nacional. Los dos grandes partidos, de espaladas al pueblo, eligieron servir a los mercados y acabar con los derechos de los españoles. Las acciones políticas indicadas por Europa y tomadas como dogma de fe por nuestros gobernantes, cuyos resultados están a la vista, son acciones que sin que el leguaje jurídico lo determine, constituyen según el diccionario de la RAE, crímenes legales en tiempos de paz y democracia. Los políticos han utilizado su legítima y democrática mayoría absoluta, en leyes injustas, inmorales y criminales, dejando vacío de contenido la Constitución y la declaración Universal de los Derechos Humanos. Confundiendo la mayoría absoluta con el poder absolutista. ¿Cómo denominar al paro, al desahucio, a la enfermedad, a la muerte, al desamparo, a la emigración de los jóvenes y al hambre en la infancia? Todo para calmar el ansia insaciable de riqueza de los mercados y las empresas. Cuando denunciamos sus crímenes, nos llaman demagogos.
El pueblo como es natural, y dice mucho en su favor, está contestando en la calle. El Gobierno tiene miedo del pueblo y endurece la ley para reprimir sus reivindicaciones. Utiliza la falacia de que su intención está en salvaguardar las instituciones del Estado. Es público y notorio que el Gobierno está instalado en la mentira sin intención de cambiar, y que las instituciones que desea proteger están podridas en su médula central. El pueblo tiene que tener más miedo de las instituciones por su sordera y corrupción, que las instituciones al asalto del pueblo, que solamente desea ser escuchado.



En esta última parte del artículo es mi deseo desempolvar y ajustar algunos términos, para que los utilicemos en su justo sentido y lo que es más importante obremos en consecuencia. Es fácil escuchar sobre todo a la derecha: “Están radicalizando su postura, son unos extremistas”. Yo me confieso como radical, que no extremista. Porque quiero llegar a la raíz fundamental del problema. Soy partidario de reformas extremas, especialmente en sentido democrático. Si mi extremismo es rechazar los recortes que provocan crímenes, adoptando posturas extremas como respuesta al déficit democrático, soy conscientemente un radical. Esta palabra solo es peyorativa si se le añade el ismo. Otra palabra que debemos revisar es la insumisión ¿Qué hacer frente a las leyes manifiestamente impuestas por la Troika contra los derechos de los españoles? ¿Debemos someternos a la tiranía de las leyes inmorales e injustas que matan, desahucian, reprimen y multan? Otra palabra es el desacato y la resistencia a la autoridad, ambos vicios que según el Gobierno, deben ser respondidos con la docilidad. Y mientras en una manifestación se prohíbe a los manifestantes ir con el rostro cubierto, los policías no llevan la placa visible ocultando su identidad y quedando impune sus posibles desmanes. Además está prohibido que las imágenes execrables de ciertos manifestantes y ciertos policías den la vuelta al mundo, porque deterioran la Marca España. Pero como el Gobierno está instalado en la mentira, aún no sabe que la Marca España ya no cotiza en ningún parqué del mundo.



Fotos: Pedro Taracena

martes, 17 de diciembre de 2013

ERRORES HISTÓRICOS DEL PARTIDO SOCIALISTA OBRERO ESPAÑOL


El personaje alegórico de LA REPÚBLICA tiene cuerpo de mujer y de hombre

Muchos militantes y simpatizantes del PSOE hemos pasado demasiados años mirando hacia otro lado, ante los errores políticos ocasionados por su obstinada alianza con los franquistas. Unas veces para evitar un pronunciamiento militar, que al final no se evitó. Otras para no soliviantar a la derecha nostálgica. Y siempre utilizando la escusa de una involución inminente.
Desde 1978 año de la Constitución Española hasta nuestros días, no seré yo quien determine hasta cuando debió de prolongarse la tregua implícita otorgada a los franquistas. Pero quizás los líderes socialistas sí sepan exactamente cuándo debían de haber dicho ¡basta! a las concesiones dadas a los cómplices necesarios de la dictadura.
Estos errores han persistido sucediéndose en el tiempo y sus consecuencias han llegado hasta nuestros días. Es posible que la enumeración de estos errores por este orden un tanto aleatorio, no se hayan producido en el mismo devenir cronológico. Pero vuelvo a insistir en que los responsables históricos de haberlos cometido o no haberlos evitados, sí que los ubicarían en su momento oportuno. Con la Constitución en la mano  y  35 años de vida democrática, las prevenciones de antaño ya no tienen ahora espíritu democrático. Como estos errores son corregibles en un futuro, los denominaremos asignaturas pendientes:
  1. Denuncia de los Acuerdos entre el Reino de España y la Santa Sede, que desde su concepción han sido contrarios a la Constitución de 1978.
  2. Establecimiento de una ley que condene la dictadura y que sea tipificado como delito hacer apología del franquismo. Como valor constitucional.
  3. Restaurar el principio de Justicia Universal, mutilado con el acuerdo entre PP y PSOE, para evitar perseguir los delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra, de países como EEUU, China e Israel, siempre que no esté implicado algún español.
  4. Sacar de la Constitución la limitación del déficit público, impuesto por Alemania cuando en este país no se ha llevado a cabo este precepto. Perder soberanía en aras de no ganar nada, es un atentado a nuestra Carta Magna y a los derechos de los españoles.
  5. Abordar la reforma de la ley electoral porque el sistema actual fue pactado para reducir el acceso de los comunistas, concesión hecha en su día a los franquistas. La falacia de que este sistema facilita la gobernabilidad ya no es válido.
  6. Que una ley haga prometer o jurar al rey Juan Carlos I la Constitución de 1978, reniegue del franquismo y condene la dictadura. Y que la monarquía constitucional reconozca que ostenta la misma legitimidad que tuvo la República.
  7. Retomar el tema de la ley de libertad religiosa conforme con la a confesionalidad del Estado.
La derecha franquista ha demostrado durante todo este periodo constitucional, que no está dispuesta a renunciar a todo aquello que considera de su propiedad. España es de aquellos que ganaron la guerra, implantaron la dictadura y administraron España como su botín de guerra. Nunca reconocerán que la República fue legítima como lo es la Constitución monárquica. La unidad de España de tinte franquista es tan inamovible como lo es el Credo de Nicea. El eslogan de ESPAÑA UNA GRANDE Y LIBRE ¡ARRIBA  ESPAÑA Y VIVA FRANCO! Aunque guardan las apariencias con su máscara democrática, el espíritu lo mantienen vivo. El maridaje Iglesia-Estado y la alianza trono-altar han quedado patente en esta legislatura, con leyes dictadas desde las catedrales y las sacristías. Es preciso romper el paradigma que desde el asalto a la República mantienen la derecha y los obispos. El paradigma que se inició con el golpe de estado que se disfrazó de Santa Cruzada de Liberación Nacional, continuó con la implantación de un estado confesional perpetuándose hasta nuestros días el nacionalcatolicismo. La derecha ha demostrado que puede gobernar bajo la máscara de la Constitución, decretando leyes con el espíritu del franquismo. La derecha y el mismo Rey mantienen un perverso equilibrio entre la ausencia de condena de la dictadura y la aceptación de la Constitución.

Se obliga a “todos” los diputados que juren o prometan nuestra Carta Magna, sin embargo el Rey en virtud de una hipotética tradición ancestral, no la puede jurar porque ya juro las leyes franquistas, y por lo visto un monarca español no puede jurar dos veces… Solamente la izquierda y el PSOE pueden romper este paradigma viciado desde su origen. La posible pérdida de votos del PP, se puede escorar hacia UPYD por su ambigüedad y falsa equidistancia entre la izquierda y la derecha. Por el otro extremo creciendo IU puede estar albergando el desencanto socialista. El PSOE si sigue con esta postura política tan pusilánime, puede quedar como minoría sin ningún significado político, lo cual no sería de extrañar. En su pecado llevará la penitencia pero los paganos seremos los que les dinos tradicionalmente nuestra confianza.