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sábado, 21 de abril de 2012

CARTA ABIERTA A LOS VOTANTES DE RAJOY

Por Pedro Taracena Gil
En un estudio sociológico llevado a cabo por la Universidad Rey Juan Carlos, los españoles, al margen de los resultados de las elecciones propiciados por la Ley D’Hondt, se perciben como mayoritariamente de izquierdas. La Constitución y las leyes progresistas han ejercido una pedagogía sobre el pueblo español, que le ha colocado a la cabeza del mundo. Por este motivo es preciso analizar el porqué de la mayoría absoluta otorgada a un caudillaje salvador, precisamente, de signo abiertamente contrario. La amalgama de ciudadanos que el 20 de noviembre de 2011, hizo que el Partido Popular ganara las elecciones, es posible que no tomara conciencia de que la mayoría absoluta en manos de Rajoy y los suyos, se convertiría en poder absoluto de corte despótico, con merma sensible de la democracia y avalado por aseveraciones inciertas. Para mejor comprender esta muestra social es preciso clasificar a su electorado en tres colectivos: Los ideológicos, de fidelidad y adhesión incondicionales. Son los franquistas cobijados todavía bajo el manto del nacionalcatolicismo. La Iglesia, que habiendo perdido el púlpito como medio de propaganda, se aferra a la enseñanza privada como baza irrenunciable. El segundo grupo que apoya con pasión al caudillo Rajoy es el capital. La economía donde la derecha es genuina. Es el sector que no cree en absoluto en el Estado del Bienestar, más aún, preconizan que el Estado lejos de regular la vida económica en virtud de la justicia, se reduzca a un mero personaje simbólico. Apoyan al Gobierno de derechas con tintes nada disimulados de franquismo y nacionalcatolicismo, el empresariado, la banca usurera, los mercados especuladores, los defraudadores de Hacienda, así como los aprovechados de la economía sumergida. Y como tercer colectivo tenemos que considerar aquella clase media que se siente de derechas pero asumiendo como valores de la derecha, también, los logros conseguidos con el Estado de Bienestar y los derechos sociales, que antes se consideraban patrimonio exclusivo de la izquierda. Sin olvidar que una sociedad avanzada se cimenta sobre una gran clase media, basando la felicidad como fruto conseguido a través del derecho al trabajo y a la justicia social. Si el Gobierno salvador que promete que con sus recortes que él llama reformas, sacará a España de la crisis, miente o simplemente sigue al compás de Alemania; mostrando su impotencia para hacer otra política, aunque la haya. Las políticas imperantes hoy en el mundo no son alternativas de crecimiento y mucho menos de crear empleo. El dinero no está para crear riqueza, sino para la especulación. La salvación de España está en manos de los españoles. Un pacto de Estado histórico donde el capital abandonara su vocación de explotar al hombre por el hombre. Con un Gobierno que confiara más en España que en las instituciones europeas, que están en manos de los especuladores, sería el camino adecuado. Las mentiras que hoy nos hacen creer, Rajoy y sus ministros, son las mismas mentirás que estarán en vigor, cuando después de dos años, nos anuncien que los impuestos lejos de bajar seguirán subiendo. Para entonces, el Estado del Bienestar ya será historia en España, y la herencia envenenada de Zapatero seguiría siendo la causante de todos los males que padecen los españoles. Si los socialistas franceses llegan al poder, nada será igual para el eje París-Berlín. Y el discurso de Angela Merkel, quizás, calle para siempre.

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