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jueves, 30 de agosto de 2012

BREVE ENSAYO SOBRE LA NATURALEZA FRANQUISTA DEL PARTIDO POPULAR


Por Pedro Taracena Gil

El Caudillo con su Ministro de Información y Turismo

Es un axioma y como tal se admite por su evidencia, que los miembros del Partido Popular se nutrieron de las ubres del franquismo. Manuel Fraga Iribarne ministro insigne del Caudillo, fundó Alianza Popular como asociación política en el seno de la dictadura. El gobierno de Rajoy mantiene las esencias ideológicas emanadas del Nacionalcatolicismo y del triunfo de Movimiento Nacional sobre la República. Ha fosilizado la Constitución Española y solamente la utiliza como  máscara para encubrir la eterna alianza trono-altar y el maridaje de conveniencia Iglesia-Estado. El PP formación política conservadora y arcaica, de ninguna manera es homologable con cualquier derecha europea. Como ideología es la resultante del capitalismo, “explotación del hombre por el hombre”, y del nacionalcatolicismo, escribiendo al dictado la moral católica apostólica y romana. Este sería el centro de su ideario político, al margen de la aconfesionalidad estatal. 

La dinastía franquista: Fraga, Aznar y Rajoy

Es decir, la falta de adscripción o vinculación por parte del Estado a cualquier confesión religiosa, como establece  nuestra Carta Magna.  Aún siendo preocupante para el pueblo la nefasta política del PP, lo es más, si analizamos las formas y maneras utilizadas. Todos los personajes populares ponen cada día en escena, la tiranía despótica más humillante que se podía imaginar contra el más débil. Se burlan y se mofan de sindicalistas, inmigrantes, manifestantes, indignados, trabajadores en activo o víctimas del paro. Desprestigian a bomberos, policías, médicos, funcionarios y todo aquel que les echa en cara la destrucción del Estado del Bienestar. Hacen chanzas sobre aspectos que se acercan al drama, e ironizan sobre la reacción de los españoles en la calle detrás de un grito pintado en una pancarta. En el Congreso de los Diputados aplauden más, cuanto más grandes son los recortes para el ciudadano. Los políticos franquistas siempre se dejan arrastrar por una sonrisa y a veces abiertas risas o carcajadas, cuando se trata de descalificar a las discrepancias que vengan de la oposición, los sindicatos o los funcionarios de la Educación, Sanidad, Administración o Dependencia. Siendo muy condescendientes con la Patronal, la Banca y la Iglesia, socios históricos de sus fechorías. Franco sigue vivo entre nosotros, aunque en no pocos aspectos, la obra de Franco ha sido destruida aunque su dictadura siempre es honrada. Han actualizado la España que Franco se apropió como botín de guerra. El franquismo pero sin Franco. El neo-franquismo o el post-franquismo del PP perpetúan la impunidad de los delitos de lesa humanidad, con la complicidad de los que amordazaron la Memoria Histórica, consensuando la perversa Transición. 

El dictador "hacedor de reyes" y su heredero a título de Rey

El Rey de España mientras no condene el franquismo es cómplice ante la historia. Los franquistas populares, el PP no condenan la dictadura porque sería condenar su propia esencia de existir, y la oposición pagó con el silencio la premura por llagar al poder. La gran paradoja hispana está servida. Aquellos que apoyaron al dictador para derribar la República, provocaron un enfrentamiento fratricida e implantaron una dictadura, por obra y gracia de la “santa transición”, se han convertidos en demócratas de toda la vida y burlando la Constitución, siguen gestionando la vida de los españoles con mayoría absoluta, democrática y legal, pero injusta e insolidaria. Vuelven las dos Españas: Los franquistas cobijando a la Iglesia, los empresarios, los medios de comunicación en su inmensa mayoría y el capital, claramente enfrentados a los partidos de izquierdas, los trabajadores de toda clase, los sindicatos y el funcionariado. La lucha de clases está servida.


martes, 28 de agosto de 2012

LA AMORALIDAD DEL FRANQUISMO POPULAR



La Piedad de la Santa Cruz del Valle de los Caídos

Por Pedro Taracena Gil

El Partido Popular heredero genuino del franquismo, no está legitimado para exigir a ETA que pida perdón a las víctimas por los crímenes cometidos en la era democrática. Como españoles por supuesto que sí, pero no como franquistas continuadores del pensamiento del nacionalcatolicismo; aglutinador de lo más fanático de la religión y lo más podrido del capitalismo. Perseguir a la izquierda abertzale por hacer apología del terrorismo, cuando los franquistas-populares mantienen símbolos y honores del horror de la dictadura, es un ejercicio de hipocresía histórica. El Partido Popular Franquista descalifica  a todo el mundo abertzale por su vocación legítima de autodeterminación, y porque expresamente no condenan los secuestros, crímenes y extorsiones de ETA. Pero los populares herederos de Franco y Fraga, no condenan la dictadura emanada de una guerra provocada por unos asesinos golpistas, y esto supone una inmoralidad flagrante. Si execrables son los crímenes de ETA no le van a la zaga, los crímenes de lesa humanidad del franquismo. Es más, la  mayoría de los crímenes terroristas, han sufrido un proceso judicial, acumulan condenas firmes y están en prisión. Sin embargo, los crímenes del franquismo han quedado por ahora impunes, por obra y gracia de la nefasta y fraudulenta transición. 



La Santa Cruz del valle de los Caídos

Los franquistas nunca abandonaron el poder, solamente acometieron una operación camaleónica de camuflaje bajo las formas y apariencias democráticas. Pero cuando el franquismo ha llegado al Gobierno, ya sin El Caudillo que lo fue por  la Gracia de Dios, han exigido a los terroristas lo que ellos no han cumplido. Que es condenar su pasado, entregar las armas y renunciar a la doctrina fascista; adaptándose a la Constitución Española. Los gobiernos que de la derecha franquista han sido, no han plasmado en una sola ley los derechos constitucionales de los españoles, más aún, han interpuesto recursos de anticonstitucionalidad a las iniciativas de la izquierda. La conducta de todos y cada uno de los auténticos franquistas que integran el actual Partido Popular, es manifiestamente amoral. Es un esperpento hispano monumental por su recalcitrante cinismo. Bajo el disfraz de la Constitución, se oculta el maridaje Iglesia Estado y la alianza trono altar. Y revestidos de esta infamia predican por doquiera que vayan, su buena nueva de defensores de las víctimas del terrorismo; olvidando con mala fe a las  víctimas del terrorismo oficial del general Franco y del ministro Fraga Iribane. El sátrapa mayor mandaba asistido por la gracia de Dios y el último de los acólitos hace las cosas como Dios manda…

viernes, 24 de agosto de 2012

LOS CUATRO JINETES DEL APOCALIPSIS DEL SIGLO XXI


Fulvio Roiter 1953

Hay signos suficientes para hacer saltar todas las alarmas, pero los políticos, los banqueros, los empresarios, la Iglesia y la tiránica terquedad de la Unión Europea, se han puesto el bozal en las orejas que deberían de llevar en los hocicos como las bestias, para seguir sin escuchar el clamor de los cuatro jinetes del apocalipsis del siglo XXI.

Por Pedro Taracena Gil
La sociedad actual vive la gran paradoja de haber alcanzado cotas de progreso inimaginables hace tan solo varias décadas, mientras se desboca hacia un apocalipsis que de ninguna forma será el fin bíblico, sino el tránsito hacia una nueva sociedad que aún está por inventar. El capitalismo ha llegado a un salvajismo total que se ha consumado hasta las últimas consecuencias “la explotación del hombre por el hombre”, imperando sin límites “la ley del más fuerte”. No es demagogia denunciar estos extremos y tampoco  una utopía anhelar un mundo más justo. Hay sociedades que han impulsado doctrinas donde la codicia de unos pocos ha sido subyugada por el poder democrático del pueblo.
El espectro europeo, contexto donde nos movemos, está en manos del poder del capital y de la religión. Este perverso binomio atenaza al ser humano en lo económico, social y personal, aunque la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamada en 1948, dicte una política contraria a los usureros, especuladores, explotadores y a los predicadores que manipulan la conciencia de los hombres para hacerles víctimas de su tiranía.
Los  nuevos Jinetes del Apocalipsis ya no son: el anticristo, la guerra, el hambre y la muerte, aunque sin salirse de los designios bíblicos de la vetusta católica España, las consecuencias son las mismas y las mismas sus víctimas. El poder putrefacto cabalga sobre cuatro caballos dejando crímenes por doquier contra la población inocente. La usura y el robo les han llevado a despojar al ciudadano de su único patrimonio, el trabajo. Han creado “el paro”, causa de desesperación. Sin crecimiento económico, aumenta la deuda del Estado y de las familias; provocando “el desahucio” de sus viviendas por impagos. “La depresión” no atrapa solamente a la economía sino que hace enfermar a las personas presas del pánico que las hace más vulnerables al despotismo dictatorial del corrupto poder económico. Las víctimas son niños, jóvenes y gente mayor. Generaciones completas perdidas.
Estas variables en la España del franquismo y del nacionalcatolicismo, sí tienen su interpretación bajo cánones teológicos. El “anticristo” jinete bíblico, sería la hipocresía farisaica de una religión empeñada en estar unida a perpetuidad con el poder para masacrar al pueblo: golpe de estado, guerra civil, dictadura, transición y democrática, siempre disfrutando de los benéficos que obtiene de la eterna alianza trono altar. Anticristo porque es el adefesio o espantapájaros que no es lo que representa; provocando miedo para mejor dominar las conciencias. Las miserias que estamos viviendo los españoles de paro, desahucio y depresión, son la versión actual de los personajes de San Juan en su Apocalipsis: El anticristo está formado por la clase política y religiosa. La guerra está declarada por la lucha de clases, capital y trabajadores. El hambre ya ha hecho su presencia sin que haya el más mínimo atisbo de justicia. Y la muerte está más cerca ante la desatención generalizada de la salud de la población.
Hay signos suficientes para hacer saltar todas las alarmas, pero los políticos, los banqueros, los empresarios, la Iglesia y la tiránica terquedad de la Unión Europea, se han puesto el bozal en las orejas que deberían de llevar en los hocicos como las bestias, para seguir sin escuchar el clamor de los cuatro jinetes del apocalipsis del siglo XXI.



lunes, 20 de agosto de 2012

LA HOMOSEXUALIDAD NO EXISTE



Manuel Puig

El error gay
Publicado el Lunes 23 de Julio de 2012.


Un día como hoy, en 1990, moría Manuel Puig. Para recordar su obra, seleccionamos este texto que, seguramente, será de interés para nuestros lectores.
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La homosexualidad no existe. Es una proyección de la mente reaccionaria. Lamentablemente, creo que en materia de sexo somos casi todos bastante reaccionarios: ¡para nosotros la homosexualidad existe y cómo! Pero nos hacemos ilusiones, igual que los que creíamos en la tierra plana. Me explico: estoy convencido de que el sexo carece absolutamente de significado moral, trascendente.
Aún más, el sexo es la inocencia misma, es un juego inventado por la Creación para darle alegría a la gente. Pero solamente eso: un juego, una actividad de la vida vegetativa como dormir o comer; tan importante como esas funciones, pero carente de peso moral. Banal, moralmente hablando. Por lo tanto la identidad no puede ser definida a partir de características sexuales, ya que se trata de una actividad justamente banal. La homosexualidad no existe. Existen personas que practican actos sexuales con sujetos de su mismo sexo, pero este hecho no debería definirlo porque carece de significado. Lo que es trascendente, y moralmente significativo, en cambio, es la actividad afectiva. Ahora me preguntarán cómo un acto capaz de dar la vida puede ser considerado banal, no trascendente. Pues bien, creo que hemos pasado ya la Edad de Piedra, y así como hemos aprendido a no comer veneno y a no dormir dentro de la cueva de los lobos, hemos aprendido también a hacer hijos cuando queremos, y no cuando la casualidad lo quiere. En un mundo civilizado debería ser el afecto, el amor, el deseo de traer un ser nuevo al mundo lo que decida un nacimiento. Lo que da la vida, entonces, sería el afecto y no el sexo, y este último sería solamente el instrumento de un impulso puramente afectivo. Parece que el malentendido empezó hace ya muchos siglos por obra de un patriarca que habría inventado el concepto de pecado sexual, con el fin, entre otras cosas de controlar a las mujeres. El concepto de pecado hizo posible la creación de dos roles diferentes: de mujer, el ángel y la prostituta. Es decir, una sirvienta en casa y una cortesana afuera para divertirse. Y, desde entonces, el ‘peso moral’ del sexo fue descargado exclusivamente sobre las mujeres, o quien como las mujeres es penetrado, como los llamados homosexuales pasivos.
Extrañamente, alguien un día decidió que la penetración era degradante, vaya uno a saber por qué. El falo tenía para estos extraños moralistas, un sentido colonizador y no de simple cómplice del placer. Que ese peso moral fue siempre descargado sobre la espalda de las mujeres es un hecho ya sabido que no precisa explicaciones, y el lenguaje cotidiano lo confirma continuamente. No recuerdo haber oído decir que un hombre era ‘promiscuo’ como un factor degradante. Se decía siempre que un varón que tenía actividad sexual con muchas mujeres era un ‘homme à femmes’, expresión simpática y para nada negativa. En cambio ‘mujer promiscua’ quería decir una cosa mala.Significaba un desprecio, una condena, una crucifixión, o por lo menos una degradación. Ese adjetivo lograba incluso un efecto perverso: volvía a la mujer ‘promiscua’ menos deseable sexualmente. Creo que la cumbre de esta operación represiva del lenguaje fue alcanzado por los periodistas norteamericanos que en los años 50 popularizaron el vocablo ‘nynphomaniac’. Al principio, la expresión pareció escabrosa pero muy pronto se la adoptó en las primeras planas sin demasiados escrúpulos. ¿Qué era una ‘nynphomaniac’? Una mujer que tenía necesidad de actividad sexual y que osaba buscarla. Eso era todo, si se lo analiza hoy, pero en esa época implica un desdén y un rechazo cercanos al asco físico. El vocablo, en efecto, dejaba entrever otras motivaciones, como posibles disfunciones genéticas e inclusive una sombra de locura. En cambio la contrapartida masculina de la pobre ‘nynphomaniac’ parece que no existió. Un hombre de buena salud que tenía necesidad de sexo y lo buscaba era llamado ‘stallone’, una palabra laudatoria y graciosa.
Pero volvamos a la homosexualidad. Desde el momento en que aquel hipotético patriarca creó el concepto del pecado sexual, del sexo como manifestación demoníaca (cuando no neutralizada por ciertos ritos de brujería), se pasó a dar inevitablemente importancia al sexo.Trascendencia, significados ocultos, peso moral: he aquí el malentendido peligroso, porque incluso los menos reaccionarios, al negar el componente demoníaco de la sexualidad entraban en la dialéctica de los grandes significados y terminaban olvidando la característica más determinante del sexo, que es precisamente su no pertenencia a la esfera moral. Una vez establecido la artificial trascendencia de la vida sexual se volvía importante, significativa, cualquier elección sexual. Y se establecían así los roles sexuales. La mujer iba a tener solamente derecho a ser penetrada y el hombre a penetrar. Y apenas llegado a la pubertad, el ser humano, más bien limitado diría voy a ser objeto sexual, debía descubrir enseguida lo que le gustaba y adoptar en consecuencia el rol correspondiente, para llegar a ‘ser’. Vale decir, para lograr una identidad a través del sexo. Sin esta presión de la sociedad para adoptar una identidad a través del sexo. Sin esta presión de la sociedad para adoptar una máscara sexual ya en tierna edad, la elección sería una operación muy distinta de la que todos nosotros hemos experimentado. La dramática elección entre una cosa y la otra era exasperada además por el hecho de que la masculinidad era identificada con el concepto de dominación y la feminidad con el de sumisión.
De cualquier manera, pienso que es imposible prever un mundo sin represión sexual. Me esfuerzo en imaginar como resultado una gran disminución de la llamada homosexualidad exclusiva y una gigantesca disminución de la llamada heterosexualidad exclusiva. Y nada de esto tendría ninguna importancia: todos estarían demasiado empeñados en su propio goce para preocuparse en contabilizarlo. Por eso, yo admiro y respeto la obra de los grupos de liberación gay, pero veo en ellos el peligro de adoptar, de reivindicar la identidad ‘homosexual’ como un hecho natural, cuando en cambio no es otra cosa que un producto histórico-cultural, tan represivo como la condición heterosexual. La formación de un gueto más no creo que sea la solución, cuando lo que se busca es la integración. Y por esto me parece necesaria una posición más radical, si bien utópica: abolir inclusive las doscategorías, hetero y homo, para poder finalmente entrar en el ámbito de la sexualidad libre. Pero esto requerirá mucho tiempo. Los daños han sido demasiados. Sexualmente hablando, el mundo es una ‘disaster area’. En el próximo siglo muy probablemente nos verán como un rebaño tragicómico de reprimidos; un montón de curas y de monjas sin el hábito, pero disfrazados de grandes pecadores, todos víctimas de nuestras represiones.
Este árticulo forma parte de:
“Manuel Puig: Una aproximación biográfica.“ Investigación, entrevistas y compilación a cargo de Gerd Tepass. Buenos Aires, junio de 2008. ISBN 978-987-05-4332-9
distribución via: www.manuelpuig.com

jueves, 2 de agosto de 2012

CAÍDOS POR DIOS Y POR ESPAÑA




Por Pedro Taracena Gil
La transición española de pasar de una dictadura, resultante del golpe de estado y del enfrentamiento fratricida, a una democracia, obtuvo como resultado, que quienes habían provocado la guerra civil e implantaron una cruel dictadura, impusieron sus ideas con el pretexto de evitar males mayores. Consensuaron con la oposición al franquismo una mordaza para que los crímenes del franquismo quedaran impunes. La derecha triunfante jamás condenó el franquismo, haciendo causa común con el Rey; oponiéndose a reconocer la legalidad de la República. Para el Partido Popular heredero legítimo de Franco, Fraga y Aznar, han fosilizado la Constitución de 1978 y ahora más nunca están implantando el nacionalcatolicismo y el nacionalsindicalismo, base del régimen de Franco.
En el entorno legal de la Memoria Histórica, el franquismo lejos de ser delito su apología, goza de toral libertad de movimiento. Una visita a los cementerios de Guadalajara y de Yunquera de Henares, en busca de las huellas de las víctimas del franquismo, el resultado no puede ser más desolador y al mismo tiempo escandaloso. En la necrópolis de la capital han erigido un monumento que recuerda sin discriminación a los que dieron su vida, cada uno por sus ideas. Adentrándonos en el cementerio, no hace mucho tiempo, se han instalado tres monolitos de roca autóctona sobre una alfombra de guijarros blancos, en memoria de aquellos caídos en el bando de los perdedores. Traídos de fosas anónimas en lugares indignos para albergar los resto mortales de cualquier humano. A quienes se les había negado hasta la memoria de que hubieran existido. Pero este logro de la Memoria Histórica de Guadalajara, lejos de respetar este monumento funerario donde constaba la relación de las víctimas sacadas del anonimato, ha sido un espejismo. La placa que daba fe de que aquellos españoles habían recuperado su dignidad, ha desaparecido. Los vencedores siguen gozando de impunidad, el poder sigue en las mismas manos…
Después visitamos el cementerio de Yunquera, allí el despropósito es mayor si cabe. Los caídos por Dios y por España conservan el espíritu revanchista del triunfo de haber luchado en la Santa Cruzada y haber implantado el nacionalcatolicismo en España. El monumento siempre estuvo en la puerta de la iglesia, y en su fachada hasta el año 2011, han prevalecido las placas de Calvo Sotelo y demás reliquias de la dictadura. Pero en un alarde de renovación y reconciliación, este simbólico mausoleo fue colocado al fondo del gran paseo que divide por la mitad el renovado cementerio. Sin añadir ni un caído más. Relacionando sobre dos planchas de mármol todos los caídos que les tocó caer en el bando de los vencedores. Es curioso observar, como no podía ser de otro modo, que haya personas que tengan familiares en ambos monumentos, de parentesco muy cercano. En Yunquera, como en Guadalajara, han pasado por el ayuntamiento, políticos de distinto signo, pero todos permanecieron y permanecen amordazados, con el silencio consensuado de la “modélica transición”. Lejos de alcanzar la reconciliación entre todos los españoles, las autoridades políticas y religiosas, ponen en escena la alianza trono alter de la dictadura, sobre todo en las procesiones y demás fiestas religiosas. ¡Qué vergüenza!

Necrópilis de Guadalajara





Necrópolis de Yunquera de Henares (Guadalajara)






Fotos: Pedro Taracena Gil