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martes, 25 de noviembre de 2014

ANA PASTOR EN "EL OBJETIVO"


Presunta periodista




Por Pedro Taracena

Aunque, presuntamente, en la intención de Ana Pastor no estaba la intención de unirse al linchamiento nacional contra PODEMOS, la entrevista realizada a Pablo Iglesias líder del nuevo partido, lo ha conseguido con creces. Los tertulianos de La Casta, han respaldado la persecución descalificatoria de la responsable de El Objetivo de La Sexta. La sagaz periodista lejos de ejercer un periodismo crítico y pedagógico, sometió in misericorde al entrevistado a un examen de una serie de asignaturas, con más de un año de avance a la fecha de comparecencia. Lejos de permitir que Pablo Iglesias aprovechara la oportunidad de explicar su programa, Ana Pastor cayó en todos los tópicos utilizados por los políticos de La Casta para restarle credibilidad y sin nombrarlo acusarle de populista y de demagogo. Esta periodista nos tiene acostumbrados a mantener la arrogancia de que interroga y entrevista en nombre de la calle y pocas veces formula una pregunta que sea de elaboración propia. A lo largo de la semana posterior al encuentro con el líder de PODEMOS, ha dejado todo un campo abonado para el resto de los tertulianos carroñeros en pos de la cizaña sembrada. El periodismo de Ana Pastor es un periodismo ramplón y cicatero. No obstante me tranquiliza que fuera Jordi Évole quien mostrara su disconformidad con el inexplicable e injustificable tono duro de las interpelaciones. Más que una entrevista la estructura que utilizó fue un interrogatorio. El Objetivo desmerece la línea de la Sexta.

viernes, 21 de noviembre de 2014

ORACIÓN FÚNEBRE CON TINTE DE PANEGÍRICO


Por Pedro Taracena

Ha nacido un mito anacrónico pero que existía in illo témpore. Para comprender el fenómeno Cayetana Duquesa de Alba, acaecido en la España del siglo XX y XXI, hay que establecer una abstracción al margen del objeto en su dimensión hispana. Sin las circunstancias ancestrales de una nobleza de rancio abolengo pero arcaica como la aristocracia olvidada allende los Pirineos, es imposible entender socialmente este avatar acaecido en un país pleno de contradicciones. Aunque desde 1978 España es una democracia moderna y una monarquía constitucional, la nobleza, los caciques y la Iglesia, han marcado las pautas de ciertas costumbres morales tradicionales, acogidas con agrado y con ánimo de lucro en la prensa del corazón. En el resto de Europa los atributos que nutren el perfil de la Duquesa de Alba, sería inimaginable porque la sociedad que alimenta estos mitos simplemente existe.
En la España de la Constitución de 1978, tiene difícil encaje seguir manteniendo valores sociales y morales que ya están superados: Hablar del papel de mecenas o coleccionista de obras de arte de la Duquesa de Alba, es remontarnos a las monarquías absolutistas y al Renacimiento, que nada tienen que ver con el concepto actual del fomento de las Bellas Artes desde el Estado. A esta excelsa dama, Grande de España infinidad de veces, se le atribuyen obras de caridad que entran en conflicto con el concepto de justicia social, en base a la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Sobre las propiedades de campos, castillos y palacios que posee la Casa de Alba, nadie ignora que tienen su origen ancestral en prebendas y concesiones, después de guerras y batallas, de difícil encaje en una Constitución donde: “Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general”. Artículo 128. 




El patrimonio declarado como artístico, debería ser nacional, que no es lo mismo. El titular de que la Duquesa de Alba ha sido una mujer libre, se ha repetido hasta la saciedad. Solamente es libre quien puede elegir y desde su posición de privilegio económico no supone un mérito haberlo logrado. La dama más aristocrática de Europa atraía a personajes célebres y todas la percibían como una mujer con mucha personalidad, cualidad imposible de precisar. El séquito que siempre la asistió le atribuye un hecho excepcional en el cual renunció a la libertad, casi ilimitada que tanto blandió que disponía. Este hecho sucedió con el tercero de sus maridos, cuando solamente era su novio o su amante. La pareja se sometió a la bendición sacramental del matrimonio canónico. Sus escrúpulos de católica vieja, no le permitían traicionar la conversión del primer monarca de la antigua España, el ancestro Don Pelayo. 




Por último su imagen es saludada, reconocida y casi venerada por personajes procedentes del mundo taurino y de las masas populares, folclóricas, religiosas y de la sociedad andaluza en general, así como los medios que la envolvieron en papel cuché. Las mismas autoridades políticas y religiosas le rinden pleitesía, en agradecimiento a su buen hacer como embajadora plenipotenciaria del espíritu español en general y andaluz en particular.
La puesta en escena presenta una secuencia que tiene un gran valor emotivo y documentalista del realismo social hispano, que comprende desde la Guerra Civil, la dictadura hasta la nueva democracia. Pero desde el punto de vista sociológico y constitucional, en la actualidad este evento toma parte de una España ya caduca. La Duquesa de Alba es el último eslabón de una cadena que se perderá en el siglo XXI, carente de valor histórico. La monarquía es una institución decrépita en su fase de decadencia postrera. No he pretendido colaborar para destruir el mito, solamente he tratado de entenderlo.



lunes, 17 de noviembre de 2014

A VUELTAS CON LA SANTA TRANSICIÓN




Foto: Pedro Taracena


Por Pedro Taracena

Desde que PODEMOS denunciara a La Casta como la causante de todos los males de España, muchos, casi todos los líderes más significativos y los voceros mediáticos, no han tardado en darse por aludidos: ¿La Casta? Yo no soy casta… Para que mi artículo se comprenda en el sentido que está escrito, yo también me reconozco como perteneciente a La Casta. Aquellos que alcanzaron el consenso necesario en sede parlamentaria para que España se dotara de un Constitución avanzada a nivel de Europa y los ciudadanos que la ratificamos en referéndum, aceptamos como mal menor que los franquistas impusieran sus condiciones y los demócratas venidos del exilio y la clandestinidad satisficieran sus ansias de conseguir alguna parcela de poder. Esta transición constitucional transformó nuestro país en un país europeo, incluido de pleno derecho en el concierto de las naciones: Democracia, derechos sociales, derechos humanos, Estado del Bienestar, en suma. Cuando PODEMOS denuncia a La Casta, no denuncia esta evidencia española. Entonces ¿A qué casta re refiere Pablo Iglesias, secretario general del nuevo partido político? Pues es muy sencillo, cuando se asume en primera persona la pertenencia a La Casta como es mi caso es más fácil entenderlo.
La Casta y la Transición entendida fuera de la Constitución, es decir, el consenso no firmado y legitimado, es la parte viciada y perversa del espíritu constitucional. Es evidente que aquellos que abrazamos la Transición en 1978, hemos pasado por muchas etapas de crítica tolerante y de mirar hacia otro lado en aras de esa reconciliación que parece que la Transición nos garantizaba. Pero en 2014 se han caído muchos antifaces, innumerables máscaras y no pocos adefesios; permaneciendo los esperpentos que no están dispuesto a que les quieten la finca que administraron como botín de guerra o concesiones a cambio del silencio (Candados cerrados).
La Casta es equivalente a la Transición en sus aspectos más perversos o menos modélicos: La Transición permitió que quedara impune el genocidio franquista. Los crímenes cometidos por el régimen del Movimiento Nacional y el Nacionalcatolicismo. Una perversa Ley de Amnistía dejó al mismo nivel de impunidad, los verdugos y las víctimas. Los represores y los represaliados. Los encarcelados y los carceleros. Y en democracia se estableció una ley electoral pactada para que nunca gobernaran los comunistas. Se mantuvieron los acuerdos con la Santa Sede de corte anticonstitucional para que siguiera imperando el nacionalcatolicismo. Los vergonzosos y arbitrarios indultos. Los desmanes de la Casa de Su Majestad El Rey, sus dudosas amistades y la opacidad. La corrupción institucional y generalizada, con proyección en las empresas que acogen a sus buenos valedores a través de las llamadas “puertas giratorias”. El terrorismo de Estado. La presunción de inocencia convertida en tolerancia de la corrupción. Los recortes de los derechos a la educación, a la sanidad, a la dependencia y a la protección de la infancia. La corrupción de los servidores públicos. Y sin olvidar la investigación española en el exilio… Que es lo mismo que denominar todos estos comportamientos como ineludiblemente La Casta. Todas estas conductas observables son las que constituyen la otra transición o La Casta. Se regodean en la mentira y el embuste cuando líderes de todo tipo defiende la Transición, cuando son ellos los que la han prostituido, corrompido y los que se han constituido como  La Casta, la peor y única casta con sus raíces en la dictadura.
Es muy difícil de asimilar este estado de cosas, habiendo creído que el mirar hacia otra lado o taparse la nariz, era colaborar con la única forma posible para lograr la reconciliación entre los españoles, concordia rota desde aquel enfrentamiento fratricida provocado por un sangriento golpe de estado. Pero en mantenerse detrás de las máscaras del engaño ya no es válido. Aquellos que hemos dado el paso de no votar a La Casta, ya es difícil que seamos engañados de nuevo. Porque otra opción es posible y el grito de SÍ, SE PUEDE, obedece a la voluntad honrada de un pueblo.
Señor Rajoy, Señor Sánchez, Señores Voceros del Reino, los únicos que habéis  puesto  en peligro la democracia y el Estado del Bienestar sois vosotros como lacayos y secuaces de la Troica, los mercados, los caciques, los empresarios y los bancos. Y sobre todo con vuestra corrupción…



viernes, 14 de noviembre de 2014

MARIANO RAJOY INÚTIL PARA LA POLÍTICA

Por Pedro Taracena



EL MURO
Foto: Pedro Taracena

inútil.
(Del lat. inutĭlis).
1. adj. No útil. Apl. a pers., u. t. c. s.
2. adj. Dicho de una persona: Que no puede trabajar o moverse por impedimento físico. U. t. c. s.
3. adj. Dicho de una persona: Que no es apta para el servicio militar. U. t. c. s.
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Aunque la RAE no me permite llamar inútil expresamente a Rajoy, me tomo la licencia de añadir de mi cosecha personal, a ese No útil que establece la primera acepción, apostillar lo de inútil para ostentar un cargo público. Ignoro si por ideología o por méritos personales pero nadie del Partido Popular ha demostrado estar a la altura de las circunstancias que acontecen hoy en España. Es muy difícil hacerlo peor. No obstante el tema que ahora nos ocupa es la situación esperpéntica que se está dando en Catalunya y en España.

Todas las leyes incluyendo las constituciones de los estados, se han establecido para ser cumplidas y para ser cambiadas. Sólo son inamovibles los credos religiosos, en el caso del mundo judeocristiano: la Biblia la Tora y el Credo de Nicea. Pero la Constitución Española es un documento político y políticamente se puede reformar. No por capricho, sino cuando con el paso del tiempo los usos y costumbres exijan adaptar la letra y su espíritu de todos y cada uno de sus preceptos a la evolución del hombre, es decir, la sociedad a la cual pretende servir. En aras de qué razonamiento Rajoy se arroga el deber de garantizar la sagrada e inquebrantable unidad de España para siempre. 

Rajoy es fiel defensor del testamento de Franco del cual heredó que España era: UNA GRANDE Y LIBRE. La unidad de España conseguida por los Reyes Católicos, quizás ahora tenga que ser revisada. La misma monarquía que los viejos católicos la datan con la conversión de Recaredo (586-601), ha sufrido dos paréntesis republicanas y en 1812 se la despojó de su poder absoluto. La I República Española contenía una alternativa federal y la II República Española, homologó a España con las repúblicas allende los Pirineos. Desde entonces el problema territorial lejos de solucionarse con la Constitución de 1978, se ha visto que en el fondo no había voluntad de solucionarlo. Pesa mucho el concepto España UNA y el concepto España NACIÓN.

Este conflicto se ha estallado en el peor momento posible, con el inquilino de la Moncloa peor preparado y apoyado por el más inadecuado partido político, en cuyo ADN, sin duda, está la herencia genética del franquismo. Los Franquistas del Partido Popular se sienten cómodos evocando la Constitución arrogándose el ser su fiel defensor, cuando hay pruebas fehacientes que demuestran que, lejos de reconocer derechos constitucionales han suprimido los que había. En una palabra han fosilizado el espíritu y la letra de nuestra Carta Magna. 

Ignorar el clamor de un pueblo centenario para elegir su futuro, después de considerar que la experiencia histórica no le satisface, es despreciar su etnología, antropología, lengua, historia y cultura. La derecha franquista debe de clausurar las Glorias Imperiales Hispanas. Procesando al Gobierno de la Generalitat no se consigue nada, Solamente hay un camino: Dialogar, escuchar, respetar y negociar. Si hay que cambiar la Constitución, se cambia, y de paso se borran las huellas del franquismo que en ella están marcadas a sangre y fuego.

He vivido en Catalunya y soy padre de catalana de origen, es decir, de nacimiento. Y si hubiera vivido en Barcelona hubiera votado con toda la fuerza moral que me da el respeto al arraigo de un pueblo. El concepto patria, nación, lengua materna y cultura, no lo otorgan las leyes. La pertenencia a una nación se sitúa en el universo de los sentimientos genuinos de los ciudadanos. No lo otorga ninguna constitución. 



EL HORIZONTE
Foto: Pedro Taracena

martes, 11 de noviembre de 2014

EL CASTILLO DE NAIPES


Por Pedro Taracena


Foto: Jam Montoya


Solamente el Gobierno es el único que mantiene que la corrupción en España no está generalizada. El Partido popular y sus secuaces se han instalado en la mentira y han hecho del embuste su mudus vivendi.. No obstante la evidencia es otra y la corrupción está extendida a todas las instituciones y a muchas personas, demasiadas, del campo de la política, la empresa, la banca, las financias, los sindicatos, la nobleza, todos, auténticos delincuentes de guante blanco. Tampoco se salva el Ejército, la Policía y la Guardia Civil. La presunción de inocencia se ha convertido en la gran falacia para que el presunto delincuente siga campeando por los lares de la corrupción.
Las instituciones como tales ni delinquen ni se prestigian. Son las personas las honorables y las que se corrompen. Hablamos de porcentajes de presuntos delincuentes, condenados y encarcelados, para endulzar las estadísticas y salvar el prestigio de las instituciones, pero en España el escándalo ha desbordado todas las rayas rojas y saltado todas las alarmas. Cada proceso se convierte en un periplo nada fácil de recorrer, dado que la arquitectura legal está el servicio de la fortificación de los poderosos. Las garantías procesales eternizan los procesos. Los casos denunciados prescriben y en último caso está la perversa y arbitraria concesión de gracia a través del indulto. Allende los Pirineos somos el ejemplo a no seguir jamás. Intramuros el verbo culpar, perdonar o responsabilizar, no conjugan con dimitir, como forma inmediata de respetar a los contribuyentes, que son los afrentados, ofendidos o burlados.





En la España de hoy, si comenzando por el Presidente de Extremadura y terminando con el Presidente del Gobierno, asumieran su responsabilidad política por haber observado irregularidades en su gestión al servicio de la función pública, toda la estructura del PP caería como un castillo de naipes. Rajoy está incluido en los papeles de Bárcenas, cuyos documentos el juez ha dado por válidos para procesar a otros imputados. El líder del PP está bajo sospecha de recibir sobres con sueldos de la caja B de su partido. En otro país el jefe del Ejecutivo no seguiría en la Moncloa de turno. Y el caso de Monago, no importa que fueran legales sus viajes para una dudosa función política, lo grave es que la confianza depositada en un senador, queda traicionada porque gasta dinero público para uso personal. Además cada vez que intenta aclarar el turbio asunto, derrama más embustes e imprecisiones.






viernes, 7 de noviembre de 2014

LOS BANDOLEROS DEL SIGLO XXI

Luis Candelas, de oficio bandolero. Paralelismos y coincidencias en la España del siglo XXI

Por Isidoro Gracia
Exdiputado



Una fría mañana de principios de noviembre de 1837, se ejecutó al delincuente más buscado del siglo XIX, por 40 robos demostrados. Casi 200 años después, delincuentes con mayor número de delitos están libres.
El bandolero Luis Candelas no fue un delincuente común, él preparaba sus asaltos cuidadosa y meticulosamente. Los actuales tampoco son comunes, también preparan muy meticulosamente sus actos e incluso las repuestas a las posible consecuencias.
En el cadalso se confesó  pecador y patriota. Los actuales piden disculpas públicas y se escudan en banderas y patriotismos varios intentando evitar el castigo. El bandido decimonónico fue ejemplo de educación, mediante un sistema autodidacta (su paso por los jesuitas terminó en expulsión), que le permitió incluso ganar un puesto como funcionario del Estado, los actuales suelen haber pasado por la Universidad, o por colegios de elite (de órdenes religiosas incluidos), y también, muchos de ellos, han sido (o aún son) altos funcionarios.
Con la colaboración de  amigos, incluido algún político importante, liberal por más señas, al que a su vez había ayudado a escapar de la cárcel, sobornos y otras artes, logró escapar de la cárcel en seis o siete ocasiones. El estos últimos tiempos el reparto de beneficios y comisiones varias, los favores mutuos de amigos: políticos, bancarios, empresarios e incluso de personas con carreras judiciales y del derecho, los modernos bandidos evitan incluso el trago de entrar en la cárcel, otros, una vez dentro, obtienen permisos y grados suavizados de prisión.




Aquel Luis cuando, por sus últimos errores, cayó definitivamente en desgracia y vio que esta vez los sobornos no podrían liberarle de su destino, recurrió a rogar el indulto a la entonces  monarca del reino, la Reina regente María Cristina de Borbón Dos Sicilias. Igualito, igualito que hoy en día, que los que, rechazado el último recurso, al último tribunal, se encuentran con una condena en firme y una orden de entrada en prisión. Eso sí, al condenado del siglo XIX no le funcionó, y a muchos de los actuales les cae el indulto como regalo del gobierno (en especial si lo tramita el despacho de abogados adecuado).
Para continuar con las coincidencias, Candelas cayó definitivamente en desgracia, porqué al asaltar a la diligencia del embajador de Francia en Torrelodones le sustrajo no solo dinero y joyas, sino también unos documentos confidenciales y comprometedores y quizá también influyó el que robó a la modista de la propia reina. Esto de los documentos y el robo a los miembros de la propia organización (partido, patronal o socio) suena  muy próximo a titulares de prensa actuales.
Y por remarcar alguna diferencia, bandoleros como Luis Candelas, o su colega de profesión José Mª El Tempranillo, gozaron de la simpatía del pueblo llano, porqué compartían con los desfavorecidos parte de lo que conseguían con sus tropelías y demostraron su patriotismo luchando, al menos temporalmente, por la libertad y derechos de sus ciudadanos y los Luises y José Marías actuales, no solo no reparten, sino que además de quedarse todo para ellos, la patria la defienden como otros depredadores defienden sus territorios de caza.