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sábado, 28 de junio de 2014

"HE TENIDO UN SUEÑO..."

El sueño de un demagogo




Felipe VI


Por Pedro Taracena

Sí, anoche soñé que el rey Felipe VI recibía en Palacio a una representación de niños hambrientos. De familias desahuciadas de sus viviendas habituales. Un grupo en representación de los enfermos con falta de atención médica adecuada. A familiares de personas fallecidas en las urgencias de los hospitales por falta de medios. Una representación de la diáspora de científicos españoles. Un grupo bastante numeroso de estudiantes que no pueden seguir estudiando porque les han despojado de becas y ayudas. Representantes de los sindicatos protestando por el paro producido por la crisis que ellos no han ocasionado, y se han visto despojados de todos sus derechos laborales y sindicales. En la audiencia no faltaron los dependientes de todo tipo y condición, perjudicados gravemente por la supresión de raíz de la ayuda establecida por la ley. 





El nuevo Auxilio Social

Trabajadores públicos que ven mermados los medios para los servicios sociales para los cuales están magníficamente preparados. Profesores, médicos, enfermeros, bomberos, policías… Los trabajadores de todas las artes, cine, teatro, pintura, música… presentaban sus quejas por la nula sensibilidad por parte de los responsables del Estado hacia su trabajo creativo..  No pudieron faltar las víctimas del terrorismo sin apellido y del terrorismo de Estado. Las víctimas del genocidio franquista fueron quienes cerraron el cortejo popular. Su Majestad el Rey fue escuchando a todos y cada uno de los colectivos y el Ujier del Rey tomó nota de todas y cada una de las denuncias, exigencias, quejas y reivindicaciones.
Pasados unos días, siempre en la misma secuencia de ensoñación, el Rey tuvo a bien llamar a Palacio a los empresarios, los banqueros, los mercados y los caciques. En un principio iban a crear una comisión con un vocero, pero no llegaron a un acuerdo porque aunque defendían, aparentemente, los mismos intereses no confiaban en que sus reivindicaciones se dejaran oír de forma nítida ante Su Majestad.





La privatización de la Sanidad Pública, es un crimen contra el pueblo

Al primer grupo lo podríamos cobijar bajo el apelativo de los responsables de las explotaciones. Conjunto de elementos dedicados a la industria, el comercio, granjería o agricultura. Forman el genérico de los explotadores. Sus reivindicaciones  fueron no muy numerosas pero sí muy explícitas: “Trabajar más y cobrar menos” ¿Cómo se articula el contenido de esta frase? Pues, bajar los impuestos a las empresas e incentivar con todo tipo de bonificaciones para crear empleo. Bajar el sueldo a los trabajadores, suprimir el derecho de huelga. Despido libre. Empequeñecer las prestaciones del Estado y privatizar todos los servicios. Si el empresario crea empleo, el trabajador con su sueldo, sin pagar impuestos, podrá elegir y pagar la educación, la sanidad y la dependencia…




Un gobierno que desprecia a los mayores es un inmoral

Otro colectivo representaba a todos los Medios de Comunicación, públicos y privados. Éstos reivindicaban subvenciones para subsistir porque, sobre todo la prensa escrita,  no es rentable a través de las ventas de periódicos en el quiosco. Se quejan de que los políticos no responden a sus preguntas, huyen de sus micrófonos y les reprimen en las manifestaciones. Una minoría se quejaba de que tenían que haber cerrado porque, al ser críticos con el poder político y el poder económico, ha propiciado su asfixia financiera.
Y por último comparecía ante el máximo representante de la Corona, la Iglesia Católica Apostólica y Romana. Con el Primado y el Presidente de la Conferencia Episcopal, encabezando el colegio cardenalicio español. Su presencia en Palacio más que una reivindicación presentaba al monarca una añoranza. El Rey había excluido a Dios de la ceremonia de coronación y la alianza trono-altar de nuestros ancestros se diluía en el tiempo. Pero el episcopado no deseaba desaprovechar esta audiencia real sin recordar a Su Majestad que la Iglesia fue decisiva en la victoria de la guerra civil y en la dictadura confesional que instauró la monarquía, en la persona de su padre Juan Carlos I. Le exigían al Gobierno de Su Majestad que por decreto ley normalice la asignatura de religión como si fuera España un estado confesional. Y además lejos de romper los Acuerdos con la Santa Sede, se encuentran muy satisfechos con la gobernanza de los neofranquistas en el poder; habiendo implantado de facto el nacionalcatolicismo.
Para poder cerrar el ciclo de audiencias, llamó a Palacio a los representantes políticos  de todas las instituciones del Estado. Una vez todos ante su presencia les dijo: Don Felipe VI, Rey de España, a todos los que la presente vieren y entendieren, sabed: Que no firmaré ningún Real Decreto o proyecto de ley que contenga preceptos que mermen o anulen derechos constitucionales de los españoles. O contrarios a la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. Y me desperté…





El Rey reina pero no gobierna, pero sí debe denunciar la injusticia y no hacerse cómplice de las leyes legales pero injustas.

"Toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son". Monólogo de Segismundo.
De la Vida es sueño de Calderón de la Barca



domingo, 22 de junio de 2014

CARTA ABIERTA A FELIPE VI




Señor:
Con el debido respeto reconociéndole el papel que la Constitución le otorga como Jefe del Estado, he de decirle que el comienzo de su reinado es mera continuidad en las formas de su predecesor. No voy a plantear la legitimidad de los Borbones ahora, pero sí los aspectos anacrónicos de la institución monárquica. Una institución sagrada ancestralmente considerada de origen divino, donde el monarca tiene los privilegios de una deidad, como es la inviolabilidad de su persona, es un planteamiento rechazado por la razón. Sobre todo en el siglo XXI.
Otro aspecto es la distancia que siempre ha tenido esta institución con el pueblo. Aunque no ha existido en palacio una corte formal, el séquito real se ha hecho visible. De las compañías oficiosas del anterior Rey ya se ocupa de ello la prensa. Importante es observar las compañías que ha tenido y que ahora usted heredará. En el interior han tomado parte del cortejo real, los empresarios, los banqueros y la Iglesia. El mundo de los intelectuales, científicos, gentes de la cultura, la música… solamente se le ha visto al Rey en los estrictos protocolos establecidos por el Estado. En el mundo exterior ha mantenido estrecha relación con el mundo iberoamericano por imperativo constitucional. La relación que ha mantenido con los países árabes, atribuyendo todo el mérito de los negocios emprendidos por empresas españoles exclusivamente al Rey, de ser verdad, delataría la ineficacia y falta de solvencia de los gobiernos de turno. En su despedida han asistido los políticos y los empresarios. El pueblo ha estado al margen.
A su llegada al trono entre imprevista y precipitada, los españoles le han dado un voto de confianza. Hemos sido testigos de su alta formación y optima cualificación. Pero pongo en duda que le hayan educado para captar la situación actual del pueblo español. Los personajes que han gestionado la vida pública de la Familia  Real, hasta ahora, han sido personas que han fomentado la opacidad y la desconexión con la realidad española. Es posible que el Rey de España esté muy bien informado de la actualidad entre bastidores, pero el puente de la Corona con el pueblo no ha existido. El Rey no entiende de política pero creo que debe de entender de humanismo y si es árbitro, alguna vez debería pitar falta al Gobierno, sacarle tarjeta  amarilla o roja. Utilizo un ejemplo del pasado, cuando el Gobierno metió a España en la guerra de Irak, los españoles masivamente gritamos en la calle ¡No a la guerra! Pero el Rey de España enmudeció y no por mandato constitucional.
Muchos españoles percibimos que el Gobierno del Partido Popular no es la mejor opción para abordar la criminal crisis que nos afecta y tampoco para apoyar al nuevo Rey de España. No obstante, espero que usted se rodee de asesores honrados y no de aduladores inútiles. El tema de  la legitimidad de su reinado fue gestionado de muy malas artes el mismo día de su proclamación. Mientras se sembraba de banderas constitucionales todo Madrid, se prohibía la exhibición de todos los signos y emblemas de la República, reprimiendo con dureza y apresando a los quebrantadores de esta norma. ¿Por qué se tomó tal decisión? Porque que había que evitar enfrentamientos entre rivales como sucede entre los hinchas de los partidos de fútbol…
Cuanto más se reprima las exhibiciones republicanas, mayor será la exigencia de un referéndum para legitimar la monarquía. Los cientos de manifestaciones con reivindicaciones de todo tipo están presididas por muchas banderas republicanas.
Su discurso en nada varió del discurso de su padre el rey Juan Carlos. El rey ya abdicado aceptó la legalidad vigente en su momento y usted ha admitido la Constitución inamovible, cerrando el camino a las otras realidades nacionales, omitiendo siempre la legitimidad de la República y reafirmando la dudosa legitimidad de su reinado. Por muchas adulaciones que escuche en su entorno, conecte con el pueblo, con el mundo del trabajo y con los que sufren. No se apoye en su Gobierno porque es el enemigo del pueblo… Usted ha recibido con acierto a las asociaciones de víctimas del terrorismo. Recoja el reto moral de recibir, también, a las víctimas del franquismo, aunque con cuatro décadas de retraso…. Todo esto no es demagogia, es realidad, su esposa la Reina lo sabe muy bien.

Por Pedro Taracena



viernes, 20 de junio de 2014

CON UN PIE EN LA NADA Y OTRO EN EL ABISMO




Por Pedro Taracena

El ciclo social que comenzara en España en los años cincuenta, está recibiendo la puntilla. Aquella corrida que comenzó a lidiarse en las plazas de los pueblos, tuvo sus tardes de gloria en los grandes ruedos del suelo ibérico. La Maestranza, las Ventas y por supuesto la Monumental de Barcelona. El símil es válido para compararlo con la consecución del Estado del Bienestar. Éste se creó en base a la clase media. Aquellos españoles que no emigramos al extranjero, sin embargo sí, abandonaron la vida rural y buscamos el provenir en los núcleos industriales y comerciales de las grandes ciudades, que más tarde se extendió al resto. Aquellos españoles que ahora nos acabamos de jubilar a nuestra edad reglamentaria, fuimos sobre los cuales se creó la clase media. Sin la cual España nunca hubiera podido crear el Estado de Bienestar, que ahora Rajoy y sus secuaces franquistas trasnochados, están dándole el último hachazo. Hemos cumplido un ciclo completo; superando la dictadura, la transición y la incipiente democracia. Vinimos a la ciudad dejando la agricultura medieval y en algunos casos con aperos romanos. Nos formamos para la nueva España, trabajamos y estudiamos mucho. Accedimos a la propiedad y cotizamos para tener una educación y una sanidad públicas y de calidad, objetivo que cumplimos. Nuestros hijos llegaron a la Universidad y el nivel cultural y científico de España alcanzó cotas inimaginables en décadas pasadas. El Estado del Bienestar se consolidó dentro del sistema capitalista imperante. No obstantes, las políticas aplicadas por la socialdemocracia hicieron posible los derechos sociales, la distribución de la riqueza y la solidaridad. Pero este ciclo ha reventado cuando el capital no desea resolver la crisis que él mismo ha causado. En estas circunstancias el capital y sus acólitos no quieren renunciar a seguir “explotando al hombre por el hombre” según las leyes del mercado. Se ha cometido un crimen execrable contra el pueblo. Los especuladores, usureros y banqueros, han dado un golpe a los estados y han colocado a gobiernos títeres del podrido y caduco sistema capitalista: tecnócratas o de la derecha más recalcitrante y en caso de España, los franquistas más genuinos del nacionalcatolicismo. Tercos, torpes y parcos. Insolentes, déspotas y burlones. El paro, la pobreza, los desahucios, la miseria, el hambre y hasta la muerte acechan a todos los españoles, ante las sonrisas sarcásticas y chulescas del Gobierno. Ningún ministro se está jugando su prestigio porque nunca lo tuvieron. Ningún pueblo y menos el español se merecería un gabinete tan nefasto como el de Rajoy. Pero de esta tragedia solamente hemos pasado de la presentación al nudo, el desenlace está por venir. Nuestros hijos y nietos, la nueva generación sin responsabilidad alguna sobre la crisis, se encuentra al final del ciclo que creamos sus padres y abuelos. Con un pie en la nada y el otro en el abismo. Están como sus predecesores se hallaban en los años cincuenta, pero con una gran diferencia; nosotros tuvimos esperanza e ilusión. Este esperpento franquista que nos desgobierna, alimenta la ilusión con la mentira y la esperanza con A de Aguirre…


John Lennon


martes, 17 de junio de 2014

¿EL FRANQUISMO SIGUE SIENDO LEGAL?



 

Por Pedro Taracena

El marco constitucional anuló el marco referencial de la las Leyes Fundamentales del Movimiento Nacional, pero la democracia albergó en su conjunto legislativo todas las leyes del franquismo. No hubo ruptura con la dictadura, solamente una suave evolución. Esto permitió una transición aunque no tan modélica como se viene manteniendo, ya que hubo violencia y muertos al margen de los crímenes de ETA.
La ilegitimidad del franquismo, así como la impunidad de sus crímenes fueron saldadas con el pacto constitucional que encubrió el peor de los acuerdos. La transición que enmudeció la Historia y escandalizó al mundo, aunque sus protagonistas tengan vocación de exportarla. La Constitución como texto legal y legítimo no legalizó el franquismo pero tampoco lo ilegalizó y mucho menos condenó. Esto quiere decir que el franquismo ha quedado impune. Tampoco se puede considerar su apología como delito porque la Transición hace compatible la dictadura y la democracia. El llamar a alguien franquista no se considera un insulto y en muchos casos es un acto de honor. El  esperpento nacional está servido.





Es curioso cómo La Casta que hizo la Transición, dio por bueno que el régimen franquista legalmente que no legítimamente constituido, se hiciera el haraquiri como forma de suicidio ritual. Practicado no por razones de honor como los orientales, sino por una orden superior devolviendo al pueblo aquello que desde el año 36 se le había usurpado. Ahora los dueños de aquel acuerdo perverso, me refiero a la transición no al pacto constitucional, no quieren mover un ápice del orden legal consagrado como dogma de fe inamovible. Rajoy cuando declara que cualquier modificación de la Constitución ha de hacerse  según las leyes vigentes, se  mofa del pueblo. Porque mientras él tenga la mayoría absoluta, no revalidada en los últimos comicios, y muestre nula voluntad de diálogo, no habrá reforma constitucional; escondiendo su incapacidad bajo la máscara de demócrata, guardián y vigía de la fosilizada Carta Magna. Una parte del pueblo responde que, sí se puede,  y que al menos tiene derecho a un debate y una consulta. Alguna evidencia delata que la Constitución debe de modificarse:




En el Estado de las Autonomías se ha interpretado la crisis cada cual según su ideología; creando desigualdades evidentes en derechos constitucionales: Educación, Sanidad, Dependencia y Desahucios. Es preciso hacer un debate sobre la estructura federal del Estado Español. La estructura federal del Estado corregiría las desigualdades provocadas por las administraciones autonómicas y llenaría de contenido y de funciones al sempiterno inútil Senado, como Cámara de Representación Territorial. Sin duda las cuestiones históricas de Euskadi y Catalunya tendrían mejor encaje que en la actualidad constitucional. Las reformas oportunas sobre los herederos dinásticos y la desmitificación y desacralización de la monarquía, quizás acallarían las crecientes voces de reivindicación republicana. Es posible que el pueblo español curioso por los eventos históricos, descubra que el rey Felipe V, predecesor del Felipe VI, es quien protagonizó los hechos que han provocado hasta hoy las reivindicaciones históricas de los catalanes. Si el Rey de España no abandona La Casta como Corte Real y se acerca al pueblo llano, la brecha abierta a favor de la República irá creciendo. A Rajoy no le interesa blindar los derechos constitucionales de los españoles porque lejos de reconocerlos los ha aniquilado. Sin olvidar que la izquierda ha sido quien ha reconocido muchos de los derechos albergados en la Constitución, hasta que la reformó para complacer a la Troika. La Constitución Española es un texto legal y legítimo que puede y debe cambiarse. Su actualización servirá mejor a las generaciones del siglo XXI.





El Rey puede y debe propiciarlo. La Historia nos muestra cómo Fernando VII, hizo lo contrario. Logró recuperar su poder absoluto después de suprimir la Constitución de Cádiz La Pepa de 1812. Ni el Partido Popular ni el Rey pueden arrogarse el derecho de impedir que los españoles debatan y sean consultados, refugiados en que hay que respetar las leyes. Si los procuradores de las cortes franquistas hubieran cumplido las leyes de la dictadura, Suarez no hubiera podido llevar a cabo la Transición. La Constitución Española, no lo olvidemos, que fue aprobada bajo la fórmula de monarquía parlamentaria por imposición de los herederos del franquismo, y aceptada por aquellos que siempre habían sido demócratas y la asumieron como mal menor. No hay que tener miedo el decir que bajo la amenaza de una involución golpista de carácter militar. Es decir, para evitar que se repitiera el episodio del 18 de julio de 1936. No aprovechar la llegada de Felipe VI para una consulta precedida de un amplio debate nacional, es suicida para el nuevo monarca. Una clase política donde la perversión y la corrupción, por acción u omisión, están generalizadas, es estar ciegos o desear estarlo, para no impulsar una iniciativa que traería la reconciliación entre los españoles. De otro modo la inestabilidad está servida...





Fotografías: Pedro Taracena

viernes, 13 de junio de 2014

“QUIEN ALGO TEME, ALGO DEBE”


Por Pedro Taracena





Posada presidente del Parlamento pide que se resuelva "cuanto antes" y de forma "urgente" el aforamiento del Rey, ve urgente aforar al Rey porque le pueden buscar “un follón”.
El que algo teme, algo debe.
Quien tiene la conciencia tranquila duerme o descansa con total tranquilidad. Se dice de quien no puede dormir por algún motivo o sin motivo aparente. También se aplica a quien se oculta para evitar represalias de la persona a quien ha podido perjudicar.


Han sido los políticos gobernantes y los medios de comunicación los que han encubierto la opacidad de la Casa Real y las fechorías del Rey. Tomaron parte del pacto de la Transición. Cumplieron la voluntad testamentaría del Caudillo de España, golpista contra la República legítimamente constituida, e hicieron a Juan Carlos rey constitucional. Restauraron el Estado de Derecho e instauraron la monarquía. Pero tanto el padre del Rey Juan Carlos I Don Juan de Borbón, como el mismo Juan Carlos han sido desde el golpe de estado del 18 de julio, colaboradores necesarios de la instauración de la realeza destrona por la proclamación de la República. Esto es Historia de España con mayúscula. No obstante el cinismo de los franquistas y sus cómplices oportunistas se han adaptado a vivir en la mentira y han canonizado la cultura de la transición, que ahora muchos venimos llamando La Casta.
Con estas premisas históricas es normal que La Casta incluyendo al Rey estén nerviosos. Su abdicación y la proclamación, entronización o coronación de Felipe VI, no acontece con normalidad. Las generaciones del siglo XXI reclaman una revisión a fondo de nuestra Carta Magna. La Casta mantiene una gran contradicción, acudiendo al desafío de la legalidad vigente de forma hipócrita. Sin embargo para ensalzar y adular a Juan Carlos le otorgan la heroicidad de haber desmontado la dictadura que heredó, y que mediante un periodo constituyente se despojó de todos los poderes franquistas heredados. He aquí la paradoja.
Volviendo a la inviolabilidad real que la Constitución otorga al monarca. El escándalo se está produciendo con la argucia de buscar a hurtadillas su inmunidad para que después de la proclamación de Felipe VI, nadie pueda armar “un follón”. Es decir que nadie le pueda llevar a los tribunales por presuntos delitos cometidos ajenos a las funciones otorgadas por la Constitución. Un detalle más para contemplar la anormalidad del proceso, tanto para la clausura del reinado post franquista como para el comienzo del reinado de Felipe VI. En un marco hostil hacía los políticos, los banqueros, los caciques y la Iglesia, la institución monárquica se encuentra a la baja y los partidarios de la República al laza.


miércoles, 11 de junio de 2014

LA ABDICACIÓN Y EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS




Por Pedro Taracena

Los comunistas y socialistas que vinieron del exilio y salieron de la clandestinidad, fueron obligados a consumar con los franquistas dos pactos, uno escrito pacto constitucional y otro verbal y de facto llamado la transición. El primero dio a luz una Constitución que restauraba el estado de derecho quebrado por el general Franco en el golpe de estado de 1936. Tanto los comunistas como los socialistas renunciaron a su vocación histórica republicana a cambio de nada. Sí, sin exigir contrapartida alguna. Los franquistas trajeron a la mesa de negociación una monarquía urdida aunque con desavenencias entre Don Juan de Borbón y Francisco Franco. Y lejos de renegar del franquismo jamás condenaron la dictadura. ¿Alguien en su sano juicio pudo pensar que con estas premisas se lograría la reconciliación entre las dos Españas? ¿Cómo es posible que el error cometido hace cuatro décadas, hoy los franquistas sigan pensando que nada debe cambiar?
Hasta la fecha el bipartidismo ha creído que el pasado podía seguir sepultado. Pero las nuevas generaciones quieren ser preguntados para dejar de ser víctimas herederas de un fraude histórico.  Por qué monarquía y no república. Por qué la República no es reconocida como un régimen legal y la monarquía sí. Por qué siguen impunes los crímenes de la dictadura franquista. Por qué la unidad de España es un dogma de fe consustancial con el nacionalcatolicismo tradicional. Mientras los dos grandes partidos cómplices en esta farsa cabalguen juntos a lomos de la autocomplacencia, más veremos sembradas las calles de banderas republicanas. Aunque las encuestas aparentemente les tranquilicen, las mayorías absolutas que de los dos grandes partidos se tambalean y tienen su fecha de caducidad. Hay demasiados frentes abiertos en esta España, que para el bipartidismo es como una balsa de aceite donde ellos navegan con sosiego y seguridad.
En el Congreso de los Diputados aunque Rajoy preconizaba que esos temas no entraban en el orden del día, los diputados han hecho un examen de conciencia nacional de contenido nada despreciable, donde han salido a relucir todas las miserias que el bipartidismo, a pesar de que todos los españoles son conocedores de ellas, han ocultado o maquillado. Se puede decir que cada partido no es poseedor de la verdad pero todos juntos, sí son portadores de la verdad. Cuando la realidad se fracciona o se mutila aparecen las mentiras.