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MADRID LA CIBELES


EXTRAORDINARIO DOCUMENTO SOBRE MADRID

Los comentarios a pié de foto son muy interesantes. Por ejemplo, en Madrid se circulaba por la izquierda hasta 1926 y El Retiro llegaba hasta Cibeles antes de construir el Palacio de Comunicaciones. Creo que éste es uno de los mejores y más completos reportajes sobre Madrid. Sigue las instrucciones detalladas y elige como quieres verlos. Primero elige la década, haz click y cuando salga la primera foto, tienes debajo de dónde es y la explicación. Para cambiar de foto, haz click sobre la misma foto y pasará a la siguiente.




COLECCIÓN DEL VIEJO MADRID


MADRID 2014





Callao y Madrid Corbis

COSAS QUE HAY QUE HACER EN MADRID UNA VEZ EN LA VIDA
Texto:
JAVIER ZORI DEL AMO @ZORIVIAJERO

Que sí, que del Madrid al cielo y tal, pero en ese entretenido camino entre aceras y firmamento hay muchas cosas que hacer. Empezando por estas 77.

Publicado el 05.02.2015

Tags: CULTURA, ESCAPADA, MADRid

1. Aparecer bajo el arco iris de la T4. Perder medio kilo caminando por sus relucientes pasillos hasta la salida.

2. Tentar al esguince cervical observando los gigantes resplandecientes que son las Cuatro Torres. Lamentar que ninguna de ellas tenga un mirador para estar más cerquita de las nubes. 

3. Comprobar que los rascacielos ganan en belleza con la distancia y que, desde lejos, dan hasta sensación de soledad, de gigantismo aislado y de melancolía.

4. Preguntarse cómo es que las torres Kio no se caen. 

5. Dudar si el Juan Carlos I es un parque con estatuas o unas estatuas con parque. Pasar del asunto con un picnic súper yankee sobre su hierba. 

6. Coquetear con quien toque entre las ruinas romántica, ermitas, parterres y laguitos que pueblan el Parque del Capricho. Constatar que sea cual sea el día, la época del año y la hora siempre está precioso.



El Parque del Capricho  Preston Schlebusch
7. Honrar, caminando por la Castellana, a aquellos edificios que pretendieron ser modernos y que hoy descansan desordenados en ese cementerio de robots que es AZCA. 

8. Discutir con un taxista. 

9. Tratar de comprender cómo es que el Tour del Bernabéu es uno de los museos más visitados de España subiendo por sus ascensores, bajando a sus vestuarios y rememorando viejas gestas merengonas en sus pantallas.

10. Aprender sobre la vanguardia y la extravagancia en la mesa de DiverXo. 

11. Excavar en la noche y encontrar los principales mitos y leyendas de esta ciudad dando tumbos por Malasaña. Añorar la Movida aunque no se haya vivido en las propias carnes y pupilas.



David Muñoz y los cerdos con alas Luis Gaspar
12. Saludar a la niña de la Plaza de San Ildefonso. Apoyarse junto a la estudiante de laCalle Pez. Entremedias, tratar de probar todo los gin tonics que asomen por las puertas y no morir en el intento. 

13. Brindar con unos ‘yayos’ o vermut en cualquiera de las tabernas míticas de este barrio, sacralizadas y ocupadas por la modernidad. 

14. Desterrar cualquier prejuicio tras una noche loca por Chueca. 

15. Descansar de todo al alzar la vista y descubrir el azulérrimo cielo sobre los edificios. 

16. Bajar zigzagueando por calles como Conde Duque, Corredera Baja de San Pablo o Fuencarral, aceras con más solera y estímulo que cualquier avenida presuntuosa. 

17. Reencontrarse con el cine de verdad por Martín de los Heros. 

18. Asomarse ante lo que parece el fin del mundo pero encontrarse con otra media ciudad. O lo que es lo mismo, dejar el templo de Debod a las espaldas para agarrarse a la barandilla y fantasear con que todo eso, algún día, “será mío”. 



Atardecer en el templo de Debod Álvaro Anglada
19. Abrir las puertas de San Antonio de la Florida para encontrarse con todo un cielo pintado con frescos de Goya.

20. Practicar turismo viejuno (y con vistazas) montando en el teleférico mientras uno se pregunta ¿qué pasó con el faro de Moncloa?. 

21. Pasear por las carreteras postapocalípticas y abandonadas de la Casa de Campo. Circunvalar el lago rememorando los buenos años domingueros mientras se sortean a los ciclistas del anillo verde. 

22. Recuperar años de vida y recuerdos de la infancia en el encantador Parque de Atracciones de Madrid. Vencer al vértigo desde lo más alto de la Lanzadera, disfrutar de las vistas únicas de Madrid y acabar fardando con que se ha sobrevivido a la mítica Casa del Terror. 

23. Echar de menos a Chu-Lin (el famoso oso panda) mientras se recorren los caminos serpenteantes del zoo. 

24. Constatar que Madrid es una ciudad de reyes y presuntuosa recorriendo, estatua a estatua, toda la Plaza de Oriente y los Jardines de Sabatini.



El Palacio Real de Madrid, todo un tesoro Corbis. Texto: Almudena Martín
25. Visitar el Palacio Real con la expectativa de encontrarse a Letizia (o a Leonor) tras una puerta. Darse de bruces con la realidad mientras se disfruta de los impresionantes salones donde no faltan la colección de Stradivarius ni los cuadros de Velázquez, Ribera o Caravaggio. 

26. Lamentarse de la oportunidad perdida ante la catedral de la Almudena. 

27. Bajar hasta las primitivas murallas de la ciudad mientras se escucha la famosa leyenda depor qué a los madrileños se les conoce como ‘gatos’. 

28. Emperifollarse para disfrutar de una ópera en el Teatro Real. 

29. Comparar Callao con Times Square y que no parezca una locura. El neón de Schweppes es el más bonito del mundo. Y punto. 

30. Tragar con el maravilloso eclecticismo de comercios, edificios y viandantes de la maravillosa Gran Vía. Aún así, añorar espacios míticos como el Madrid Rock o el Palacio de la Música. 

31. Encontrar un huequito en el Centro para ojear un libro y tomar unos churros en una misma calle: San Ginés.



Los hermanos Alcázar Álvaro Serrano (Flickr: wowned, licencia CC)
32. Quedar con alguien bajo el oso y el madroño. 

33. Fantasear con una Nochevieja en la abarrotada Puerta del Sol pero sin Ramón García y su capa. 

34. Sumarse a la fauna guiri por la Cava Baja, el Arco de Cuchilleros y los soportales de la Plaza Mayor. 

35. Engullir un ‘relaxing’ bocata de calamares. 

36. Tertuliar, con postureo y posturitas, en el Círculo de Bellas Artes, en el Café Gijón o en los sillones reservados del Cock. 

37. Desvelar la existencia de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, uno de los museos más completos y con menos prensa de la ciudad. 




Quedar con alguien bajo el oso y el madroño Corbis
38. Concluir que la esquina más alucinante del mundo es Gran Vía con Alcalá. O lo que es lo mismo, el edificio Metrópolis. 

39. Perder a un familiar durante las Navidades en el centro. O durante las Rebajas. 

40. Sacar la mítica foto de la Cibeles con la Puerta de Alcalá de fondo.

41. Buscar al fantasma de la Casa de América y descubrir que el Ayuntamiento es un sitio entretenido, con exposiciones diversas y hasta un mirador en su tejado. 

42. Santificar las terrazas, haga el tiempo que haga. 

43. Cumplir con el guión y posar ante la Puerta de Alcalá.

44. Dominguear en el Retiro, entre los pequeños teatros de títeres y los músicos callejeros.

45. Alquilar una barca en el estanque y echar una cabezadita ante la atenta mirada de la estatua de Alfonso XII, la particular tartaleta de la capital. 



Madrid La Nuit: el abecé del clubbing en la capital Corbis

46. acio de Cristal donMorir de amor ante el palde todo está hecho por y para el romanticismo: patos,  estanque y cascadita. 

47. Esquivar runners mientras se disfruta de otros rincones del parque como la estatua al ángel caído, el bosque del recuerdo o el paseo de carruajes. 

48. Acercarse a la Plaza de toros de las Ventas y tratar de separar su bello continente neomozárabe de su polémico uso. 

49. Madurar con un Brunch como excusa. 

50. Apoyarse en los kilométricos chaflanes del barrio de Salamanca. Caminar la Milla de oro mientras se babea ante los escaparates. 

51. Darle una segunda oportunidad al Museo Arqueológico Nacional, una de las rehabilitaciones museísticas más interesantes de los últimos lustros.

52. Convertir las eses antes de las ces en jotas mientras se baja con orgullo por el ejeCastellana-Recoletos-Prado. ¡Y que viva el eJque y el wiJki! 

53. Sobrevivir a un verano en su asfalto, con el “Aquí no hay playa” y el manual de buen Rodríguez como acompañantes.


YES, WE CAN Corbis
54. Identificar al Thyssen como el plan cultural perfecto. Descubrir que no solo tiene exposiciones, sino también una colección permanente imprescindible. 

55. Bromear con atarse a un árbol del Paseo.
56. Aislarse de cualquier madrileño entrando en el Prado. 

57. Desnudar a la maja vestida y vestir a la maja desnuda. Bajar la libido con un garbeo por las pinturas negras. Encontrar los miles de planos que tienen ‘Las meninas’ y, en definitiva, aprovechar que se está ante una de las mejores pinacotecas del mundo. 

58. Intentar verla durante las dos horas al día que es gratis. Pero en condiciones, nada deBande à Part. 

59. Pavonearse por toda la zona de los Jerónimos, candidata a Patrimonio Mundial y reducto civilizado de la ciudad. 

60. Morir de calor en Avenida de América, bajar al centro de la tierra en Cuatro Caminos y peregrinar por los pasillos de Núñez de Balboa. O lo que es lo mismo, vivir la aventura del Metro de Madrid. 

61. Alternar por Tirso y Antón Martín mientras se canturrean canciones de Sabina. 

62. Componer el poema completo mientras se remonta la calle Huertas, dejando atrás discotecas para turistas, karaokes añejos y hasta la posible tumba de Cervantes. 

63. Ahogar el domingo entre los templos y tascas de La Latina



Maneras alternativas de latinear Boa Mistura
64. Aprender que Madrid tiene otras ‘catedrales’ asomándose a la Colegiata de San Isidro y a la Iglesia de San Francisco el Grande. 

65. Glorificar el ‘chulapismo’ y la verbena en las Vistillas. 

66. Estudiar la alegre idiosincrasia madrileña durante una mañana entera en el Rastro. 
 

67. Sublimar el arte en pequeños museos que merecen una visita como el Sorolla, el Lázaro Galdeano o el Cerralbo. Aprovechar la ocasión para ver cómo han vivido los nobles y burgueses en la ciudad a lo largo de los Siglos. 

68. Elevarse gracias a los ascensores transparentes del Reina Sofía. Aprovechar la entrada para emocionarse ante el Guernika, divertirse ante Dalí y perderse entre las nuevas tendencias que muestra el edificio Nouvel. 

69. Pasar por Atocha sin necesidad de coger un tren para saludar a las ‘cabezonas’ de Antonio López y a las tortugas que pueblan el jardín tropical de la vieja nave. 

70. Continuar con el turismo industrial entre las locomotoras y vagones del museo de Ferrocarril. Añorar iniciativas como el Mercado de Motores. 

71. Viajar por el mundo sin moverse de Lavapiés dándole una oportunidad a los restaurantes más auténticos de las comidas más exóticas. 

72. Quitarse el sombrero ante lo que se ha hecho con el Matadero, el espacio perfecto para el diseño, el teatro y la cultura en general. 
 

73. Recuperar el Manzanares dándose un paseo en bici por Madrid Río, superando pasarelas icónicas, fuentes juguetonas y puentes centenarios. 

74. Invertir en el teatro, ya sea a lo grande en plan musical por la Gran Vía, a lo chico en los microteatros o divertido en plan Circo Price. 

75. Venerar el trabajo de las fundaciones visitando espacios como la Casa Encendida, la Fundación Mapfre o el Caixa Fórum, probablemente el edificio arquitectónicamente más divertido de la capital. 
 

76. Hacer un safari por el extrarradio para encontrarse con los indescriptibles prismas de Sanchinarro, la inquietante silueta de la Caja Mágica o la escultura de Manolo Valdés en el Parque Lineal del Manzanares. 

77. Despedirse del sol y de la ciudad sobre el Cerro del Tío Pío (aka parque de las Siete Tetas), el atardecer más mítico y nostálgico de la ciudad.

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 Todos los artículos de Javier Zori del Amo




Parque de las Siete Tetas de Vallecas Iñaki Mateos / Flickr (Creative Commons)

LA CIBELES

Siglo: XVIII
  • Dirección: Plaza de Cibeles. Metro: Banco de España (Línea 2) 28014 Madrid
  • Horario: libre
  • Descripción: La fuente de la diosa Cibeles es uno de los símbolos más emblemáticos de Madrid. Este monumento se encuentra ubicado en la plaza que le da nombre desde 1782, entre el Paseo de Recoletos y el Paseo del Prado. La fuente se debe a un encargo del rey Carlos III al arquitecto Ventura Rodríguez. Realizada en mármol, el monumento representa a la diosa Cibeles, símbolo de la Tierra, la agricultura y la fecundidad situada sobre un carro tirado por leones. Su ubicación inicial fue junto al Palacio de Buenavista, en el Paseo de Recoletos, para pasar a finales del siglo XIX a su situación actual, en el centro de la plaza. La Fuente de la Cibeles es visita obligada en Madrid. La Cibeles tiene también su aspecto más lúdico en el ámbito deportivo ya que la afición del Real Madrid la ha convertido en centro de celebración de las victorias del conjunto blanco. En esta misma plaza se encuentra el edifico del Banco de España, el Palacio de Telecomunicaciones, actual sede del Ayuntamiento de Madrid, el Palacio de Linares y el Palacio de Buenavista.
Información tomada de la página oficial TURISMO DE MADRID

Fotos: Pedro Taracena

























1 comentario:

  1. Segamos conociendo diversos temas que más nos gusten como el de DescubreMadrid.com ya que así aprenderemos mucho a ver que cosas queremos visitar.

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