Páginas

domingo, 18 de diciembre de 2011

RAJOY EL CAUDILLO SALVADOR: PARADOJA O IGNORANCIA

Pedro Taracena Gil


Después de una legislatura insultando y descalificando al Gobierno, Rajoy  siempre culpó de la crisis global únicamente a Zapatero; huyendo de implicarse en cualquier atisbo que pudiera apoyarle para sacar adelante a España. Hizo de su oposición una estrategia de cuanto peor vaya todo mejor, para acortar el camino hacia la Moncloa. Pues bien. Ya lo ha conseguido. Ya es el presidente in péctore. Hay mucha expectación ante su discurso de investidura. Aunque tiene todo el poder de un caudillo salvador de la patria, se le observa un tanto contrito. Sus huestes autonómicas ya están realizando el trabajo sucio que siempre adjudicaron que era de la responsabilidad de Zapatero. Europa está de su parte porque son lobos de la misma camada. La patronal está exultante de goza, sobre todo y sin disimulo el empresario jefe de Madrid. La derecha catalana ya está preparada para sacar tajada a cambio de masacrar más aún al trabajador. El PP y CIU está preparando un matrimonio de conveniencia, para disimular el poder omnímodo que le haga ejercer su caudillaje con apariencias democráticas. En el caso de Amaiur la actitud del fraguista  Jesús Posada, ya ha marcado la pauta de su talante generoso, demócrata y aglutinador. Ante este panorama una vez más se produce la gran paradoja. La inmensa mayoría de los españoles son trabajadores por cuenta ajena,  autónomos, pensionistas, dependientes, funcionarios o poseedores de diminutas empresas familiares. Y esta inmensa masa trabajadora y obrera, ha otorgado el poder de acaudillar su salvación ante la crisis, a un partido de derechas sin posibilidad de establecer un programa que piense en el  trabajador. En el discurso de investidura seguirá recortando derechos inversiones y gastos  hasta la extenuación de los ciudadanos. Arropado por Europa, la patronal, los bancos, los mercados, los especuladores y centros financieros, reformará el mercado laboral según preconiza la CEOE, a pesar de los sindicatos, sus huelgas y manifestaciones. El PP vende la idea del milagro que llegará como resultado de su éxito, sobre todo, al trabajador y a los más débiles de la sociedad. Todo está supeditado a que se den las condiciones que los mercados determinen suficientes como para crear empleo neto. Esto marcará la señal de que el crecimiento supera el 2%, los empresarios ganen dinero, los trabajadores tengan sueldos congelados, trabajen más, sean más productivos y sólo las migajas que determinen los empresarios repercutirán en los trabajadores. Como la política fiscal para aquellos que más tienen está prohibida en la doctrina neoliberal,  sin más impuestos, tendremos un estado del bienestar famélico. Un economista decía hace unos días que: “Menos mal que tenemos el 20% del PIB en la economía sumergida”, de otro modo, los cinco millones de parados serían el caldo de cultivo para una  situación pre revolucionaria. Y después de este estado de cosas ¿Quién defiende al más débil, al trabajador? Pues el pueblo ha hablado y ha sido elegido Rajoy, como caudillo salvador de España. De la corrupción hasta en los aledaños de la Casa Real, hablaremos mañana… La paradoja está servida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario