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domingo, 28 de julio de 2013

LA MARCA ESPAÑA El ave que debe levantar el vuelo

Por Pedro Taracena


Francisco José Garzón Amo

El Gobierno ha tomado el logotipo de la marca España como un elixir para neutralizar todas las miserias nacionales frente al exterior, también lo está utilizando con la tragedia ferroviaria de Santiago de Compostela. El fallo del conductor es el causante de los muertos y heridos y así ha obrado en consecuencia el ministro del Interior; metiéndole en la cárcel acusado de homicidio imprudente. La ministra de Industria, como no podía ser de otra manera, ha colocado su granito de arena para lavar la cara de LA MARCA ESPAÑA; manifestando que el fallo humano es de quien no ha respetado los protocolos establecidos, para traspasar la barrera de alta velocidad a velocidad alta. Los medios de comunicación no se han planteado la presunción de inocencia del conductor, sin desprecintar la caja negra, ya han cerrados filas a favor de su mentor, el Partido Popular. Por otro lado los responsables de las dos compañías que gestionan las dos versiones del AVE (Alta Velocidad y Velocidad Alta), no han dudado de adherirse a las tesis policiales del Gobierno. No obstante, pero sin demasiada contundencia, los técnicos y conductores han dejado abierta la posibilidad de cuestionar, el paso de la barrera del sonido de la versión original del AVE, a la versión más ligera, dejando  en manos del conductor demasiado margen de maniobrabilidad, a falta de controles automáticos más seguros.


                                                          Francisco José Garzón Amo

En este panorama tan desolador, el conductor se ha visto envuelto en una maraña de presuntas omisiones o irregularidades, que le han llevado a defenderse de tanta insidia, guardando silencio ante los interrogatorios de la policía, conducta que personalmente apruebo. Durante las cuarenta y ocho horas siguientes al suceso, en lugar de guardar silencio en favor de la presunción de inocencia del único personaje sobre el cual recae toda la responsabilidad, han vociferado la estrategia del Gobierno. Aunque no han podido evitar que salte por los aires LA MARCA ESPAÑA, si alguna de sus partes aún quedaba en su lugar. Los países que tienen proyectos hilvanados con el Estado, se formularán la siguiente cuestión: En España se ha trabajado y trabaja como prolongación de la alta velocidad, circulando trenes por vías con un sistema de seguridad diferente y albergando algunos riesgos, como se ha comprobado. Si el Gobierno como está meridianamente claro, mantiene a ultranza que el fallo humano ha sido el único causante de la tragedia, es fácil vaticinar que los proyectos AVE serán rechazados por los postulantes internacionales.




Si la sensatez del Gobierno reconociera desde ahora utilizando el sentido común, tantas veces evocado por Rajoy, que el tránsito de una generación a otra en materia de seguridad, es manifiestamente mejorable, al margen de la sentencia judicial, LA MARCA ESPAÑA, se resentiría mucho menos. Rajoy y sus adláteres nunca tuvieron la capacidad para gobernar nuestro país a favor del pueblo, siempre sirvieron los intereses del capital y de la Iglesia, y ahora lejos de gestionar la crisis cotidiana, se ven avocados a ejercer de bomberos. Tercos, torpes y parcos.


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