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jueves, 30 de enero de 2014

DESIDIAS Y REMINISCENCIAS DE LA DICTADURA

Por Pedro Taracena


César Manrique

Tic franquista
La Constitución vino a recuperar el Estado de Derecho perdido con el golpe de 1936 y desde 1978 España vive en democracia formal. No obstante, manteniendo no pocos atisbos de un tic franquista. Además de la impunidad con la cual  la Transición liquidó los crímenes de lesa humanidad, se mantiene la inmunidad bien vista hacia todo aquello que tenga relación con las múltiples formas de hacer apología del franquismo, como algo consustancial a la falsa reconciliación entre los españoles.


El Puerto de la cruz nocturno

Los indultos
Otro vicio heredado y nunca rechazado por los gobiernos democráticos, es el indulto arbitrario y al margen de cualquier control judicial. Se ha constituido en una práctica perversa y anticonstitucional. Pero no existe ninguna voluntad de reconducirlo hacia pautas constitucionales.



César Manrique

Postergación del comunismo
La ley electoral fue consensuada por los principales partidos: PSOE venido del exilio y la clandestinidad y PP venido del franquismo. Fue un pacto con escaso espíritu democrático porque pretendió y consiguió que el temido Partido Comunista de España, nunca alcanzara una mayoría para influenciar en el Gobierno; argumentando que evitando la fragmentación de partidos España era más gobernable. En ninguna agenda de estos grandes partidos se incluye corregir este sesgo franquista. La Ley D’Hondt será legal pero manifiestamente injusta, para las minorías y menos democrática.


El Puerto de la cruz nocturno

Administraciones públicas arbitrarias
El Gobierno, la Administración del Estado, las administraciones locales, provinciales y autonómicas, incluyendo el Congreso de los Diputados y el Senado, no están dotados de la más mínima transparencia. Tampoco hay voluntad de regular con equidad, no solamente los gastos públicos, sino los salarios de todo funcionario público. Entre ellos existe la desigualdad más arbitraria con la opacidad más absoluta. Siendo el escandaloso grupo de los llamados asesores, que son elegidos a dedo, tanto en  cantidad como en calidad, aquellos que se alejan más del espíritu constitucional de la función pública.



César Manrique

Opacidad en las cuentas públicas
Otra secuela dictatorial es el Tribunal de Cuentas, al no ser un ente independiente del poder, no tiene la capacidad de auditar y perseguir los abusos de las administraciones públicas, sindicatos  y partidos políticos. Solamente las minorías políticas están interesadas en controlar estos desmanes, donde la mayoría de los asuntos denunciados son archivados porque habrían prescrito. Es como si se hubiera institucionalizado la desidia y el descontrol intencionado.



El Puerto de la cruz nocturno

Contaminación de los Poderes del Estado
La Constitución ha separado los Poderes del Estado y de hecho son una realidad formal, pero el Fiscal General del Estado, que no es un Poder del Estado, rinde obediencia institucional al Gobierno, que es quien le nombra. Esta perversión no es de la Fiscalía en sí misma, es del sistema. Al poder le viene siempre muy bien articular acusaciones o defensas, para que el mismo fiscal obre en consecuencia a gusto y conveniencia del Gobierno de turno. Esta evidencia tampoco está en ninguno de los programas electorales de los partidos más relevantes. Es evidente que este asunto necesita una adaptación para homologarse a la Constitución para abandonar la tentación de defender al poder del pueblo, cuando debía de acontecer al contrario.



César Manrique

Violación constitucional
La reforma de la Constitución hecha por los dos grandes partidos, legalmente, pero de espaldas al pueblo, debe de ser suprimida, porque se ha comprobado que cuando se ciñe el déficit público a lo preconizado por la UE, se quebranta el Artículo 1º de la Carta Magna: ”España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político”. Nos hemos homologado con las exigencias de los mercados, pero nos hemos olvidado de la cuestión social, único objetivo de todo Estado de Derecho y del Estado del Bienestar.



El Puerto de la cruz nocturno

Justicia universal cercenada
En nuestro país hemos sido testigos de una gran paradoja: Hemos dejado impune un genocidio, muy difícil de asimilar por el espíritu de la propia Constitución, pero nos dotamos de una legislación sobre el principio de Justicia Universal, pudiendo perseguir los delitos de lesa humanidad, allí donde se cometieron sin prescribir ante la ley. No obstante, un gobierno socialista apoyado por la derecha franquista, mutila este principio para dejar sin efecto la persecución de estos delitos, si no hubiera ningún español implicado. ¿Para sobreproteger a los españoles? ¡No!, para contentar a los gobiernos de EEUU, Israel y China. Y la gran paradoja se produce cuando tribunales extranjeros están reclamando hacer justicia sobre los crímenes del franquismo, que España a través de la Transición dejó impunes.


César Manrique

Contaminación inconstitucional de los jueces
Continuando con los vicios no tan ocultos de nuestras instituciones procedentes de la dictadura, tropezamos con el Consejo General del Poder Judicial. Un órgano que colegiadamente prostituye y corrompe la independencia del Juez, legítimo Poder del Estado. Los escándalos de no pocos jueces apartándose de la pauta constitucional, se han ganado la desconfianza de la sociedad. Cuando el pueblo percibe corrupción en la judicatura, es difícil de que el pueblo se equivoque, porque según dice la Constitución en el Artículo 117 “La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por los Jueces y Magistrados”. 


El Puerto de la cruz nocturno

Corrupción política y déficit democrático 
Tan pronto ha estallado la crisis en el mundo de forma global y en España en particular, se ha demostrado que nuestra democracia estaba demasiado aburguesada, corrompida, y con demasiados vicios traídos de la época franquistas, eso sí, adaptados a nuestros tiempos. Cuando el Movimiento 15-M exclamaba ¡Democracia Real Ya! No era un eslogan más, era un clamor de denuncia ante la incapacidad de que los actuales políticos garantizaran la gobernanza del Estado. Si las próximas elecciones europeas no devuelven el poder político al pueblo, y éste controla a los mercados, el estallido social será un hecho imposible de evitar. Y en España se precipitará por la ineptitud de los políticos, que, mientras la muerte, el hambre, la miseria, la marginación y exclusión  social, desahucios y abandono de niños, juventud y mayores, se agudiza sin esperanza, ellos, siguen ostentando gastos superfluos y en absoluto imprescindibles: Convenciones, comilonas, coches, viajes, sueldos  y sobre sueldos, asesores a dedo y muy bien pagados y despilfarro criminal. Cada vez que los políticos celebran un ágape ¿A cuántos ciudadanos que se les ha negado la dependencia podrían atender?



César Manrique


Reflexión demagógica y políticamente incorrecta
Me gustaría que quienes me juzgan como demagogo tuvieran razón. Pero los ánimos del pueblo están razonablemente indignados, aunque se pueden tornar en emocionalmente alterados y terminar con una explosión cargada de razón, por la sinrazón del poder.



El Puerto de la cruz nocturno


Fotos: Pedro Taracena


martes, 14 de enero de 2014

EL REY JURÓ LEALTAD A FRANCO Y NO A LA CONSTITUCIÓN







El dictador avisó que no restauraba la vieja monarquía sino que instauraba una propia. 491 síes, 19 noes y 9 abstenciones. Fue el resultado que arrojó la votación nominal entre los procuradores y que nombró a Juan Carlos I sucesor de Franco y heredero de la corona. Lo aprobado no era más que oficializar más pronto que tarde el nombramiento del relevo, el atado y bien atado que buscaban los duros del franquismo. Los poderes del tirano eran totales y sólo él podía nombrar a su sucesor.


lunes, 13 de enero de 2014

IMPOSTORES POR NO DECIR HOMICIDAS DE LA CONSTITUCIÓN


Por Pedro Taracena



El banquete de la ignominia (Afrenta pública)

 Anguita dice que se está en un "estado de excepción" donde el "poder y el gobierno están fuera de la ley constitutiva". He reflexionado sobre esta afirmación y me he formulado la siguiente cuestión: ¿Quién se cree ahora que España es un Estado de Derecho? Y contemplando la situación de fractura social y de corrupción política: ¿Nos encontramos en una situación previa a un conflicto civil?


La crisis que ya nadie duda quien la ha provocado, es la causante de abocar al pueblo español a un callejón sin salida. La inoperancia de las autoridades europeas y españolas, la perversión del sistema capitalista y la connivencia de las instituciones del Estado con la corrupción generalizada, es un hecho que ni la prensa más tendenciosa es capaz de acallar. Gracias a las Redes Sociales y a los nuevos periodistas francotiradores, estamos conociendo los entresijos de la podredumbre del sistema. El pueblo se ha convertido en un anti sistema porque el sistema se ha alejado de la Constitución. Si hay alguien que se haya homologado con los anti sistemas ha sido el Gobierno y sus lacayos.

La injusticia y el abuso de autoridad han creado desigualdades, invirtiendo la pirámide social. La clase media, base de toda sociedad moderna, se ha desmembrado en nuevos ricos y gente más rica que antes, en más nuevos podres y con mayor pobreza que anterior a la crisis. Colectivos incluidos como pobreza severa condenados a la exclusión social, quedando una clase social escuálida y desesperanzada. No es un cuadro pesimista, surrealista o alarmista. Es una situación de catástrofe nacional censurada. Ocultando la verdad al pueblo. 

Volviendo al párrafo inicial, es verdad que nos encontramos en una situación de pre guerra civil, pero si tomamos como referencia los años previos a los conflictos civiles y las revoluciones del siglo XX, el contenido de los vocablos hoy son diferentes aunque la situación sea igual de grave. Las revueltas y los conflictos estallaban por la lucha de clases, en base a la falta de libertad, la injusticia y la desigualdad. Pero ahora estamos situados en el punto de partida de estas reivindicaciones, después de haber destruido en cuatro años el Estado del Bienestar conseguido en treinta y cinco de democracia.

La desidia del gobierno es grande y la tensión que crea su política títere de Europa es evidente, legítima y justa. Los grupos enfrentados se pertrechan, los unos, en trincheras y barricadas de guante blanco, auténticos fortines ofensivos contra el pueblo. Estos son el Gobierno, los empresarios y la conferencia episcopal que han establecido un frente de lucha contra la sociedad laica. Imponiendo una educación a la medida del Opus Dei, una ley del aborto escrita al dictado de la Iglesia, la privatización de la sanidad pública entregada a multinacionales de la especulación, y han sembrando el desprestigio de los sindicatos, dejando sin contenido el Estatuto de los Trabajadores. Estos tres grupos beligerantes tienen a su favor al Ministerio de Interior, que legisla cada vez de forma más represiva, con la argucia de defender los valores constitucionales y las Instituciones del Estado. 

Contra estos tiranos, otros frentes de guerra se libran en la calle a través de brigadas que copan y ocupan los colores del arco iris. Son los escolares, pensionistas, investigadores, universitarios, dependientes y discapacitados, bomberos y policías, médicos y enfermeras, maestros y profesores, desahuciados y expoliados, en fin, el pueblo víctima de la tiranía del capital, de los caciques y de la Iglesia. La clase política salvo honrosas excepciones en el espectro político de la izquierda, está atrapada por el consenso de la Transición, que ha fosilizado la Constitución y herido de muerte no solamente los Derechos Humanos de 1948, sino el Estado del Bienestar.

Las armas del pueblo son la palabra, el grito y la pancarta, la insumisión y la denuncia en los tribunales. No solamente en tribunales españoles sino que se debe llegar hasta Estrasburgo. Los jueces son los aliados de la sociedad frente al tirano, no en balde “la justicia emana del pueblo”. Las posturas están radicalizadas, los obispos y los curas están arengando para que el nacionalcatolicismo se afiance en la legislación española. El capital está masacrando al pueblo. Y la política de recortes del Gobierno está cometiendo crímenes contra la población: Hambre, Mentira, Represión y Muerte. Este Gobierno consumará su mandato como el más antipatriótico y embustero. En esta guerra que el pueblo está librando contra la tiranía, no se utiliza material bélico, pero también se cometen crímenes en tiempos de paz; sembrando la injusticia y la corrupción; creciendo las enfermedades por carencia de asistencia sanitaria, precipitando la muerte cuando se cercena la asistencia médica. Sin olvidar el hambre infantil y los suicidios producidos por los desahucios, mientras se rescata el latrocinio a los bancos con dinero público. Los años 2014 y 2015 serán también penosos para los españoles, pero, es imposible que un pueblo batido hasta la extenuación vuelva a elegir a un Gobierno de esta calaña…


jueves, 2 de enero de 2014

ESPAÑA Y EL CONFLICTO

Por Pedro Taracena



El hecho fidedigno de que en España se niegue de forma permanente, que exista un conflicto de cualquier naturaleza, no prueba que no exista. Para aportar mayor rigor a esta premisa, tenemos dos siglos que lo abalan. Más exactamente el periodo comprendido entre 1812 y 2013. Un periodo de conflictos de combates, luchas, peleas y enfrentamientos armados. Apuros, situaciones desgraciadas y de difícil salida, sin omitir los conflictos laborales, donde se enfrenta a representantes de los trabajadores y a los empresarios. Periodos donde el conflicto ha alcanzado cotas de tragedia nacional y otros donde el conflicto ha quedado larvado.



El conflicto es de índole institucional e ideológica. En 1812 se aprueba la Constitución que establece: “La soberanía reside esencialmente en la Nación, y por lo mismo pertenece a ésta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales”. Este principio nada despreciable en la España de entonces no tardó en derribarlo el poder absoluto de Fernando VII. Conflicto entre el constitucionalismo y el absolutismo monárquico. Desde el principio del siglo XX entran en conflicto la monarquía absoluta con breves periodos constitucionales; compartiendo la situación conflictiva, los Caciques, el Ejército y la Iglesia; interviniendo en la cada vez más acusada lucha de clases. Después de un breve espacio de tiempo donde se pretende consolidar la I República de corte federalista, vuelve la monarquía absolutista con parlamentos controlados por el voto cautivo de los Caciques y la Iglesia, acompañados con incesante “ruido de sables”.



En 1931 entra en conflicto monarquía y república, donde triunfa la II República, democrática y constitucionalista. El conflicto lejos de concluir, después de cinco años, se agrava con un golpe de estado militar, al cual se adhieren el Capital, la Derecha Católica, la Iglesia y una incipiente fuerza fascista, Falange Española. Esto provoca el conflicto más importante del siglo XX en España. La Guerra Civil entre 1936 y 1939. Dos bandos en conflicto: Las derechas que se sumaron al golpe y las izquierdas que resistieron en defensa del orden republicano. Estos hechos constatados históricamente, es evidente que son negados por quienes niegan la existencia del conflicto en sí; provocando otra situación causante de una espiral conflictiva sin fin.



El Caudillo que lideró la rebelión militar se hace con la victoria, e impone una dictadura militarista de ideología confesional católica; entrando en conflicto permanente durante treinta y seis años, el Nacionalcatolicismo y el Nacionalsindicalismo con la Democracia y los Derechos Humanos. El propio Estado entra en conflicto con el separatismo catalán y vasco, librando una represión inmisericorde, provocando una reacción terrorista; resolviendo el conflicto en base a Juicios Sumarísimos, Consejos de Guerra, Prisión y Condenas de Muerte. Las tensiones entre la Santa Sede y el Régimen no se hicieron esperar y ciertos obispos y clérigos se vieron afectados por el conflicto y terminaron privados de libertad. El dictador fallece en 1975 pero en su testamento está latente el conflicto. El régimen dictatorial revestido con la capa pluvial de la monarquía católica, hereda su naturaleza y el conflicto histórico que la ocasionó.



Durante el periodo de transición de la Dictadura a la Democracia, entran en conflicto dialéctico: Transición o Ruptura. Principios Fundamentales del Movimiento Nacional o Periodo Constituyente. República o Democracia. Y por último, riesgos en el avance hacia la democracia para los conservadores o riesgos involucionistas para los progresistas. El conflicto español parece que tiene vocación de persistir… No obstante triunfó el periodo constituyente; ahuyentando los temores de permanencia de las bases legales del régimen despótico. y lo que es más importante; resolviendo el conflicto de ilegalidad desde el asalto al Estado de Derecho del cual gozaba la República, el 18 de julio de 1936. En 1978 se aprobó la Constitución en base a una monarquía parlamentaria; treinta y seis años después, todavía permanece impune el régimen genocida del general Franco. Conflicto no resuelto aunque se niegue su existencia.




En la era democrática los gobiernos de turno han desarrollado los valores de la Constitución, los unos mirando hacia la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y los otros en connivencia con el Antiguo Régimen y la Iglesia Católica. Creando un conflicto latente, no solamente entre las derechas y las izquierdas, sino un conflicto flagrante entre la Iglesia y el Estado, solamente admitido y reconocido aunque tarde, por quienes consideran la alianza trono-altar y el maridaje Iglesia-estado, de naturaleza anticonstitucional. Durante toda la época democrática, el conflicto separatista ha permanecido en Euskadi y Cataluña, cada cual con su historia y naturaleza peculiares. Mientras el Gobierno jamás utiliza la maldita palabra de conflicto, ambos conflictos están más latentes que nunca. La autodeterminación en conflicto con la sagrada y dogmática Unidad de España. Aunque nunca se resolviera, sería insensato negar que el conflicto esté ahí. Mientras las víctimas del terrorismo reclaman al Gobierno ser reconocidos como vencedores y que los terroristas hincados de rodillas pidan perdón, en el otro lado, las victimas de franquismo reclaman que el genocidio franquista no siga impune y que sus víctimas sean reconocidas en la Memoria Histórica y en su dignidad. El conflicto persiste mientas los delitos de lesa humanidad no sean resueltos ante la Justicia Universal y la Historia.



En los años de crisis el conflicto se ha diversificado. Me resisto a considerar que España tenga conflictos en plural de diferente naturaleza. No, solamente España tiene un solo conflicto, como lo han tenido y tienen históricamente otros países. Hay que tener la valentía de reconocerlo y abordarlo, sin evasiones constitucionales y dogmáticas, siempre interesadas.



Fotos: Pedro Taracena