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domingo, 4 de marzo de 2012

"CADA OVEJA CON SU PAREJA" (I)


Que dijera Rubalcaba


Transparencias (III) CARLOS MIGUEL MARTÍNEZ

Fundador del grupo La Colmena

Breve ensayo sobre la toma de conciencia

Por Pedro Taracena Gil

El pueblo en el sentido más pleno de la palabra, está en una de las encrucijadas más graves de la historia reciente de la humanidad. Tanto en el primer mundo civilizado como en los países emergentes. Sin olvidar el peor de los mundos como puede ser el africano, y prestando especial atención a las nuevas democracias que están surgiendo de la primavera árabe. Pero descendiendo a nuestro país y dentro de la Unión Europea, el panorama para los pueblos es desolador. La dictadura de las oligarquías del fraude, la corrupción, la usura, el fraude fiscal, la economía sumergida, los paraísos fiscales y la especulación, han contaminado la vida pública, política y económica del continente. Fuerzas llamadas democráticas pertenecientes a la opción única, pensamiento único y política única, es decir el liberalismo económico, que lejos de propiciar el estado del Bienestar, lo destruyen; sirviendo al nuevo becerro de oro del siglo XXI. Sin más dilación pongamos nombres y apellidos a estos mercados de la perversión: Partido Popular Europeo, es decir las derechas enemigas del pueblo. Sí, enemigos de la sociedad, de los sindicatos, de los derechos sociales, de lo público, de la solidaridad, la justicia y el derecho al trabajo. Enemigos de la dignidad humana en una palabra. Estos enemigos han impuestos graves castigos a países enteros como: Grecia, Irlanda, Italia, Portugal y España. De una forma u otra, por un motivo o por otro, aquellos que causaron la crisis económica, financiera o de la deuda soberana, son los mismos que ahora ejercen todo su despotismo cruel sobre los más débiles, que aunque hubieran tenido voluntad de crearla, jamás hubieran tenido en sus manos la posibilidad de hacerlo. El pueblo contra el capital. David contra Goliat. La banca contra el trabajo. Los especuladores contra el derecho a una vivienda. Es verdad que el pueblo a través de su derecho al voto, es el que ha propiciado que sean ellos y no otros, los que nos lleven ahora a nuestra propia ruina. Esta es la gran paradoja que a nadie le está interesando analizar. Es más, cuando se les critica por la nefasta política que nos imponen, lo rechazan asegurando que es el pueblo soberano quien lo  ha decidido. El pueblo ahora es un pueblo inseguro, aterrado, con pánico a perder los logros obtenidos. Viene de ser un pueblo que vivía de las migajas que el espejismo de la burbuja inmobiliaria, financiera y automovilística, le proporcionaba. Pero para los que propiciaron ese desarrollismo desenfrenado, el espejismo era una realidad. Ahora en lugar de estar en la cárcel están cobrando sus réditos. Como resultante somos un pueblo sin conciencia de clase, sin opción ideológica y añorando el Estado del Bienestar que se esfuma ante nuestra impotencia. Pero aunque aún no hemos tocado fondo en nuestras  miserias, el pueblo está muy bien manipulado. La derecha europea es fuerte y tiene el poder político que ahora ha cedido terreno al poder económico. Éste y no otro es el verdadero poder omnímodo. Tiene a su servicio unos medios de comunicación sostenidos por la misma interesada oligarquía económica. Las redes sociales sólo tienen la palabra, pero la palabra no es suficiente. Este poder perverso ha conseguido desprestigiar a los sindicatos, dejando desarmado al pueblo en su flanco laboral. El movimiento 15- M, Democracia Real ¡Ya! Es una amalgama de complejos y prejuicios que le conduce a ser un movimiento heterogéneo. Y con tal desunido. Sin organización y lejos de ofrecer una fuerza política y de cambio. La toma de conciencia del aquí y ahora, ha de ser individual de cada ciudadano.

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