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lunes, 21 de enero de 2013

LAS PLAGAS QUE NOS INVADEN HOY


Por Pedro Taracena

Francisco Franco y Millán Astray

España se encuentra en una situación de emergencia nacional. Los responsables de la vida pública esperan el maná, no del cielo, sino de Europa. La injusticia ha creado tal desigualdad que la clase media sobre la cual se sustentaba el Estado del Bienestar, ha desaparecido y nos acosan las plagas que tiene de bíblicas el nombre. Son plagas provocadas por las perversas políticas criminales. Sí criminales. Nos tenemos que acostumbrar a llamar las cosas por su nombre. El capitalismo una vez más ha desencadenado estas plagas en cadena. Pero este criminal sistema de explotar al hombre por el hombre, no es un ente anónimo, tiene nombre y apellidos: banqueros, usureros, especuladores, caciques, políticos, todos ellos bendecidos por la Santa Madre Iglesia. Los llamados mercados han traído el paro, la piedra angular de todas las plagas. A partir de esta realidad los políticos, no solamente han sido inútiles sino perversos, en la gestión de la crisis. Porque no han estado al servicio del pueblo y menos para ayudar al más débil. Han utilizado su mayoría absoluta para imponer un poder absolutista. Fosilizando la Constitución Española, han abusado de forma despótica del real decreto ley para legislar fehacientemente en contra de los ciudadanos. Solamente están satisfechos con estos recortes del Estado del Bienestar: la Iglesia, la patronal, los caciques, la banca y los medios financiados por el capital para sujetar el sistema criminal. Sí criminal. Conductas criminales contra el pueblo. Delito de lesa humanidad, aunque no haya derramamiento de sangre. Las plagas derivadas de esta perversión presentan un panorama desolador: La nefasta gestión del Estado de la Autonomías, nos ha llegado a la desigualdad más absoluta entre los españoles. Y la diferencia entre ricos y pobres es abismal; desapareciendo la clase media. Para entendernos ahora  debemos de utilizar palabras que ya estaban erradicadas en nuestro país: El hambre, la miseria, el desahucio del débil y el indulto del poderoso o del golfo. La emigración de los españoles en busca de trabajo. La corrupción de los políticos y empresarios más ignominiosa que podríamos haber imaginado. La huída de científicos de España. La amnistía fiscal para los defraudadores profesionales. El abandono de los españoles que necesitan dependencia. El deterioro de la sanidad en prejuicio de la salud pública con riesgo de muerte. La educación está al servicio del nacionalcatolicismo en detrimento del futuro del país. Hay ministros que ellos mismo son una plaga de las más peligrosas para el pueblo: la plaga Wert, la plaga Gallardón, la plaga Montoro, la plaga de Guindos, la plaga Mato y la plaga de Fátima, no la de los milagros. Pero el lema que imperó en la Revolución de los Claveles de Portugal: “El pueblo unido jamás será vencido” está teniendo eco en la España del siglo XXI. Los políticos nuca nos salvarán de su propia tiranía, van a ser los jueces los que nos traerán la justicia, si el pueblo inunda los juzgados de denuncias de todos los crímenes que atentan contra nuestra vida, salud, educación, dependencia y las necesidades más apremiantes. Y lo más importante la calle es nuestra.


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