La
secuencia del DRAGON RAPIDE
“Tres fueron los principales financiadores del
golpe de Estado que se encargaron de conseguir y alquilar este avión y que, con
el traslado de Franco, violando las órdenes del Gobierno, para poner al mando del
ejército de Marruecos tras asesinar a los que se oponían, cobró una importancia
capital: Juan Ignacio Luca de Tena, director del BC; Juan de la Cierva,
inventor del autogiro; Juan March, banquero prófugo escapado de la prisión. El Duque
de Alba se encargó de hacer el pago. Otros dicen que fue March el que entregó
un cheque en blanco a Luca de Tena en Biarritz”.
EL LIBRO
EL PERSONAJE
EL ÁLBUM PERSONAL
EL LIBRO
LA CONTRAPORTADA
EL AUTOR
LA FURIA Y LOS COLORES
EL GRAN WYOMING
Comentarista: Pedro Taracena Gil
Periodista
La vida de José Miguel Monzón y la de Pedro
Taracena han marchado en paralelo, dentro de la ESPAÑA UNA GRANDE Y LIBRE. Una
España adormecida con el Síndrome de Estocolmo; rindiendo culto al genocida
que nos estaba llevando a la ruina moral y alejándonos cada vez más de la
Europa, que había derrotado al fascismo y al nazismo. Cuando en 1948 se
establece la DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS, aquí lucíamos a
Franco como Caudillo de España por la Gracia de Dios y le entronizábamos bajo
palio en las catedrales y basílicas del reciente establecido Reino de España. Los
deanes de las sedes episcopales le mostraban para besar el Lignum Crucis.
Pedro (1944), José Miguel (1955). Pero tengamos en
cuenta que Pedro nace en Madrid, en el 39 de la Calle del Gobernador, hoy un
edificio de okupas, y después de bautizado en San Pedro El Real La Paloma, por
circunstancia familiares le llevan a un pueblo de La Campiña de Guadalajara y
vuelve a la capital para quedarse en 1959. Ambos han vivido en la misma España
y en el mismo Madrid. El incorporarse como adolescente a una gran ciudad,
habiendo vivido en el seno de una familia de labradores, le permitió conocer en
primera persona la vida rural del nacionalcatolicismo de Falange Española, de
los Caciques franquistas y de la Sección Femenina.
Situados al día de hoy estos dos españoles han
sufrido en sus carnes la atroz dictadura, la farsa de la Transición, la
ilegítima Monarquía, la legal pero injusta Constitución Franquista y el NODO
que sustenta el Régimen del 78.
No podemos decir que estas dos personas sean como
dos gotas de agua, porque hay diferencias que se deben remarcar. José Miguel es
un gran amante de la música y esta vocación ha imperado en su vida por encima
de las otras “vocaciones” y Pedro es una auténtica nulidad para la música por
simple que sea. El Rastro de la Rivera de Curtidores, Cascorro, la Plaza de la Cebada y el café de LA BOBIA, han sido lugares que ambos hemos frecuentado. Aunque la Plaza de la Cebada se la cargaron en 1959-1960.
LA BOBIA
En otro orden de cosas, José Miguel desde su
adolescencia rechazó el militarismo, la dictadura y el nacionalcatolicismo. Sin
embargo, Pedro fue un católico ferviente, pero a través del concilio ecuménico
Vaticano II, comenzó a rechazar la parte teológica y moral y fue abrazando la
doctrina social del propio concilio y las encíclicas sociales de los papas. Su
evolución llegó a su total conversión a la democracia laica y agnóstica,
después de haber sufrido la puta mili.
Es preciso destacar que Pedro tuvo una educación
en el más puro Movimiento Nacional. Después de aprobar el examen de ingreso con
14 años, recién llagado del pueblo, cursó cinco años mediopensionista de
Formación profesional, en la Institución Sindical Virgen de la Paloma. Una
especie de Universidad Laboral, donde se impartía un diseño educacional
mediante un adoctrinamiento donde convergían la disciplina preconizada por la
congregación salesiana con un rector a la cabeza. Un profesorado militar,
Ingenieros, Aviación y Automovilismo. Ocupándose de la Formación del Espíritu
Nacional y la Educación física y Deportes, profesionales dependientes del
Movimiento Nacional. Si embargo, en lo académico, laboral y profesional, se
desarrollaba un programa importado de Alemania. Este diseño no dependía del Ministerio
de Educación, dependía de la Delegación Nacional de Sindicatos. Fue un programa
muy eficaz para la transformación del mundo rural al mundo industrial. Dentro
del campus de la institución había un Hogar de la OJE, y en otro lugar un salón
de juegos donde se podían concentrar los chicos que se asociaban a las
Compañías. Una especie de Acción Católica salesiana. En el centro de los patios
se situaba una capilla, que celebraba misa todos los días. Para las
celebraciones masivas se abrían unas enormes puertas que ampliaban la iglesia
hacia el gimnasio. El cóctel era
perfecto para conseguir la docilidad y adhesión al régimen. El Instituto Ramiro
de Maeztu, no tenía nada que ver…
Pero a partir de esa época sus vidas han sido
paralelas, aunque hayan jugado en ligas distintas… Su vida laboral en una
multinacional también le ha permitido conocer países allende los Pirineos.
Retomo el relato en primera persona y en 1970
participo como técnico en el Raid Paris Kaboul Peris 1970. Recorriendo,
Francia, Suiza, Italia, Yugoslavia, Bulgaria, Turquía, Persia (Irán) y
Afganistán. 1300 chicas y chicos en vehículos equipados de un motor Citroën
2CV.
En 1971 pasé unos cursos intensivos de Lengua y
Civilización Francesas en la Universidad de Montpellier (Francia). Allí conocí
a un vasco que estaba huido de la justicia y en una servilleta me escribió el
soneto dedico al general Primo de Ribera, que aún conservo:
“No me mueve, Miguel, para admirarte
la forma en que el poder has conseguido,
ni admiro esa parodia de partido
con el que ahora tratas de ampararte.
Tampoco admito tu destreza y arte
amordazando a un pueblo adormecido
ni admiro esa asamblea que has urdido
para que tenga siempre que aguantarte.
Admírote, Miguel, de una manera
tan ardiente, tan mística y sincera
que no conocerá tregua ni pausa
por tu insigne osadía y la frescura
de aceptar el birrete honoris causa
sin causa, sin honor y sin cultura”.
Acabado el curso un compañero y yo nos fuimos a París llevando con nosotros a dos francesas que compartieron los gastos de la
gasolina y peajes. Al llegar a París una de las francesas pidió a su padre que
nos pagara los gasto y así fue. Nosotros pasamos esa noche y las siguientes en
el camping del Boi de Boulogne.
En 1972 repito la experiencia en la Universidad de
Grenoble, conviviendo con la juventud europea. Esta vez había comprado el libro
de Ian Gibson, La represión nacionalista de Granada de 1936 y la muerte de
García Lorca. Publicado por Ruedo Ibérico en 1971 y prohibido en España. Dentro
de la maleta del coche entre ropa camuflé el libro con un forro que decía
Histoire. Convencido de que la curiosidad de ningún policía abriría el libro. Y
así fue.
En 1973 me destinan a Catalunya y allí viví el
apasiónate momento de la restauración de la Generalitat a través de aquel Ja
sóc aquí del President Josep Tarradellas, L’Estatut d’Autonomía y la Amnistía, hasta 1979.
Fui socio del Ateneo de Barcelona y frecuenté el Paralo a todas las horas de
día y de la noche. Asistiendo a todos los conciertos donde tenía lugar la nova
canço. Para mí descubrí Europa en Barcelona y Madrid me parecía
provinciana, con todo mi respeto al resto de las provincias de España.
En 1974 mi mujer y yo nos embarcamos con el coche
en el transbordador Canguro, en el recorrido Barcelona Génova, y visitamos
Pisa, Roma, Padua, Mantua, Siena, Venecia y por Trento cruzamos el Puente de
Europa, visitando Innsbruck y Salzburgo, regresando a Barcelona por la Costa
Azul. San Remo Cannes, Mónaco, Montpellier y a través de Perpiñán de vuelta a
Barcelona.
En 1975 mientras las ejecuciones de septiembre
hicimos un crucero soviético, Barcelona, Malta, El Pireo (Atenas), Estambul,
Yalta y Odesa. El regreso del Litva que así se llamaba el buque, hizo escala en
Génova, Marsella, volviendo a Barcelona. Mi mujer trabajaba como técnica
marítima que consignaba los barcos de la flota soviética de las 15 repúblicas
de la URSS y Cuba. Vivimos aquellos quince días inmersos en la cultura
soviética. Seis españoles, un grupo de alemanes y el resto ciudadanos de los
pauses satélites del otro lado del telón de acero.
En 1976 viajamos a Londres y en Barcelona, nació
nuestra hija que fue registrada en los juzgados del Paseo de San Juan. Mi
simpatía por Catalunya crecía por momentos, y tener una hija catalana de mecimiento
era muy importante para nosotros.
En 1977 aún recuerdo el primer viaje del rey Juan
Carlos I a Barcelona y cómo se silenció en Madrid el discurso que dio en
catalán.
En 1979 me destinan tres meses en París. En
aquellos años un español en una empresa francesa, era el centro de atención de
todos. Y tuve que sudar tinta para explicarles en francés lo que estaba
sucediendo en España.
En 1980 regreso con mi familia a Madrid y me
reencuentro con mi pueblo añorando Catalunya hasta hoy.
Con este relato no pretendo epatar con el libro
del maestro Wyoming. Sería pueril si alguien lo creyera. Mi intención es
denunciar que el periodismo en España está secuestrado y sigue el guion del
nuevo NODO, de corte franquista.
La presentación del libro de Wyoming ha recorrido
algunos platós de televisión como ave de paso. Aunque nadie del NODO oficial se
haya atrevido a leerlo y mucho menos hacer una valoración política social o
histórica de este magnífico ensayo. El ínclito Ferreras se ha atrevido a decir
que Wyoming hace una crítica a la Transición… ¡Qué hipocresía! LA FURIA Y LOS
COLORES no es una crítica a la Transición Modélica, es un tsunami
que arrasa con la ilegitimidad de la Monarquía, la ilegalidad de la elección
del Jefe del Estado, la impunidad del Genocidio Franquista, los tribunales
franquistas instados en la nueva democracia, la Fiscalía General del Estado que
lo es del Gobierno, los medios de comunicación que están al servicio del
Régimen del 78 de dudosa legitimidad, y del Estado de Derecho que nos han hecho
creer que restaura el Estado de Derecho de la República. Y así continuando
hasta llegar a la página 412, que se acaba el libro.
Carta
a Gran Wyoming
Carta escrita el 19 de marzo de 2011
Soy un asiduo lector se
su columna. Sintonizo con su reivindicación de sajar la herida que supura el
pus de la gangrena franquista, cerrada en falso por la transición. Contemplo con satisfacción que milito en las mismas
filas del desengaño democrático y el fraude de la Memoria Histórica. Pero
confieso que no siempre fui cómplice de su pensamiento, y pensé que era ajeno a
la lucha por reivindicar la historia robada. Tengo que reconocer porque
tranquiliza mi conciencia, el haber juzgado a la ligera el perfil de este
honrado comunicador, más aún, un gran comunicador. La imagen que me había
formado de Gran Wyoming era frívola, superficial y encorsetada en la figura del
gracioso, del humorista. Pero reitero humildemente mi error, que quiero ahora
reconocer y rectificar. Perdón porque el que creía ajeno a mi manada, ahora
camino a su lado. Agradezco pertenecer a este grupo de reservistas que hemos
tomado la antorcha de la reivindicación, para que los crímenes del franquismo
no queden impunes. Y para desenmascarar a los populares que, mientras no condenen el franquismo, serán siempre
considerados como cómplices del genocidio, aunque canten misa.
Carta a EL GRAN WYOMING
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