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viernes, 26 de junio de 2015

HUMILLACIÓN A LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO


INCITACIÓN AL ODIO

Por Pedro Taracena



LA SANTA CRUZ DEL VALLE DE LOS CAÍDOS

El Gobierno y sus secuaces, incluyendo a estos últimos a franquistas albergados bajo las siglas del Partido Popular, se encuentran en un estado de máxima crispación; católicos falangistas convertidos por obra y gracia de la letra de la Constitución, porque su espirito hace mucho tiempo que han fosilizado, están soportando muy mal que PODEMOS, un partido bisoño, según ellos, populista, demagogo, castrista, chavista y bolivariano, usurpen cotas de poder real en el mapa político atrapado por el PP, que  gestionan desde tiempos de la  dictadura como botín de la guerra ganada, y por parte del PSOE, partido responsable de impulsar la Santa Transición, y del progreso y modernización de España.



LA PIEDAD

Esta crispación alcanza su cenit en dos campos, donde la hipocresía nos lleva a situaciones dramáticas y al mismo tiempo ridículas. El campo de las víctimas del terrorismo de ETA y el campo de las víctimas del genocidio franquista. En el primero de los casos y en paralelo existió el terrorismo de Estado de los GAL, cuyas víctimas se encuentran en tierra de nadie, por razones gubernamentales obvias. Y en el segundo caso una cicatera e injusta amnistía dejo impune los crímenes cometidos por el  franquismo, no solamente en la Guerra Civil, sino en la dictadura.
El Fiscal General del Gobierno, que no del Estado, lleva ante los tribunales de justica a ciudadanos acusados de “Incitación al odio” y “Humillación a las Víctimas del terrorismo”.
Las publicaciones de unos mensajes en las Redes Sociales de hace cuatro o cinco años, lanzados por un concejal de PODEMOS, le han llevado a ser imputado del segundo de los delitos más arriba mencionados; habiendo pedido perdón el imputado y perdonado por parte la víctima, presuntamente humillada. Este evento ha supuesto un auténtico linchamiento por parte del Gobierno y de sus medios; dispuestos a no renunciar, una vez más, al aprovecharse del sufrimiento de las víctimas de ETA.



EL ÁGUILA DE SAN JUAN

Mientras, pesos pesados del franquismo como Esperanza Aguirre y Pablo Casado, tienen libertad para insultar y vejar a las otras víctimas. Las víctimas que o son de segunda o simplemente no son, no existen. Ante un acto de reivindicación de la Menoría Histórica en la Universidad, con  profesores, intelectuales, alumnos y familiares del genocidio franquista, esta excelsa dama exclamó: “Es un aquelarre de carcamales resentidos”. Esperanza Aguirre no era un concejal, ni una representante del Estado, era el propio Estado como Presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid. Nadie acudió a la Justicia… Como era de suponer.
Otro botón, en este caso de oro, lo puso el nuevo vocero de los franquistas del partido gubernamental. La joven promesa franquista Pablo Casado que tuvo un momento brillante y pronunció un discurso digno de Cicerón. Sacamos una frasee de esa pieza literaria que fuera y dentro del texto, conserva íntegra su perversa intención. Pese a su deseo hipócrita de quitar importancia a sus envenenadas palabras,
“Los de izquierdas son unos carcas, todo el día con la fosa de no sé quién”.



EL TORO DE SAN LUCAS

Es evidente que la reconciliación de los españoles sigue pendiente. Durante 36 años se rindió honores a los CAÍDO POR DIOS Y POR ESPAÑA. En los 37 años siguientes se ha apoyado y reconocido a las víctimas de ETA. Y debido a la Mordaza de la Santa Transición, se ha ignorado  a las víctimas del franquismo. Se sigue rindiendo honores en calles, plazas y monumentos. Y lo que es más grave nadie puede ser denunciado ni acusado de “Humillación a las Víctimas del Franquismo” ni tampoco de “Incitación al odio”, porque el franquismo no está proscrito es como si ni hubiera existido. Más aún, España goza de un Gobierno Franquista de facto.



EL LEÓN DE SAN MARCOS

Grupo escultórico de Juan de Ávalos

Reportaje fotográfico: Pedro Taracena Gil

CAÍDOS POR DIOS Y POR ESPAÑA ¡PRESENTES!

La basílica y abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, en el enclave denominado Cuelgamuros, supone un esperpento nacional. Un insulto a la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Un símbolo del nacionalismo falangista. Un monumento erigido a los crímenes del Estado en connivencia con los crímenes de la Iglesia. Un sacrilegio ante los creyentes de buena fe.
El abside del templo alberga el panteón de Francisco Franco Bahamonde, tirano, déspota, traidor y genocida. Y para completar el disparate en la parte del presbiterio yacen los restos mortales de José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange Española, versión española del fascismo italiano. Hay que hacer constar que para completar el disparate, el cuerpo sin vida de José Antonio fue traído desde Alicante y sepultado provisionalmente en la basílica del Monasterio de El Escorial. Un fascista enterrado en el lugar que más simboliza la historia de la monarquía española, el reinado de Felipe II y del emperador Carlos V, su padre. La austeridad de la Casa de Austria.
El Valle de los Caídos es la piedra de escándalo permanente que evita la reconciliación del pueblo español. En este nefasto lugar se rinde culto al sátrapa que derrocó la República, que provocó un enfrentamiento fratricida e implantó una sanguinaria dictadura confesionalmente católica.


CUELGAMUROS



EL HOMBRE DE SAN MATEO


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