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domingo, 25 de noviembre de 2012

LA AVERSIÓN CONTRA CATALUNYA

Por Pedro Taracena Gil


Aversión,-

“Rechazo o repugnancia frente a alguien o algo”

Mi opinión particular de esta realidad arraigada entre los españoles con más de un siglo de solera, tiene dos puestos de observación, Madrid y Barcelona. Es decir, que he contemplado lo que en Madrid se opinaba de los catalanes; arrogándose desde el centralismo la representación de todos los españoles, pero también he comprobado viviendo en la Ciudad Condal, el antagonismo al centralismo; provocando rechazo y resentimiento. Sería injusto y frívolo atribuir esta rivalidad a la propia naturaleza de los habitantes en Catalunya y en el resto de España. No. Las causas hay que buscarlas en la historia y en la política. Pero sobre todo a partir de la II república que nos hace entender mejor el problema por ser contemporáneo a nuestros días. Implantada la República y leyendo los avatares de la discusión autonómica, son los mismos que ocurrieron tanto en el debate del Estatut en su elaboración primaria como en su última revisión. El golpe de estado que derrocó el régimen republicano, que también dio al traste con la incipiente autonomía de Catalunya, impuso una férrea dictadura en todo el estado, donde los lemas fueron muy elocuentes: España se convertía en “Una Grande y Libre”. “Franco Caudillo de España por la Gracia de Dios”, “La Cruzada de Liberación Nacional”, “Caídos por Dios y por España”, y arrogándose los atributos y las glorias del “Imperio hacia Dios”. Como era de esperar los catalanes sufrieron durante la dictadura del general Franco una doble represión. Como españoles y como catalanes. Se propuso extirpar toda señal de identidad del pueblo catalán. Mientras aquellos españoles que había aprendido a hablar en la lengua materna, se les obligaba a rezar y cantar el Cara al sol en castellano, en Catalunya, los españoles que habían aprendido a hablar en la lengua de la madre les había parido, ahora esa lengua estaba secuestrada en las catacumbas de la unidad nacional, y lejos de poder expresarse en catalán, debían de rezar y cantar en Cara al sol en un alengua impuesta. Su cultura y su lengua fueron secuestradas en las catacumbas y tuvo que ser el Rey de España, cuarenta años más tarde, quien les dijera que: “Catalunya pot aportar a aquesta gran tasca comuna una contribució essencial i que no té preu. L'afecció dels catalans a la llibertat és llegendária, i sovint ha estat fins i tot heroica”.
A partir de ese momento la inercia de los herederos legítimos del franquismo, sobre todo en Madrid han cultivado con éxito la aversión contra Catalunya. Si despojamos del aditamento político el antagonismo entre Madrid y Barcelona, nos encontraremos con la revalidad de los aficionados entre el Real Madrid y el Barça y poco más. Pero la opinión pública amañada por los poderosos medios de comunicación que apoyan a la derecha franquista consiguen un resultado favorable a sus políticas. Por eso resulta tan patentico que los franquistas digan ahora: “Catalunya t’estimo”. En mi experiencia he podido constatar que en Catalunya se discierne mejor entre el centralismo de los franquistas del Partido Popular y los madrileños. Sin embargo en Madrid está más generalizado el hacer un “totum revolutum” de todo lo que viene de allende Los Monegros. No obstante, a pesar de Franco, Fraga, Aznar y Rajoy, los españoles viajan por todas partes por razones de trabajo, turismo, vacaciones y sobre todo la juventud, y va comprobando a través de sus propias experiencias lo maravilloso y acogedor que es Madrid y lo que un madrileño puede disfrutar de las cualidades de Catalunya. Los asuntos de la política deben de quedar en el campo de la política y la relación entre los seres humanos jamás salir del humanismo. Por qué no celebrar el triunfo del La Roja con un buen cava.

sábado, 24 de noviembre de 2012

¿SOCIALDEMOCRACIA?




Por Isidoro Gracia
Exdiputado
De La Política de Aristóteles, cuando estudia las distintas formas de gobierno: Consideremos cuál es la mejor forma de gobierno y cuál es la mejor clase de vida para la mayoría de las ciudades y para la mayoría de los hombres, sin asumir un nivel de virtud que esté por encima de personas ordinarias,…, una clase de vida tal que pueda participar de ella la mayoría de los hombres y un régimen que esté al alcance de la mayoría de las ciudadesLlega a la conclusión que es  la democracia, entre otras razones porque: La desviación más moderada en cuanto a su corrupción es la democracia. Frente a la tiranía y oligarquía que se derivan de las otras corrupciones.
Hubo que esperar hasta el siglo XX, después de grandes guerras, para mejorar el concepto añadiendo el prefijo social, equivalente a tener muy en cuenta a todos los ciudadanos, en especial a los más pobres y desfavorecidos. Pues bien este magnífico invento de 2400 años, se lo están cargando “los mercados” con la ayuda inestimable, como colaboradores necesarios, de gobiernos al menos teóricamente democráticos.
¿Cuándo se van a dar cuenta esos gobiernos que, simultáneamente con el bienestar de sus ciudadanos, su propia supervivencia es la que está en juego? Algunos algo informados ya somos conscientes de que o acabamos, literalmente, con los especuladores y malvados que esconden sus oligopolios y tiranías detrás del eufemismo “mercado” o ellos acaban, no solo con el gran invento socialdemocracia, sino con la democracia simple y llana, y evidentemente de forma previa con los gobiernos representativos.
Hoy, avanzado el XXI, un programa que pretenda ser socialdemócrata tiene que incluir el transformar en delito cualquier actividad con paraísos fiscales, la tasa Tobín está bien pero ya no llega,  y el control público, radical, de sectores básicos para la simple supervivencia de los ciudadanos como el alimentario, el energético, o el de servicios de salud, nada de control a distancia, presencia directa e importante de la administración; por cierto, ¿Dónde dicen los tratados de la UE que no es posible esa presencia directa de los gobiernos legítimos? Yo no lo he encontrado y los he leído y releído con atención, Francia, Alemania, Italia, y otros muchos tienen presencia gubernamental en los sectores que consideran estratégicos, supongo que eso cambiará cuando esos gobiernos, aún hoy democráticos, sean sustituidos por dirigentes más próximos a los oligarcas que detentan el poder real en este mundo de injusticia global.
Así pues en respuesta a la pregunta ¿socialdemocracia?: al menos democracia. Hoy la Comisión Europea, el BCE, etc., no llegan a ese nivel.


jueves, 22 de noviembre de 2012

SAN SEBASTIÁN LA ERÓTICA DEL MARTIRIO




Los casi dos mil años que ha cumplido la Iglesia católica convierten a esta
organización humana en la más arcaica de la historia. Ninguna otra ha
mantenido durante siglos una parálisis mental tan rigurosa, pues los sermones
de Juan Pablo II conservan la lógica doctrinaria de los que sin duda
pronunciaban los primeros papas en el siglo I de la era cristiana. Por ello,
concedámosle a Roma, al menos, el mérito de la coherencia. Otra cosa es que
las pompas y las obras vaticanas no chirríen en el tercer milenio, toda vez que
sus signos y símbolos adquirieron hace tiempo el aroma rancio de las
antiguallas. Los ropajes cardenalicios han dejado de remitir a Dios para
convertirse en una ambigua imagen de travestismo kitsch que provoca la
sonrisa, pero lo que peor ha envejecido es el discurso narrativo que glorifica el
rito voluptuoso de la sangre como paso orgásmico al paraíso: la erótica del
martirio.
Acceder al trabajo completo a través del siguiente enlace:

SAN SEBASTIÁN LA ERÓTICA DEL MARTIRIO (Power Point)


SAN SEBASTIÁN, PATRÓN DE LOS GAYS

San Sebastián, 20 de enero.

Según cuenta la tradición, San Sebastián fue un soldado romano que fue condenado por Diocleciano por no querer abjurar del cristianismo. Su martirio se producirá por medio de una lluvia de flechas que se clavarán en su cuerpo, aunque no conseguirán matarlo, recogiéndole Santa Irene por la noche, curándole las heridas. Más tarde será decapitado.
Aunque no muera en ella, será la lluvia de flechas el momento elegido para su representación por su potencialidad dramática. Sin embargo, y como empieza ya a aparecer en Mantenga y es habitual ya en todo el siglo XVI. La representación comienza a tener unas características muy poco comunes. Frente al dolor que debería representar, el santo suele aparecer tranquilo o, aún más, con una cierta cara de placer, que (ortodoxamente) debería ser interpretada  como un éxtasis  o gozo supremo ante la visión ya cercana de Dios.
Sin embargo, este éxtasis (como luego el de Santa Teresa de Bernini, la imagen de San Sebastián es quizás el mayor orgasmo místico de la historia del arte) fue interpretado de otra manera y el santo (un hombre normalmente musculazo, semidesnudo en donde el placer y el dolor se unen) terminó por ser el patrón  popular de los gays a partir de finales del XV y XVI.
La Iglesia (sobre todo en Trento) intentó combatir esta costumbre, introduciendo decretos que impidieran la realización de obras excesivamente sensuales para la iglesia, poniendo veedores (expertos que calificaban las obras antes de su exposición pública) en todas las diócesis importantes, aunque al fin la medida no tuvo demasiado éxito y San Sebastián siguió siendo una de las imágenes más repetidas a lo largo del arte clásico.
No era un dios, pero era lo segundo mejor: un santo. San Sebastián, un baby-face de torso desnudo y piel blanquísima que, atado a una antigua columna, se retuerce como un alambre mientras las flechas se hunden en su carne. Desde el Renacimiento hasta el siglo XX (cuando se irguió como santo patrono de la comunidad gay), la imagen fue explorada por los artistas como excusa para una investigación sobre la anatomía humana (su iconografía construyó e inmortalizó una nueva belleza masculina) y, a la vez, como símbolo de la agonía y el éxtasis. Símbolo que podía ser cargado una y otra vez, como renovándose a cada paso y jamás agotarse. Tan es así que aún hoy sigue circulando.
Y en Gaucín (Málaga) hay una de esas esculturas que lo representan clavadito de flechas. San Sebastián es el nombre de la iglesia de este pueblo, bautizada en honor a tan apolíneo santo. Ya que adolecemos de muchas cosas, los gaucineños y gaucineñas destilamos toneladas de glamur en eso de estar bajo un gran patronazgo, el de San Sebastián.

Posted 20th January by El Ladrón de Toallas
Labels: PERSONAJES


GALERÍA DE FOTOGRAFÍAS, IMÁGENES Y PINTURAS DE SAN SABASTIÁN








lunes, 19 de noviembre de 2012

EL ODIO




Por Pedro Taracena

“Antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea”.
“Sentimiento de aversión y rechazo, muy intenso e incontrolable, hacia algo a alguien”
Podríamos encontrar muchas más definiciones y otras tantas acepciones de la palabra odio. Sin embargo, todas ellas tienen un enfoque moral emanado del contexto histórico donde se desenvuelven nuestras conductas, nuestro comportamiento en suma. La influencia moral de la cultura judeo-cristiana es decisoria en su origen, llenándolo de contenido etimológico y semántico. El odio va en contra del mandato divino: Amarás a Dios sobre todas las cosas y amarás al prójimo como a ti mismo. Esta doctrina está diseñada para que la represión del odio se convierta en virtud meritoria. Si te dan una bofetada en una mejilla, mostrarles la otra, para que te la rompan también; devolviendo bien por mal, evitando la satisfacción del agravio y cuidando mucho que la justicia no tenga tintes de linchamiento o de venganza. A pesar de que en los tiempos más primitivos del judaísmo estuviera en vigor la Ley del Talión: Ojo por ojo y diente por diente. El odio se considera como intrínsecamente malo, aunque en las dos definiciones  mencionadas más arriba, marcan alguna diferencia.  En la primera el odio lleva inherente el deseo del mal para el sujeto u objeto odiado. Y en la segunda definición el odio es un sentimiento privado y libre; pudiendo ser activo o pasivo. Solamente tendrá trascendencia si se exterioriza en hechos punibles.
Avanzando en estas consideraciones prisioneras de la tradición religiosa, por qué un sujeto que objetiva o subjetivamente tiene motivos para  odiar, deba reprimirse; cuestionando si realmente este sentimiento se pueda reprimir cuando la prescripción viene dada por una moral divina, interpretada y prescrita por una clase sacerdotal. El odio, el amor, el perdón, la venganza, la ira, la paciencia, la envidia… son cualidades del ser humano. Y la trascendencia de estos estados de ánimo, sólo estarán prohibidos cuando sean castigables por la legitimidad de las leyes civiles, no por las normas morales, ajenas a ellas. Por ejemplo, se puede odiar por envidia o por otras razones a un padre, a un hermano, a un amigo o a un extraño, pero esta digamos emoción, en virtud de qué moral es intrínsecamente mala, aunque se tenga la voluntad de desear todos los males del mundo. Las consecuencias de estos deseos no constituyen una conducta dolosa, mientras estos pensamientos no se traduzcan en hechos delictivos. Y es posible que quien alberga estos pensamientos obtenga cumplida satisfacción en su intimidad.
La madurez de la persona civilizada se irá alcanzando en la medida que se adentre en el mundo del raciocinio. Cuando su comportamiento obedezca al conocimiento obtenido por el uso de la razón. No por la tradición irracional de una moral milenaria dictada por los líderes de una religión. Volviendo a la Ley del Talión, del ojo por ojo y diente por diente, ésta supuso un límite a la venganza. Se llegaba a brazo por brazo, mano por mano y hasta vida por vida.




En el derecho actual los hechos donde se ha materializado el odio, están sujetos a la justicia y sobre todo con vocación de alcanzar la reinserción del condenado. Una vez situado el odio en la esfera personal y al margen de toda consideración de índole religiosa, su materialización en un acto que merezca  castigo según la ley, se considerará al margen de los sentimientos negativos, que la persona pueda haber tenido o mantenga para siempre. El reo no será condenado por el sentimiento de odio, sino por las consecuencias de haberlo ejecutado  a través de un hecho delictivo. A pesar de estas consideraciones el odio sigue siendo algo a erradicar por ser humano. Se considera que no se puede vivir con tranquilidad de conciencia odiando al prójimo y se le califica como una mala persona. El odio sentido o confesado es algo a reprimir y desterrar. El odio toma parte del mal y la ausencia de odio es el bien. Siempre medido con parámetros morales que no están en los códigos civil o penal. Caín podía haber odiado eternamente a su hermano Abel y sin embargo si no hubiera cometido el crimen, Dios no le hubiera pedido cuentas de su odio fratricida. Salvando las distancias bíblicas, en la vida diaria de una persona hay motivos, unos objetivos y otros subjetivos, que le provocan odio irremediable imposible de evitar. Hay odios que aparentemente se resuelven a través de la aceptación de la culpa y el perdón de la víctima. No obstante, si el agresor no es perdonado por el agredido, el odio persistirá. Pero hay otros casos en el que el ofensor se obstina en el comportamiento que hiere al ofendido, y éste, lejos de perdonarle aumenta la intensidad de su odio. En ambos casos el sujeto ofendido alivia su rencor con la satisfacción que le proporciona su odio permanente. En estas situaciones el conflicto sigue y “cuyo mal desea” también. Siempre que no se exterioricen amenazas verbales que pudieran ser constitutivas de un delito. Además hacen su presencia los prejuicios emanados de la moral popular, ancestral y religiosa. El odio siempre se considera no solamente negativo, sino perverso. Sin embargo, el causante que provoca el odio de la víctima, aunque éste sienta odio también, como es por naturaleza considerado como “el malo”, se acepta como normal que se mantenga en un estado de maldad  permanente.
El sentimiento de odio debe ser reconocido y calificado por el propio individuo que lo siente. Borrarlo mediante la práctica de doctrinas morales ajenas a la razón produce frustración. Pocos están dispuestos a perdonar gratuitamente y menos devolver bien por mal. El sentimiento paterno filial, fraternal, amical o simplemente entre ciudadanos, bajo el paradigma bíblico, no resuelve los conflictos emanados del odio. Estos parámetros arcaicos estructuran una sociedad patriarcal, donde sólo se contempla “el honrarás a tu padre y a tu madre”, no se menciona la reciprocidad de los padres con los hijos, al margen del nivel nutricio. Por supuesto la mujer está sujeta al hombre y no se contempla la igualdad. Entre los hermanos, el mayor es el que dispone de los derechos de primogenitura. Es decir, que la sociedad con valores bíblicos, sean del Antiguo como del Nuevo Testamento, se basan en el perdón, el sacrificio y la obediencia, sin tener en cuenta la justicia y la igualdad. La sociedad moderna ha regulado las conductas observadas al margen del bien y del mal, el vicio y la virtud, la venganza y el perdón, el pecado y su redención. Las leyes que la civilización se ha dado sólo entiende de derechos y deberes, en base a la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El mundo de los sentimientos queda en la intimidad del individuo. Donde el odio intrínsecamente no tiene por qué ser un mal absoluto. Dependerá de cada persona de cómo lo asuma. Para algunos puede ser una satisfacción el odiar y para otros les producirá algún cargo contra su conciencia. Todo ello encontraba respuesta en la religión, ahora, quizás, es la psicología la ciencia que se ocupa de los estados de ánimo, del comportamiento y de la conducta. Hay quien no siente ninguna inquietud por ese algo o alguien que le provoca malestar, el odio lo convierte en indiferencia. El derecho a sentir odio y por supuesto obrar en consecuencia en su propia defensa, todo ello es cuestión de empatía y asertividad. Siempre al margen de cualquier reacción consumada con dolo.
En el siglo XXI como en el pasado, nuestras circunstancias nos llevan a sentir odio de muy diversa naturaleza. Odio por las injusticias, las guerras, los maltratadores, los dictadores, los ladrones, los usureros y los caciques. Y es lícito sentir odio por estas agresiones, ofensas y humillaciones; luchando contra toda vulneración de los Derechos Humanos. En el ámbito social y familiar, hay padres, hijos y hermanos, que lejos de practicar el amor paterno filial o fraternal, hacen motivos para levantar sentimientos de odio. Tanto en el campo social, político o familiar, el odio y sus consecuencias, no se resuelve con prescripciones de índole moral religiosa, su resolución viene prescrita en el Derecho; quedando en el ámbito privado los sentimientos de odio o rencor. Así como los sentimientos de ternura o cariño. Sería saludable desmitificar la estigmatización  del odio y sacarle del entorno del mito. La psicología es una herramienta humanística cuyo objeto es el comportamiento humano, al margen del premio y el castigo bíblico. El odio como la simpatía, la soberbia y la humildad, no imprimen carácter inmutable. Habrá que analizar los factores personales y del entorno para abordar las diversas motivaciones subjetivas. Si un ciudadano, por ejemplo, en la actualidad se ve privado de todos los derechos que le proporcionaba el Estado de Bienestar: se ve en paro, pasa hambre, sufre un desahucio, contempla mermada su asistencia médica y sus hijos no tienen la educación que garantizaba su futuro, ésta persona le asiste el derecho del sentimiento del odio contra todo y todos los que le arrebatan algo que es suyo. La resolución de estos conflictos tiene difícil solución a través de preceptos  religiosos. Porque el primer paso a dar es encontrar el sujeto que desencadenó la agresión, la ofensa, el insulto por parte de quien se siente la víctima. Y a partir de estas premisas, el perdón o la venganza, tienen que dejar  paso a la justicia y el restablecimiento de los derechos quebrantados. Aunque el odio sigue siendo una vivencia personal irrenunciable para satisfacción de la impotencia del agredido. El odio visto con el prisma del siglo XXI no es algo monstruoso, un vicio a erradicar de los individuos que lo sientan. Más bien debe ser una oportunidad de reflexión con la razón, no con los impulsos irracionales y mucho menos con los prejuicios religiosos de épocas ya superadas. En “mi querida España, esta España mía, esta España nuestra” el odio está anclado en nuestras vidas presentes y en nuestra reciente historia. La solución no está en un examen de conciencia, en sentir dolor por haberlo mantenido y reconocerlo abiertamente, tampoco en el propósito de la enmienda y mucho menos en cumplir una hipotética  penitencia. Ni perdón ni olvido. La reconciliación con nosotros mismos y con los demás, camina por otros derroteros. El camino del reconocimiento de la dignidad arrebatada; avivando  la memoria de los hechos históricos. La senda de la justicia contra la impunidad de aquellos que confundieron su victoria con la verdad. Y sobre todo que nadie tergiverse los términos democracia y consenso, así como transición democrática y amnistía de la dictadura, y mucho menos justificar lo legal con lo que es justo.  Todas estas premisas, conglomerado de falacia y demagogia, mantienen el statu quo de quienes aceptaron el consenso; renunciando a cumplir y hacer cumplir la Constitución Española de 1978. No sería banal que los españoles en privado y en colectividad, nos diéramos respuesta racional a esta cuestión ancestral del odio…


GUERNICA
PABLO PICASSO

domingo, 11 de noviembre de 2012

CARTA ABIERTA AL REY DE ESPAÑA




Señor:

Su última carta abogando por la unidad de España para salir de la crisis, me ha traído a la memoria, aquella otra intervención ya histórica en la noche del 23 F. La democracia española era frágil y los sables franquistas amenazaban constantemente con volver a la dictadura. En la transición los demócratas desistieron en sus pretensiones de restablecer el Estado de Derecho de la República, interrumpido por un golpe de estado cruento. La oposición al franquismo del interior y la venida del exilio, pusieron mucha más carne en el asador durante la transición, que los herederos del dictador, incluyendo a la familia de Vuestra Majestad. Renunciaron a la república y aceptaron la monarquía parlamentaria; consensuando la Constitución progresista  y homologada con la Declaración Universal de los Derechos Humanos. La Constitución Española de 1978, sí es modélica ante Europa y el mundo, pero el consenso hallado para su aprobación, dejó impune los crímenes del franquismo. Una torticera interpretación de la amnistía, las prisas por llegar al poder y un propósito firme de continuar con el franquismo sin Franco, cerraron la herida en falso del conflicto fratricida. Que España ha funcionado políticamente con su nuevo orden constitucional es indudable, reconocido y admirado por propios y ajenos. Pero la reconciliación entre los españoles no se ha producido, por mucho  que nos empeñemos en calificar  la Transición como modélica. Los franquistas herederos legítimos de Franco, fundados por Fraga, liderados por Aznar a través de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales, y gobernados por Rajoy, no han cedido ni un ápice de su doctrina del nacionalcatolicismo y mucho menos han condenado el execrable régimen del caudillo que lo fue por la Gracia de Dios. ¿En qué han cedido los franquistas? En nada. Han fosilizado la Constitución y se han deshecho del Estado del Bienestar. Y en qué ha cedido la Corana. En nada tampoco. Tanto los franquistas del Partido Popular, como la Corona, ambas instituciones, mantienen de forma persistente dos posiciones: la negación de la legitimidad de la República, al menos ante la Historia, y que siguen sin condenar la dictadura. La terquedad de los populares tiene cierta lógica porque ellos son los herederos legítimos del dictador, pero el Rey de España lo es porque el pueblo así lo ha querido dotándose de la Constitución de 1978. Como español le exijo que abandone al Partido Popular como compañero de ese viaje hacia el más negro pasado de España. Y propicie la reconciliación entre los españoles que tiene como marco de referencia nuestra Carta Magna. Si los discípulos de Fraga permanecen en el franquismo, que sea en soledad no en compañía del Rey que lo es de todos los españoles. De todos los achaques que se le atribuyen en estos tiempos a la Corona, ninguno tiene tanta importancia como este guiño que se mantiene hacia el franquismo. Pedro Taracena Gil.

lunes, 5 de noviembre de 2012

EL ESTADO DEL BIENESTAR EN UN ESTADO FALLIDO



Por Pedro Taracena Gil


El ciclo social que comenzara en España en los años cincuenta, está recibiendo la puntilla. Aquella corrida que comenzó a lidiarse en las plazas de los pueblos, tuvo sus tardes de gloria en los grandes ruedos del suelo ibérico. La Maestranza, las Ventas y por supuesto la Monumental de Barcelona. El símil es válido para compararlo con la consecución del Estado del Bienestar. Éste se creó en base a la clase media. Los españoles que no emigramos  al extranjero, sin embargo sí, abandonaron la vida rural y buscamos el provenir en los núcleos industriales y comerciales de las grandes ciudades, que más tarde se extendió al resto. 


Aquellos españoles que ahora nos acabamos de jubilar a nuestra edad reglamentaria, fuimos sobre los cuales se creó la clase media. Sin la cual España nunca hubiera podido crear el Estado de Bienestar, que ahora Rajoy y sus secuaces franquistas trasnochados, están dándole el último hachazo. Hemos cumplido un ciclo completo; superando la dictadura, la transición y la incipiente democracia. Vinimos a la ciudad dejando la agricultura medieval y en algunos casos con aperos romanos. Nos formamos para la nueva España, trabajamos y estudiamos mucho. 



Accedimos a la propiedad y  cotizamos para tener una educación y una sanidad públicas y de calidad, objetivo que cumplimos. Nuestros hijos llegaron a la Universidad y el nivel cultural y científico de España alcanzó cotas inimaginables en décadas pasadas. El Estado del Bienestar se consolidó dentro del sistema capitalista imperante. No obstantes, las políticas aplicadas por la socialdemocracia hicieron posible los derechos sociales, la distribución de la riqueza y la solidaridad. 



Pero este ciclo ha reventado cuando el capital no desea resolver la crisis que él mismo ha causado. En estas circunstancias el capital y sus acólitos no quieren renunciar a seguir “explotando al hombre por el hombre” según las leyes del mercado. Se ha cometido un crimen execrable contra el pueblo. Los especuladores, usureros y banqueros, han dado un golpe a los estados y han colocado a gobiernos títeres del podrido y caduco sistema capitalista: tecnócratas o de la derecha más recalcitrante y en caso de España, los franquistas más genuinos del nacionalcatolicismo. 



Tercos, torpes y parcos. Insolentes, déspotas y burlones. El paro, la pobreza, los desahucios, la miseria, el hambre y hasta la muerte acechan a todos los españoles, ante las sonrisas sarcásticas y chulescas del Gobierno. Ningún ministro se está jugando su prestigio porque nunca lo tuvieron. Ningún pueblo y menos el español se merecería un gabinete tan nefasto como el de Rajoy.  



Pero de esta tragedia solamente hemos pasado de la presentación al nudo, el desenlace está por venir. Nuestros hijos y nietos, la nueva generación sin responsabilidad alguna sobre la crisis, se encuentra al final del ciclo que creamos sus padres y abuelos. Con un pie en la nada y el otro en el abismo. Están como sus predecesores se hallaban en los años cincuenta, pero con una gran diferencia; nosotros tuvimos esperanza e ilusión. Este esperpento franquista que nos desgobierna, alimenta la ilusión con la mentira y la esperanza con Aguirre…

Fotos: Pedro Taracena Gil

viernes, 2 de noviembre de 2012

CAÍDOS POR DIOS Y POR ESPAÑA




Por Pedro Taracena Gil
La transición española de pasar de una dictadura, resultante del golpe de estado y del enfrentamiento fratricida, a una democracia, obtuvo como resultado, que quienes habían provocado la guerra civil e implantaron una cruel dictadura, impusieron sus ideas con el pretexto de evitar males mayores. Consensuaron con la oposición al franquismo una mordaza para que los crímenes del franquismo quedaran impunes. La derecha triunfante jamás condenó el franquismo, haciendo causa común con el Rey; oponiéndose a reconocer la legalidad de la República. Para el Partido Popular heredero legítimo de Franco, Fraga y Aznar, han fosilizado la Constitución de 1978 y ahora más que nunca están implantando el nacionalcatolicismo y el nacionalsindicalismo, bases del régimen de Franco. En el entorno legal de la Memoria Histórica, el franquismo lejos de ser delito, su apología, goza de total libertad de movimiento.
Una visita en busca de las huellas de las víctimas del franquismo, al pueblo de Porcuna (Jaén) y a los cementerios de Guadalajara capital y de Yunquera de Henares de la misma provincia, el resultado no puede ser más desolador y al mismo tiempo un escándalo. En el caso de la antigua Obulco el monumento a los CAÍDOS POR DIOS Y POR ESPAÑA, alojado en la fachada de la iglesia parroquial, lejos de ser eliminado por anticonstitucional, ha sido restaurado dándole mayor brillo si cabe, al colocarle una nueva y flamante cruz. Aunque hay que destacar que la valentía, el coraje y los valores republicanos, han erigido en el cementerio de Porcuna un monumento que rinde honores, con nombres y apellidos a las víctimas del genocidio franquista. En la necrópolis de Guadalajara han erigido un monumento que recuerda sin discriminación a los que dieron su vida, cada uno por sus ideas. Adentrándonos en el cementerio, no hace mucho tiempo, se han instalado tres monolitos de roca autóctona sobre una alfombra de guijarros blancos, en memoria de aquellos caídos en el bando de los perdedores. Traídos de fosas anónimas en lugares indignos para albergar los resto mortales de cualquier humano. A quienes se les había negado hasta la memoria de que hubieran existido. Pero este logro de la Memoria Histórica de Guadalajara, lejos de respetar este monumento funerario donde constaba la relación de las víctimas sacadas del anonimato, ha sido un espejismo. La placa que daba fe de que aquellos españoles habían recuperado su dignidad, ha desaparecido… Los vencedores siguen gozando de impunidad, el poder sigue en las mismas manos… Los franquistas.
Después visitamos el cementerio de Yunquera, allí el despropósito es mayor si cabe. Los CAÍDOS POR DIOS Y POR ESPAÑA conservan el espíritu revanchista del triunfo de haber luchado en la Santa Cruzada y haber implantado el nacionalcatolicismo en España. El monumento siempre estuvo en la fachada de la iglesia, exhibiendo hasta el año 2011 las placas de Calvo Sotelo y demás reliquias de la dictadura. Pero en un alarde de renovación y reconciliación, este simbólico mausoleo fue colocado al fondo del gran paseo que divide por la mitad el renovado cementerio de Yunquera. Sin añadir ni un caído más. Relacionando sobre dos planchas de mármol todos los caídos que les tocó caer en el bando de los vencedores. Es curioso observar, como no podía ser de otro modo, que haya personas que tengan familiares en ambos monumentos, de parentesco muy cercano, en los tres lugares visitados de Castilla La Mancha y Andalucía. En todos ellos han pasado por el ayuntamiento, políticos de distinto signo, pero todos permanecieron y permanecen amordazados, con el silencio consensuado de la “modélica transición”. Lejos de alcanzar la reconciliación entre todos los españoles, las autoridades políticas y religiosas, ponen en escena la alianza trono altar de la dictadura, sobre todo en las procesiones y demás fiestas religiosas. ¡Qué vergüenza!