Arnaldo Otegui
CUESTIÓN DE VÍCTIMAS
Por Pedro Taracena Gil
Por Pedro Taracena Gil
La Historia de España desde
1936 hasta nuestros días, ha sido contada por los vencedores en tres etapas
claramente delimitadas. Es verdad que hasta la denominación dada es divergente
en ambos bandos. Guerra Civil, Dictadura y Transición. En los tres periodos han
sido los mismos los vencedores y los mismos los venidos.
En principio en la tarde del 17
de julio de 1936, hubo un pronunciamiento militar que dio un Golpe de Estado
contra la República. La resistencia ante la traición de algunos militares al
orden constitucional, provocó una Guerra Civil, que duró tres años.
Los sublevados llamaron a este
cuartelazo, Glorioso Alzamiento Nacional. Y al enfrentamiento fratricida,
Cruzada de Liberación Nacional. Es evidente e históricamente probado que el
Ejército, el Capital, la Iglesia y los Caciques, fueron los aliados para llevar
a cabo los hechos y fueron ellos los que cambiaron sus denominaciones.
Cuando el general golpista gana la guerra, es
exaltado a la Jefatura del Estado con la categoría de Caudillo de España por la
Gracia de Dios y Generalísimo de los Ejércitos; Teniendo todos los atributos de
un protodiácono de la Iglesia y las prerrogativas de un prelado
eclesiástico. Era recibido por el Deán de la
Catedral y su figura se entronizaba en el templo bajo palio.
En realidad este general
golpista lo que hizo es perpetrar un crimen contra la República, provocar una
guerra entre españoles y con la victoria impuso una dictadura militar y
fascista, continuando con el genocidio planificado antes del 17 de julio de
1936. Fascista porque se erigió en Jefe Nacional de Falange, versión española del fascismo italiano.
Este sanguinario régimen
terminó con la muerte del dictador el 20 de noviembre de 1975. Pero con los escombros de la
dictadura y bajo la amenaza y tutela del Ejército y de la Iglesia, los
franquistas y los demócratas republicanos, venidos del exilio, de las cárceles
y de la clandestinidad, escribieron la Constitución de 1978. Una Ley de
Amnistía establecida con anterioridad a la nueva Constitución, propició el
milagro de la reconciliación nacional.
Se borró el genocidio de las conciencias de los asesinos, salieron de las
cárceles los que habían resistido los crímenes de la dictadura y sus verdugos
jamás entraron en ellas.
El nuevo régimen surgido en
1978 se le denominó como Transición, con el apelativo de modélica. Pero la modélica transición no trajo la paz al país y tampoco
resolvió el problema de los nacionalismos. Surgiendo con virulencia el
terrorismo de ETA y como respuesta el terrorismo de Estado de los GAL. Sin duda
produciendo víctimas en ambos bandos y en ambos frentes.
Una vez que ETA deja de matar
se abre paso la etapa más conflictiva en sus detalles conceptuales de:
Abandonar las armas. Entregar las armas. Disolver la banda terrorista. Insertar
a los arrepentidos. Aproximar los presos de ETA a Euskadi. Prohibir y condenar
la apología del terrorismo. Y sin olvidar que España también ha sido víctima
del terrorismo yihadista.
Esta introducción quizás un
poco larga y detallada, sirve para establecer los grupos de víctimas de la
violencia de todo signo que ha habido en España, en los últimos 80 años. Sin
olvidar la violencia de género, los suicidios por desalojos y el acoso escolar.
Pero lo más triste y desolador es que ninguna de las iniciativas para restablecer
la dignidad de las víctimas, hayan tenido vocación de reconciliar a los
españoles. De aquel enfrentamiento fratricidas que se prolonga a lo largo de la
historia.
Rasgarse las vestiduras porque
Arnaldo Otegui esté en las litas para ser elegido lendakari, y se inicie un
proceso de esta envergadura para evitarlo, me parece un despropósito judicial y
una politización de la teórica defensa de la dignidad de las víctimas de toda
violencia. Aunque para los partidarios de lapidar a Otegui, las víctimas pertenecen
de los suyos, de aquellos que consensuaron
la Santa Transición después de la dictadura.
Por este motivo me siento un
ciudadano español y respetuoso con todas las victimas de toda índole. Libre de
opinar sobre la política errática del Gobierno sobre la discriminación de las
victimas según sean de antes o después de la nefasta transición. Mis
antepasados víctimas asesinados por los franquistas, una vez acabada la guerra,
reclaman la misma dignidad que la dignidad de todas las víctimas de ETA y los
GAL, y del resto más arriba mencionados.
Las leyes se han hecho para
cumplirlas, reformarlas o suprimirlas, según sirvan para ayudar y reinsertar al
ciudadano. Y las sentencias judiciales sirven para cumplirlas y adaptarlas
mediante indultos adecuados huyendo de la venganza, el linchamiento o el
favoritismo. El Partido Popular nos tiene
acostumbrados a desviar sus obligaciones y responsabilidades políticas hacia
los tribunales de justicia.
Otegui tiene más legitimidad
democrática para acceder a la candidatura a lendakari, que Manuel Fraga para
ser Ministro de la Gobernación, habiendo sido un peso pesado de los crímenes de
la dictadura. Este Gobierno es el último
Gobierno franquista. Sin Rajoy y sus secuaces y el Movimiento 15-M asentado en
el Congreso de los Diputados, ya nada será igual.
¡Otegui, lendakari! Por qué no,
¿Porque lo digan los neofranquistas?
Más de un centenar de personalidades firman por el "derecho" de Otegi a presentarse a las elecciones vascas.
El manifiesto, titulado 'Basque civil rights' y abierto a la ciudadanía, ha sido firmado por Pedro Ibarra, Genma Zabaleta, Santiago Alba Rico, Jume Asens, Lluis Llach, Anna Gabriel, Juanito Oiartzabal o Fermin Muguruza, entre muchos otros.
El manifiesto, titulado 'Basque civil rights' y abierto a la ciudadanía, ha sido firmado por Pedro Ibarra, Genma Zabaleta, Santiago Alba Rico, Jume Asens, Lluis Llach, Anna Gabriel, Juanito Oiartzabal o Fermin Muguruza, entre muchos otros.
PÚBLICO/ EFE
El catedrático Pedro Ibarra, la
socialista Genma Zabaleta, dos exlehendakaris y políticos
internacionales como Gerry Adams y Lucía Topolansky figuran entre el
centenar de personalidades que han firmado un manifiesto de apoyo al "derecho" de Arnaldo Otegi a presentarse a las elecciones vascas.
El manifiesto, titulado Basque civil rights, ha sido presentado este viernes en rueda de prensa en San Sebastián por Ibarra, Zabaleta y el excoordinador de la red ciudadana Lokarri, Paul Ríos.
Ciudadanos de a pie y personas conocidas por su trabajo en la política y el sindicalismo, el deporte, la cultura o el mundo académico, tanto nacionales como extranjeras, hasta un total de 126, han suscrito por el momento el breve texto escrito por el dramaturgo Alfonso Sastre, que empieza anunciando que es un "Mensaje a la opinión pública de Euskal Herrria y del Mundo". Entre los firmantes están, por ejemplo, el diputado de Junts pel Si Lluis Llach, el diputado de ERC Joan Tardà, la diputada de la CUP Anna Gabriel, el montañero Juanito Oiartzabal, los músicos Kepa Junkera y Fermin Muguruza, el filósofo Santiago Alba Rico o el abogado Jaume Asens.
El manifiesto, titulado Basque civil rights, ha sido presentado este viernes en rueda de prensa en San Sebastián por Ibarra, Zabaleta y el excoordinador de la red ciudadana Lokarri, Paul Ríos.
Ciudadanos de a pie y personas conocidas por su trabajo en la política y el sindicalismo, el deporte, la cultura o el mundo académico, tanto nacionales como extranjeras, hasta un total de 126, han suscrito por el momento el breve texto escrito por el dramaturgo Alfonso Sastre, que empieza anunciando que es un "Mensaje a la opinión pública de Euskal Herrria y del Mundo". Entre los firmantes están, por ejemplo, el diputado de Junts pel Si Lluis Llach, el diputado de ERC Joan Tardà, la diputada de la CUP Anna Gabriel, el montañero Juanito Oiartzabal, los músicos Kepa Junkera y Fermin Muguruza, el filósofo Santiago Alba Rico o el abogado Jaume Asens.
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