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jueves, 25 de julio de 2013

RAJOY FRENTE A RAJOY

Por Pedro Taracena Gil






El torpe, terco y parco Presidente del Gobierno, tiene un dilema planteado sobre sí mismo frente a España y al mundo, que nunca se lo podría haber imaginado. El discurso al cual nos tiene acostumbrados está lleno de vaguedades, obviedades, frases hechas sin ningún sabio contenido, y ha llegado a su agotamiento político por necio e inepto. Más aún por embustero y mentiroso. 

El peor de los enemigos de Rajoy no está en la oposición, se encuentra a buen recaudo en las hemerotecas. Los periodistas sagaces, independientes y amantes de la verdad y del derecho a la información, delatan a Rajoy y sus secuaces plagados de falsedades, contradicciones, cambios de opinión, incumplimiento de promesas y programas electorales.
La presión mundial ha doblegado la negativa de Rajoy de comparecer en el  Parlamento. Llega a la sede de la soberanía nacional arrastrando una carga desconocida por su volumen total de corrupción largamente negada, y conductas más perversas de poder absolutista que de democrática mayoría absoluta. Con unanimidad la oposición le ha denunciado que viene con tardanza y con malas formas, arropando un turbio fondo, el poso de la desinformación y la mentira. Esta presión ha evitado la pretensión de secuestrar la verdad al Congreso de los Diputados, con estrategias torticeras.
El dilema de Rajoy y de sus lacayos y compañeros de presuntas corruptelas, ilegalidades y fraudes al fisco, se dilucida en dos frentes. En el Congreso de los Diputados y en la Justicia. Si se niegan a dar detalles en sede parlamentaria de la financiación ilegal del PP; argumentando que esta materia está siendo investigada por la Justicia, entonces aguantarán este chaparrón, pero la tormenta política no amainará. Su credibilidad y confianza caerá aún más si cabe. Otro de los frentes está en la lucha contra la corrupción, un juez investiga la financiación del partido mediante sobornos para obtener fondos, que más tarde se distribuían entre los presuntos capos de la calle Génova. Es verosímil que sean llamados a declarar todos aquellos cargos públicos, que sus nombres están escritos en los ya célebres papeles de Bárcenas. Serán llamados a declarar todos los integrantes del rompecabezas de la trama, puesto que todos ellos forman una unidad con estrategia propia. Pueden ser llamados como testigos obligados a decir la verdad, cuya verdad habrían negado a Las Cortes Generales, y entonces se hundirían en el abismo de la mentira. Por el contrario si son llamados como imputados, pueden negarse a declarar o no declarar en contra suya, en este caso será la Justicia quien dilucidará la presunta culpabilidad.
También puede darse el caso de que, quienes defienden su presunción de inocencia hasta el delirium tremens, obtengan la satisfacción de que el caso quede sobreseído por falta de pruebas o por aspectos que no respeten las garantías procesales de los presuntos corruptos. O como ya gozan de un precedente, que la ilegalidad investigada haya prescrito. Y también se puede archivar porque los papeles de Bárcenas sean un invento del extesorero del Partido Popular; haciendo suyo un negocio ilegal al margen de los herederos y defensores del franquismo, es decir, los populares. El paréntesis se abre con la entrada nada triunfal de Rajoy en el Parlamento y se cerrará cuando los casos de corrupción del Partido Popular tengan sentencia firme. Mientras, políticamente el perfil de Rajoy no cotiza en ningún valor de ninguna bolsa de ningún país.

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